-¡Gracias, mamá! -
Rosaría sintió que señora Lorena le entendió tanto.
-Ten cuidado a Carlos. Es una persona muy poderosa en los Estados Unidos y es un rival muy difícil. Si puedes, no le provoques -
Para señora Lorena, Carlos no era un tabú y podía hablar de él directamente en presencia de Rosaría. Tal vez ella ya supiera la relación entre Rosaría y él.
Rosaría asintió con la cabeza y regresó a la sala.
Mariano ya preparó la ropa para Rosaría y ella se cambió la bata para pacientes.
De hecho, ella había perdido mucho peso.
La ropa que llevaba antes le quedaba muy grande.
Rosaría suspiró suavemente y llevó el cabello recogido en un moño. Luego, salió con un traje casual.
Mariano condujo el coche personalmente y llevó a Rosaría directamente a la Discoteca Paraíso.
Volvió a llegar aquí, Rosaría estaba de un estado muy diferente.
Antes, entró con una identidad como un producto. Ahora ya era de una nueva identidad, y creyó que era un poco increíble.
Jorge, que estaba en la puerta, se quedó sorprendido cuando vio a Rosaría.
-¿Por qué vuelves? ¿No has sido...? -
-Si no quieres morir, vete -
Mariano bloqueó directamente el camino entre los dos, deteniendo las grandes manos de Jorge.
Durante el período anterior, Jorge desapareció. Estos días al ver que no había tantas noticias más, volvió de nuevo. No esperaba que pudiera ver a Rosaría tan pronto que regresó. Sin embargo, la identidad de Rosaría ya era diferente de la anterior.
Aunque no sabía por qué la persona al lado de ella no era subordinado de Carlos, todavía echó una mirada a Mariano y sintió el peligro de esta persona. Rápidamente dio un paso atrás y dijo -Señor, no me malinterprete. Es posible que esté equivocado -
-Exacto -
Rosaría dijo fríamente, y su mirada helada hizo que Jorge entendiera algo al instante.
-Sí, sí, sí. Es mi culpa. Me equivoco. Señor, señora, por favor entren -
Así Rosaría y Mariano entraron en la Discoteca Paraíso siguiendo a Jorge.
Este lugar era el paraíso de las personas del Imperio de la Noche. Si tenías dinero y si podías, aquí había cualquier cosa en que querías divertirte.
Rosaría no se sintió cómoda al escuchar la música ensordecedora.
Frunció el ceño ligeramente y dijo en voz baja -Arréglanos una habitación y llama a tu jefe -
Jorge se precipitó a asentir y se fue.
Al ver la circunstancia alrededor, Mariano frunció el entrecejo.
-Señora, este lugar es en desorden y no corras -
-Lo sé -
Los dos esperaron por un rato en el mismo lugar y Jorge volvió. Llevó a Rosaría a una habitación de primera clase.
Era un palco muy silencioso y de un diseño elegante que era muy diferente de la circunstancia de fuera. Había biombos y montículos artificiales. Casi era un oasis clásico.
Rosaría estaba muy satisfecha con esta habitación.
-Señora, llegará nuestro jefe pronto. Por favor espere un momento. Pueden ver qué quieren comer primero, ¿está bien? Aquí tenemos mucha gastronomía -
Jorge presentó a Rosaría respetuosamente y le trataba con una actitud distinta completamente.
Rosaría le dijo a Mariano -Tú decide -
Mariano asintió con la cabeza y pidió una tetera y un plato de pastel.
Poco después, el gerente vino.
Era un hombre de unos treinta años. Tenía un temperamento especial con barba y parecía que era una persona que sufrió mucho.
-Señora, ¿quiere verme? ¿En qué puedo ayudarle? Me llamo Mario Arrabal -
Mario se presentó de inmediato.
Rosaría le saludó moviendo la cabeza y levantó la mano derecha.
Un antiguo anillo en el dedo de su mano derecha estaba brillando bajo la luz.
Mario cambió la mirada inmediatamente.
-¿Usted es la dueña? -
Finalmente las palabras de Mario hicieron que Rosaría se aliviara.
Ella asintió pero no dijo nada. En cambio, observaba cuidadosamente al hombre frente a ella.
En este momento, Mario ya dejó de mostrarse bromista y se cambió de una expresión seria. Al mismo tiempo, no reaccionó ante la mirada de Rosaría.
-¿Tiene alguna cosa? -
Preguntó Mario.
Después de confirmar que era el subordinado de la familia Nieto, ella susurró -Quiero saber la noticia de señorito Eduardo. ¿Puedo verlo? -
Mario estaba un poco aturdido, y luego dijo torpemente -No puedo decidir este asunto. Señorito Eduardo fue llevado por el señor. Si quiere verle, tengo que contactar primero con él -
Rosaría sabía que este señor en sus palabras era Rolando.
-Claro, puedes contactar con él. Solo quiero saber cómo está mi hijo -
-Vale, me pondré en contacto con señor Rolando pronto. Si tengo noticia, voy a informarle -
Escuchando las palabras de Mario, Rosaría asintió con la cabeza.
-Señora, ¿todavía tiene alguna cosa? -
-¿Podemos investigar cualquier noticia? -
-Depende de quién es el cliente. Si quiere saber la información de alguien, podemos investigarle con detalles. En cuanto a otras cosas, también tenemos otro remedio para obtener fuente de información. Pero necesitamos tiempo -
-¿Qué? -
Rosaría no quería que los demás hablaran del mal de Mateo. Eso dejó a Mario quedarse un poco sorprendido.
Tosió y dijo -Digo equivocadamente. Debe ser que señor Mateo es muy sabio. Comienza a sofocar los negocios de la familia López y busca a su esposa en persona en la casa de señora Nerea. Dice que la familia López ha ocultado a su mujer, además, ya ordena a alguien que obtenga la confirmación de que Carlos ha subastado a usted. Por lo tanto, señora, si no tiene algo importante, no salga temporalmente para no desbaratar el plan de señor Mateo -
Al escuchar las palabras de Mario, Rosaría se tranquilizó.
Señora Nerea siempre era una persona demasiado meticulosa. Antes, lo que hizo a Rosaría para Carlos, ella podía dejar de pensarlo considerando por Carlos. Pero la última vez, Mateo ya dio a la familia López un buen provecho. No esperaba que Carlos le hiciera tal cosa. Ahora fue tratado así por Mateo. Rosaría creyó que no necesitaba sentirlo.
Hacía cinco años, quizás ella debiera a Carlos, pero no a la familia López. La gratitud de ella a Carlos ya se convirtió en provecho que Mateo dio, ¿no?
Ahora no sabía cómo enfrentar a Carlos. Pero a la familia López, no sintió simpatía.
Rosaría creyó cada vez más que era muy peligroso quedarse aquí.
-Contacta con señor Rolando cuanto antes. Si ya organizas el tiempo, infórmame. Aquí tiene mi número. Llámame si hay alguna cosa -
-Vale -
Mario tomó el número de Rosaría y también le dio el suyo.
Salió primero de la habitación.
Hasta este momento, Mariano abrió la boca.
-Señora, ¿la Discoteca Paraíso es de nuestra familia? -
-Sí, pero no le digas a nadie -
-¿Puedo hablar con señor Mateo? -
Mariano se arrepintió al dar esta pregunta.
Rosaría lo miró con los ojos abiertos y empezó a tomar té bajando la cabeza.
Reconocía que el té de este lugar era muy bueno.
Después de un rato, ella dijo -Vamos. Si volvemos tarde, Mateo va a preocuparse -
-¡Sí! -
Los dos se levantaron y se fueron.
Al pasar por una habitación, Rosaría vio a Carlos.
Después de unos días, Carlos ya se marchitó mucho. Estaba bebiendo apoyado contra el sofá con las botellas en las manos, como un borracho que se tumbaba en el suelo.
Carlos, ese hombre elegante ya desapareció.
Rosaría suspiró y rápidamente se volvió. Sin embargo, escuchó el grito de él -Rosaría, ¡vuelve! -
En este momento, el corazón de ella se quedó colgado.
¿Él la vio?
Sus manos empezaron a sudar rápido. Recordó las palabras de Mario y los planes de Mateo. En este momento no se atrevió a detenerse y siguió adelantando. Pero Carlos ya llegó a la puerta a tropezones y gritó mirando la espalda de Rosaría -Rosaría, te reconozco -
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