¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 216

Marta gritó.

A Marta le sorprendió que Laura la mordiera e inconscientemente levantó la mano para golpearla.

-¡Laura! -

En un instante de reacción, Rosaría le abrazó a Laura directamente, y la bofetada de Marta cayó.

Con un sonido muy grande, Marta abofeteó a Rosaría en la cara.

Las dos estaban aturdidas al mismo tiempo.

Marta no esperaba que lo hiciera ella misma y casualmente golpeara a Rosaría en la cara, mientras Rosaría estaba totalmente aturdida por esta bofetada.

Viendo esto, los guardaespaldas de la familia Nieto y los guardias de seguridad del sanatorio estaban en un enfrentamiento.

-No lo hice a propósito -

La palma de Marta estaba entumecida. Obviamente, esa bofetada no era ligera.

Rosaría la miró y susurró -¿Puedo ver tu móvil otra vez? -

Esta frase directamente deprimió a Marta y toda su ira se volvió impotente.

-Pues, señora, ¿por qué me ves como una secuestradora? ¿Sospechas de mí solo porque estoy desfigurada? ¿En serio? -

-Sólo quiero ver tu móvil -

Rosaría lo insistió.

Ahora, Laura podía darse cuenta de que era su madre la que la había estado molestando a Marta.

Tiró suavemente de la manga de Rosaría y susurró -Mamá, ¿por qué tienes que ver su móvil? -

Rosaría no pudo responder a la pregunta de Laura, y Marta obviamente quería más saber la razón. Sin embargo, debido a que ella le había dado una bofetada antes, le entregó su móvil descontenta a Rosaría.

-Pues, puedes ver todo el contenido en mi móvil, pero no puedes trasladar o eliminar algo, ¿de acuerdo? -

Después de decir eso, le dio su móvil a Rosaría con cuidado.

Rosaría tomó el móvil y comenzó a chequear el contenido rápidamente, especialmente la galería. Quería encontrar algo sospechoso en el teléfono e incluso esperaba encontrar algunas fotos de sus padres.

Desafortunadamente, no había nada.

Rosaría lo chequeó y de repente vio una foto.

Había una mujer sentada bajo el sol en esa foto, con un gesto de melancolía que hacía que la gente sintiera lástima. Sin embargo, esto no fue algo que sorprendió a Rosaría. Lo que la sorprendió fue que esta mujer en realidad se parecía mucho a la mujer en la foto que tomó de la galería de pinturas de Julio.

-¿Quién es esta mujer? -

Preguntó Rosaría inconscientemente.

Marta la miró y dijo -¡Mi madre! -

-¿Tu madre? -

-¡Sí! -

Marta asintió con la cabeza y dijo con orgullo -Muy bonita, ¿no? Mi madre era una belleza cuando era joven, aunque ya es un poco mayor. ¿Conoces a mi madre? -

Rosaría no sabía cómo responder a esta pregunta.

¿La conocía?

En realidad no sabía nada de esta mujer.

Pero si no la conociera, esta mujer y la Rosaría del pasado no debería ser tan parecidas. Siempre Rosaría sintió que debería haber una conexión entre las dos, pero ahora no podía encontrar algo común en esa conexión.

Rosaría negó con la cabeza y le devolvió el teléfono a Marta.

Ya fuera porque Marta se disfrazó demasiado bien, o porque fue Rosaría quien entendió mal a Marta, no había nada sospechoso en el teléfono de Marta.

-Siento mucho por la imprudencia -

Rosaría se disculpó rápidamente.

Marta estaba un poco avergonzada.

-Mi actitud en este momento tampoco era buena, pero ¿qué te pasó? ¿Tus padres fueron secuestrados aquí? Puedo mandar a mis dependientes que lo investiguen por ti -

Las palabras de Marta hicieron que Rosaría inconscientemente quisiera rehusarlo, pero se le ocurrió una pregunta realista.

Si estaba siendo monitoreada y su teléfono móvil también, no podía hacer nada de lo que quisiera, y Marta podría hacer algo.

-¿A dónde vas? -

Preguntó Rosaría inconscientemente.

Marta se encogió de hombros y dijo -¿A dónde puedo ir con mi apariencia actual? Sin embargo, he oído que hay una famosa cirujana plástica en los Estados Unidos que puede curar las quemaduras. Quiero hacer un intento. Mi padre se negó a aceptarlo, así que me escapé. ¿Quién hubiera pensado que me detendrías como secuestradora? -

Cuando hablaba de esto, Marta estaba muy deprimida.

Rosaría recordó su pasado.

Hace cinco años, su quemadura fue más severa que la de Marta.

Aunque el rostro de Marta parecía aterrador, todavía podía ser reparado.

-¿Qué le pasó a tu cara? -

Debido a que sabía el dolor de quemadura, Rosaría sintió un poco más de simpatía y un indescriptible sentimiento por ella.

Marta suspiró y dijo -Hice un experimento, pero no lo hice bien, así que provoqué accidente a mí misma -

-¿A qué te dedicas? -

-¿Qué puedo hacer? Mi padre es el director del sanatorio, y mi madre es doctora. ¿Qué más puedo hacer? Estudio medicina. Pero me gusta hacer algunos experimentos químicos. No esperaba que hubiera sucedido esa cosa -

Diciendo esto, Marta suspiró.

Rosaría extendió su mano, sacó una pluma y un papel, le escribió a Marta una dirección y número de teléfono, y susurró -Es la dirección y número de teléfono de aquella cirujana plástica. Dile que Catalina te presentó a ella y ella te ayudará -

-¡Qué bien! ¡Tú conoces a Andrea Navarro! -

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