¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 150

-Deja de gritar. ¡Cállate! -

El guardia golpeó la puerta y el sonido hizo que Estela se encogiera y se metiera rápidamente en los brazos de Cecilia.

-¡Mamá, ayúdame, ayúdame! ¡Sácame de aquí! -

Al ver a Estela así, Cecilia se sintió muy angustiada.

Ella susurró -Escúchame, tengo una medicina que puede volverte temporalmente loca. Una médica estará aquí para examinarte mañana alrededor de las ocho. Recuerda, tómala media hora antes de eso. Esta medicina sólo puede durar dos horas, y mantén. Estela, siempre y cuando puedas salir de aquí, podrías hacer lo que quieras, ¿lo sabes? -

Estela se sintió un poco nerviosa cuando vio a Cecilia dándole una pequeña botella.

-Mamá, ¿qué medicina es esta? ¿Es buena o mala? -

-No te preocupes. Soy tu mamá y nunca te haría daño. Piensa en Rosaría, y piensa en tu hijo. ¿De verdad quieres regalarle a ella tu hijo que tanto te costó tanto para dar a luz? -

-¡No! ¡No lo quiero! ¡Adriano es mío! ¡Mateo también es mío! ¡Toda la familia Nieto es mía! -

Estela escondió la medicina como loca.

Ahora estaba arriesgando el todo por el todo.

¡Cecilia tenía razón!

La única forma de tener alguna esperanza era salir de aquí primero.

Al verla así, Cecilia le dio unas palmaditas reconfortantes en la mano y le dijo -No tengas miedo. He encontrado a la médica que vendrá aquí mañana. Haga lo que haga contigo, y no te resistas. Sólo coopera con ella todo lo que puedas -

-Vale -

Estela simplemente ya no podía aguantar más este lugar.

La noche era fría y húmeda. Aunque los guardias no le harían nada, su actitud realmente le molestaba mucho.

Cecilia todavía quería decirle algo a Estela, pero el director de la comisaría llamó a la puerta y dijo con voz baja -Señora Cecilia, debería irse. Si los Nieto saben que está aquí, será difícil para mí explicarlo -

-Ya lo veo -

Cecilia miró a Estela con los ojos algo llorosos.

-Te recogeré mañana -

-Te esperaré, mamá. ¡Sácame de aquí! -

Estela nunca se había sentido tan impotente.

Cecilia se fue a regañadientes.

Estela se acurrucó en una esquina como si fuera una niña abandonada.

Nunca pensó que un día se quedaría aquí y viviría una vida tan horrible. Todo esto se lo dio Rosaría.

¡Rosaría!

Pensaba, "¡Nunca te dejaré en paz!"

Los ojos de Estela brillaron con una luz sombría y fría.

Al mismo tiempo, alguien ya había grabado la conversación entre las dos y envió el vídeo a Mateo.

Nadie en la comisaría ni el sistema de seguridad lo detectó.

Mateo miró la conversación entre la madre y la hija, y sus ojos se volvieron sombríos otra vez.

Parecía que Estela no sabía que Adriano fue envenenado. Él tenía que hacer que alguien se lo dijera de forma clara.

Quería ver qué podía hacer Estela por su hijo.

Si Estela realmente pudiera arriesgarlo todo por su hijo, tal vez le perdonaría por el bien de Adriano.

Mientras Mateo pensaba esto, hizo una llamada.

-Averigua quién es la médica que encontró Cecilia y transmite a Estela la noticia del envenenamiento de Adriano que está en peligro de muerte, por cualquier medio -

-¡Sí! -

Después de colgar el teléfono, Mateo se paró junto a la ventana y fumó.

Tan pronto como encendió el cigarrillo, recordó que a Rosaría no le gustaba el olor a humo en su cuerpo. Inconscientemente lo apagó, pero se sintió simplemente demasiado cobarde en el momento en que lo hizo.

¿Por qué escucharía a Rosaría cuando ella le había tratado tan mal?

Por eso Mateo, como niño, volvió a encender un cigarrillo y dio una fuerte calada, pero se ahogó tanto que empezó a toser.

Tuvo que apagarlo, sintiéndose un escozor en el pecho.

Rosaría sabía la intriga de Jaime, pero ¿por qué no había explicado nada por sí misma?

¿Por qué no le dijo que había hecho todo por razones?

¿Cuáles eran sus razones?

En el pasado, lo que Rosaría más quería era el corazón y el amor de Mateo. Ahora que se lo había dado sin ninguna reserva, ella parecía tener algo más que buscar.

¿Qué quería exactamente?

¿Toda la familia Nieto?

¿O el Grupo Nieto?

Esta vez, Rosaría regresó como diseñadora del Grupo H`J.

Ella había estado con Carlos durante los últimos cinco años, y la familia López siempre había querido desarrollar sus negocios en el país. ¿Podría ser que Rosaría había regresado por Carlos?

Esta posibilidad le dejó a Mateo aún más incómodo.

Se sintió muy mal que su esposa estuviera ayudando a otro hombre a sacar provecho de él.

Mateo golpeó con mucha fuerza el alféizar de la ventana. Sus dedos se excoriaron y la sangre brotaba, pero no sentía ningún dolor.

En el pasado, si Rosaría estaba a su lado, definitivamente le regañaría por hacerlo.

Pero ahora, el dolor en su corazón era tan intensivo que no sería capaz de soportarlo.

Rosaría naturalmente no sabía lo incómodo que se sentía Mateo. Cuando intentaba llamarle de nuevo, se dio cuenta de que su número ya había sido bloqueado.

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