¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 310

-¿Qué sonido es? -

Rosaría tardó en reaccionar, pero Ada se puso de pie enseguida.

-¡Tu abuela! -

Rápidamente corrió hacia la habitación de la señora Verónica.

Rosaría estaba estupefacta y no supo cómo reaccionar.

¿Abuela?

Pensó por un momento antes de darse cuenta de que era la señora Verónica.

Al recordarlo, Rosaría siguió a su madre apresuradamente.

-Mamá -

La voz de Ada llegó inmediatamente, llevando un rastro de urgencia.

El corazón de Rosaría se puso nervioso por el grito de su madre.

Rápidamente abrió la puerta y entró. Vio a Verónica echada al suelo, con la boca y la mano derecha crispadas. Aparentemente, estaba sufriendo apoplejía.

La señora Verónica era muy vieja. Rosaría no tenía buena impresión de esta anciana por el conflicto entre ellas dos. Más tarde, se enteró de que lo hacía por su nieta, por lo que Rosaría la entendió y lo dejó pasar atrás.

Sin embargo, no esperaba que siempre hubiera algo tan maravilloso en este mundo, que en realidad ella fuera también nieta de la señora.

-No la toques todavía. ¡Llama a ambulancia! -

Rosaría corrió hacia la anciana apresuradamente y la sostuvo.

La señora Verónica estaba emocionada cuando vio a Rosaría. Desafortunadamente, ya no podía pronunciar palabras.

-Deje de hablar. Sé lo que quiere decir. He vuelto. De todos modos, estoy en mi casa ahora. Seré su compañía en el futuro cuando tenga tiempo, ¿vale? -

Rosaría se arrepentía.

Si hubiera venido antes a visitar a la anciana, ¿la situación no sería así ahora?

Verónica quería decir algo, pero no podía pronunciar con claridad. Sus lágrimas seguían fluyendo por sus mejillas.

Ella agarró fuertemente la mano de Rosaría. Incluso si ella no podía apretarla con fuerza, no la quería soltar, como si tuviera miedo de que Rosaría de repente huyera.

En su mirada estaba escondido algo que quería expresar, pero Rosaría ya no podía entenderlo.

Ada estaba en el otro lado llamando apresuradamente a ambulancia y a Javier y Mateo.

Cuando Javier y Mateo salieron, llevaban expresión facial fea. Después de ver que la señora Verónica estaba sufriendo apoplejía, se volvían aún más tristes.

-¿Llamaste a ambulancia? -

Javier le preguntó a Ada.

-Sí. Llegará pronto. Sin embargo, la situación de mamá no era tan mal antes, ¿por qué de súbito se volvió así? -

Ada no lo entendió, pero también estaba extremadamente preocupada.

Mateo tomó suavemente el hombro de Rosaría y preguntó -¿Estás bien? -

-Sí-

El corazón de Rosaría estaba pesado.

Después de que llegó la ambulancia, Rosaría y Ada subieron a ella también, mientras que Mateo y Javier condujeron detrás del vehículo de emergencia.

La señora Verónica fue enviada a la sala de emergencias.

Javier y Ada esperaron afuera nerviosamente, pero Mateo llevó a Rosaría a un lado.

-¿Qué pasa? -

El corazón de Rosaría estaba en caos ahora.

¡La persona que yacía dentro era su propia abuela!

En tantos años, nunca había podido saber que tenía una abuela en este mundo.

Esta anciana había perdido a su hijo en la media edad y perdió a su marido en su juventud. Ahora estaba a punto de volver a reunirse con su nieta, pero sufrió un ataque de apoplejía.

Este tipo de desenlace era realmente incómodo.

¡Ella no mecería este final!

Había trabajado duro toda su vida, sacrificando a su esposo e hijos por el país y el pueblo. Ahora, en su vejez, ni siquiera pudo ver que su familia se reuniera.

Mateo abrazó a Rosaría y susurró -Lo siento -

-¿Qué tonterías estás diciendo? Es normal que la gente muera en su vejez. Solo me siento un poco arrepentida. Si hubiera previsto que la situación de hoy, tal vez habría debido venir a visitarla antes -

Cuando Rosaría dijo esto, se sintió un poco arrepentida.

Ella no había sido una buena nieta.

Después de regresar de los Estados Unidos y enterarse de su relación con la familia Suárez, Rosaría había estado esquivando. No sabía cómo arreglar esta relación, cómo tratar a la señora Verónica y cómo admitir su nueva identidad.

Por lo tanto, a sabiendas de que la familia Suárez había estado esperando que ella regresara, esperando que ella reconociera a sus antepasados, siguió sin querer mencionar estas cosas.

Pero ahora, la señora tuvo un ataque de apoplejía y no podía mover. Entonces, ¿cómo Rosaría podría compensar esta lástima?

Rosaría se sintió culpable y se remordió, haciendo que Mateo sufriera por dentro.

-Esto no es un accidente. ¡Alguien conspiró contra la señora Verónica! -

Mateo dijo en voz baja, por lo que solo Rosaría podía escucharlo.

Ella de repente se detuvo y levantó la cabeza para mirar a los ojos de Mateo.

-Javier y tú fueron a ver a Anabel. ¿Ella está relacionada con el derrame cerebral de mi abuela? -

Tan inteligente era Rosaría

El derrame cerebral de los ancianos era una ocurrencia común. No había necesidad de que Mateo se disculpara con ella por esto, a menos que tuviera algo que ver con Anabel.

Independientemente de si Mateo lo admitiera o no, Anabel seguía siendo su madre biológica. Era razonable que Mateo pidiera disculpas por Anabel por esta tragedia.

Pensando en esto, la mirada de Rosaría se volvió fría al instante.

Mateo realmente quería evadirse, pero notó ira en los ojos de Rosaría y suspiró -Sí, ella se conspiró muy temprano contra la familia Suárez porque esta nos había ayudado a mí y a ti. La última vez que la señora Verónica se sentía mal, compró a una enfermera en el hospital para que entrara a trabajar en la familia. Estos días fue esta enfermera quien cuidaba a la señora y le cocinaba. Se lo encargó Anabel -

Hablando de Anabel, Mateo se sentía muy deprimido.

Esta mujer era su madre biológica, pero él preferiría no saberlo.

Anabel era demasiado cruel con todo el mundo.

Si alguien estaba en contra de ella, ella usaría su propio conocimiento médico para asesinarlo invisiblemente.

Una mujer tan viciosa dio a luz a él y a Rolando. Este hecho incomodaba, pero también era inevitable.

Si no fuera por el hecho de que Anabel fuera la madre biológica de Mateo, él la habría matado cuando se enteraba de esta conspiración.

¡Desafortunadamente, no pudo!

Mateo también sabía que contarle esto a Rosaría solo haría que Rosaría odiara aún más a Anabel, pero no tuvo más remedio que confesárselo.

Cuando Javier oyó esto, realmente quería matarla también. Desafortunadamente, había personas detrás de ella que ellos necesitaban descubrir, por lo que se contuvo y siguió aguantando. Se apresuró a buscar a la señora Verónica con Mateo, pero igual fue demasiado tarde.

La señora Verónica había caído en la trampa, de todos modos.

Cuando Rosaría oyó esto, su expresión facial era terriblemente oscura.

Si te dijera que quiero matar a Anabel, ¿me impedirías?

La voz de Rosaría no era alta, pero temblante, e incluso todo su cuerpo temblaba.

¡Anabel era simplemente demasiado odiosa!

Rosaría siempre había aguantado y se había contenido, pero no esperaba que esta mujer conspiraba repetidamente contra los suyos. ¿Acaso ella creía que Rosaría era débil?

Mateo frunció las cejas, pero susurró -Mi salud no es buena, por eso no me meteré en esto. Pero hagas lo que hagas, no te opondré -

Esto significaba que Mateo abandonó a Anabel completamente.

Mateo había hecho todo lo posible para mostrar su amabilidad con Anabel.

Ella le había dado a luz; esto era una bondad que debía pagar Mateo. Aunque él no conocía la verdadera identidad de Anabel en estos años, no le hizo nada, incluso le había dado el alto estatus, la gloria y muchas cosas que no podían conseguir los que no fueran de la familia Nieto.

Pero ahora había aprovechado estas cosas para conspirar contra la familia Nieto, contra su esposa, sus hijos. Por ende, Mateo se sintió muy decepcionado.

Una y otra vez había sido indulgente con Anabel. Sin embargo, su indulgencia condujo a la caída de los suyos. Entonces ya no podía seguir amparando a ella.

Al oír las palabras de Mateo, Rosaría dijo ferozmente -¡Quiero regresar a la casa de la familia Suárez!

-¿Ahora? -

Mateo estaba un poco sorprendido, ya que la señora Verónica todavía estaba en peligro.

-¡Ahora! -

Dijo fríamente Rosaría, con los ojos llenos de fiereza.

Mateo sabía claramente que regresaría para matar a Anabel.

Quería decir que todavía era útil mantener viva a Anabel. Tal vez habría otros conspiradores detrás de ella que pudieran ser descubiertos. Pero solo movió ligeramente sus labios. Al final, él no dijo nada para detenerla.

-Le pediré a Mariano que te lleve -

Cualquier reacción de Rosaría en este asunto sería razonable. Mateo quiso acompañarla. Sin embargo, al final renunció esta idea por considerarla inapropiada.

No obstante, Rosaría susurró -No es necesario. Llamaré a Mario y le pediré que venga. Yo me encargo sola de este asunto. Ya que me has dado plena autoridad, ¿puedes dejar que lo arregle sola? No importa qué haga yo, no puedes oponerme -

-No, Anabel había buscado su propio castigo. No importa lo que hagas, no te culparé. Para ser honesto, lo siento mucho, Rosaría -

Mateo rara vez actuaba tan pasivamente. Ahora, frente a Rosaría, realmente se sentía culpable e inquieto.

-No tiene nada que ver contigo. Aunque esta mujer te dio a luz, no merece ser humano en absoluto -

Las manos de Rosaría se apretaron fuertemente.

A sus familiares, ya fueran los del pasado o los de ahora, Anabel no dejó a ninguno de ellos en paz. Pero, ¿qué rencor guardaba esta mujer con Rosaría como para tratarla de esta manera tan fea?

Fue solo porque ella se enamoró de Mateo y se casó con él, y no era la nuera ideal que Anabel esperaba.

Esta mujer descargó su ira contra los inocentes y los dañó, ¡qué odiosa!

Al ver que Rosaría había tomado la decisión, Mateo susurró -Me quedaré aquí esperando. Si algo le pasa a la señora Verónica, te llamaré enseguida -

-No es necesario. Con Javier y mi madre aquí, no pasará nada. No importa quién esté detrás de Anabel, no se atreverán a atacar abiertamente contra la familia Suárez. Lo que me preocupa ahora son Eduardo, mis padres y Laura. Si pido venir a Mario, se bajará la guardia de Laura. En este momento -

Antes de que Rosaría terminara de hablar, Mateo entendió completamente.

-Yo me encargo de ellos, tranquila -

En realidad, Mateo estaba agotado. Después de todo, todavía estaba enfermo. No importaba cuán fuerte fuera, no podía soportar tantas cosas al mismo tiempo. Pero ahora, no podía eludir su responsabilidad.

¡Esta fue la maldad cometida por Anabel!

Lo admitiera o no, como hijo de ella, ¡tenía que ser uno de los responsables!

Rosaría lo miró con cierta angustia y dijo -Muchas gracias. Me preocupo por ti -

-Debería decirte eso a ti. Lo que ella te diga o haga, no lo tome en serio. Sabes, tú y los niños son los más importantes para mí -

Mateo temía que Rosaría se volviera furiosa por Anabel, por lo que no pudo evitar exhortarla.

-Lo sé -

Rosaría asintió con la cabeza, pero las ganas de matar a Anabel en su corazón no disminuyeron en absoluto.

¡Quería ver qué Anabel podía hacer contra ella todavía! Pudo acertar que la situación actual fue cautelosamente diseñada y conducida por Anabel, y esta ahora solo esperaba a que ella la buscara en persona.

Dado que Anabel le había hecho tantas "bondades", sería falta de cortesía si ella no se las respondiera.

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