¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 212

Mateo no supo cómo reaccionar.

Se dio una vuelta y vio que Adriano se quedó detrás de él con los brazos cruzados alrededor de su pecho y lo miró fríamente.

-Mocoso, ¿qué estás haciendo aquí? -

Mateo sintió que su autoridad establecida en estos años había desaparecido por completo.

Adriano resopló y dijo -Si quieres jugar juego de besos con mamá, ¿puedes hacerlo en tu habitación? ¿No sabes que aún somos menores? ¿Es bueno dejar que los niños los vean así?

Mateo no supo cómo responder

-Mocoso, quieres que te golpee, ¿no? -

Estaba un poco avergonzado y furioso, entonces fingió querer golpear a Adriano y lo miró ferozmente.

Adriano se asustó, entonces dijo huyendo -¡Solo sabes usar la fuerza para suprimirnos, pero no cederemos! Si te atreves a besar a mamá frente a nosotros de nuevo en el futuro, lo fotografiaré y lo publicaré en Internet. ¡Veamos quién estará avergonzado en ese momento! -

Después de decir eso, no se atrevió a detenerse más y salió corriendo.

Mateo sintió en ese momento que su vida era simplemente oscura.

Pensaba, "¿Este mocoso quiere filmarme jugando juego de besos con Rosaría?"

"Mucha valentía tiene."

Entonces Mateo pensó en Eduardo.

Ese mocoso no solo se atrevería a grabar video, sino que incluso se atrevió a orinar en su rostro.

De repente extrañó mucho a Eduardo.

¡Su hijo!

Mateo sacó su teléfono y tecleó un número de acuerdo con su memoria para llamarlo.

Por un tiempo, este número no estuvo en servicio. Pero ahora sí, entonces el latido de corazón de Mateo aceleró de inmediato.

El teléfono sonó durante mucho tiempo, pero nadie respondió.

Mateo se vino decepcionado con el tiempo transcurrido.

Tal vez este número ya había cambiado de dueño, o tal vez el dueño de este número no lo reconocía.

Una sensación de pérdida sin precedentes hizo que Mateo se sintiera especialmente incómodo.

Sentado en el banco en el pasillo, su mente estaba llena de la escena sangrienta del sufrimiento de Rolando.

¿Cómo podría sobrevivir con el cuerpo así?

Tal vez el hecho de que Rolando todavía estuviera vivo era solo una mentira inventada por señora Lorena, una mentira para apaciguar a Rosaría y a él

Mateo sonrió amargamente.

No mucho después, su teléfono sonó.

Cuando Mateo vio el número familiar, se excitó.

No sabía cómo deslizó su dedo en la pantalla para contestar, pero respiraba precipitadamente.

El llamador tampoco habló. Aunque la llamada era contestada, el silencio reinó en ella.

Mateo quería decir algo, pero no pudo, como si su garganta estuviera bloqueada por algo. Abrió la boca, pero no logró pronunciar ninguna palabra.

Finalmente, el llamador suspiró desde el otro lado. Mateo oyó una voz familiar.

-Hermano -

Los ojos de Mateo de repente se humedecieron. Esperó cinco años para oír otra vez esta palabra.

-¿Rolando? -

-Hermano, mucho tiempo sin verte -

La voz de Rolando era tan nítida como siempre, pero le dio ganas de llorar a Mateo.

-Mocoso, te excitas fingiendo muerto, ¿verdad? -

Mateo no quería perder los estribos, pero no pudo controlarse al hablar.

-Hermano, no te enojes. Nos encontraremos tarde o temprano. Mamá te dirá lo que pasó -

-Si mamá no me lo dijera, ¿no me lo dirías tú en el resto de tu vida?-

Mateo sintió que su fraternidad con Rolando era falsa por un momento.

¡Se lo ocultó por tanto tiempo!

Rolando tosió y dijo -No, solo quiero esperar el momento adecuado para decírtelo. Mírate, ya eres bastante mayor, y sigues con ese mal temperamento -

-¡Cállate! -

La voz de Mateo era ronca ahora.

Rolando sonrió y dijo -Hermano, ¿me llamas para saber si Eduardo está bien? -

-¿Todavía tienes el valor de mencionarlo? Te lo llevaste sin decirme. Ni nos avisó con un mensaje después. ¿Sabes que Rosaría casi se enloqueció por esto? -

Cuando recordó el sufrimiento mental de Rosaría por la desaparición de Eduardo, Mateo se enojó mucho.

Rolando tocó la nariz embarazosamente y dijo -Cuando rescaté a Eduardo, él estaba en muy malas condiciones. Tenía muchas heridas en su cuerpo, perdió demasiada sangre y cayó en coma. Yo solo pudo salvarlo primero. En cuanto al resto, debido a la tensa situación, tenía miedo de que los enemigos se alarmaran, por eso no hice más que esperar. Pero ahora lo han sabido ustedes -

-¿Cómo está Eduardo? -

Al escuchar que su hijo estaba herido gravemente, Mateo estaba un poco preocupado.

-Ahora está mucho mejor, pero todavía se está recuperando. Esa mujer es muy viciosa. Le rompió dos costillas a Eduardo. Entonces aún tiene que quedarse en la cama para descansar. Si Rosaría quiere ver a Eduardo, es mejor que espere. Me temo que lloraría cuando vea la apariencia herida de Eduardo -

El consejo de Rolando era razonable.

-¿A Eduardo se le rompió dos costillas? -

-¡Sí! -

Rolando se quedó en silencio después de contestar.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡No huyas, mi amor!