¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 325

-¿Quién es? -

Mateo dijo un poco enfadado.

Alana tembló todo el cuerpo y su rostro se puso pálido por el miedo. Quería darse la vuelta y huir, pero Mateo lo agarró por el cuello.

-Señor Mateo, lo siento. Solo quiero venir a visitar a la señora Rosaría -

Alana miró a Mateo en pánico, sin atreverse a moverse.

Mateo no esperaba que fuera Alana.

En su impresión, Alana y Rosaría no se llevaban bien, por eso le sorprendió la venida de ella.

-¿Vienes a ver a Rosaría? -

-¡Sí! -

Alana estaba vacilante.

En el pasado, la envidió a Rosaría por tener el amor de Mateo, puesto que Rosaría solo era una chica normal.

Además, a Anabel no le gustaba, solo podía hacer la decisión por el bien de Jaime.

Sin embargo, este asunto hizo que se conmoviera Alana.

Por Rosaría saber claramente que Anabel la usó para seducirla, pero por último entró en la trampa de Anabel por ella.

Al final, Rosaría incluso quería protegerla.

De repente, Alana se sintió culpable, especialmente cuando vio que Rosaría había abortado por sí misma.

La simpatizó mucho por la causa de que una vez concibió un hijo de Jaime, pero abortó.

Podía sentir el sentimiento doloso de una mujer perdiendo a su hijo, y todo esto era porque ella estaba tan descuidada que fue atrapada por Anabel. Todo era su culpa.

Alana tenía remordimiento.

Mateo miró a Alana, que estaba cubierta de cicatrices y que ya abandonó su arrogancia.

Esta vez, no solo Rosaría había cambiado, también Alana.

Mateo la soltó y dijo en voz baja -Rosaría está débil, por eso no le conviene verte. También estás herida. Regresa y descansa. La familia Nieto pagará todos los gastos de medicinales. Ven a ver a Rosaría cuando estés mejor. Ordenaré a alguien que traiga a Jaime para que te acompañe -

Después del aborto de Rosaría, Mateo se dio cuenta de que no importaba lo fuerte que fuera una mujer, todavía necesitaba su amor a su lado.

Cuando vio a Alana, le recordó a Jaime, por lo que casualmente lo dijo.

Alana estaba aturdida.

-Señor Mateo, ¿qué dijo? ¿A quién quieres que me acompañe? -

-Jaime -

Al ver las lágrimas en los ojos de Alana, Mateo dijo en voz suave -Le prometí a Rosaría antes que siempre cooperes, sin importar el éxito o el fracaso, os enviaré a ti y a Jaime fuera de aquí. Te daré dinero para que puedas vivir despreocupada por el resto de tu vida. Después de todo, has hecho todo lo posible para ayudarnos. Vuelves y descanse. Enviaré a Jaime para que te acompañe -

-¡Gracias, Señor Mateo! ¡Mil gracias! -

Alana de repente se arrodilló ante Mateo y lloró por la compunción.

-En el pasado, he hecho mal, que siempre dé obstáculos a señora Rosaría para Anabel. Estoy agradecida porque señora Rosaría me salvó con bondad. Y estoy muy avergonzada. Ahora no me culpasteis, y me permitisteis estar con Jaime.-

Esta fue la primera vez que Mateo vio a Alana llorando.

Creía que Alana era una persona que no lloraría, incluso si alguien la maltratara por otros. No esperaba que ella estuviera tan frágil.

-Todavía estás herida, así que ponte de pie. De lo contrario, los otros pensarían que te he hecho daño -

Mateo extendió la mano y ayudó a Alana a levantarse.

Alana se secó las lágrimas y dijo -Visitaré a señora Rosaría cuando se despierte.

-Vete -

Mateo asintió con la cabeza.

Alana miró a la puerta de la sala antes de marcharse.

Mateo de pronto sintió que Rosaría estaba más lista que él.

Fue él que llevó a Alana y Jaime a su casa del orfanato cuando era joven. Llevaba muchos años educándoles. Sin embargo, ellos no lo agradecieron, sino lo traicionaron.

Ahora Rosaría logró afectar a Alana con su sinceridad. Hizo que Alana abandonara su arrogancia y la admire.

Efectivamente, no se podía juzgar a una persona por su apariencia.

¡Rosaría era una persona extraordinaria!

Mateo sonrió empujando suavemente la puerta de la sala.

Rosaría ya estaba despierta. Ada estaba tratando de persuadirla para que comiera algo, pero Rosaría obviamente no tenía apetito.

-Déjame a hacerlo -

Mateo se quitó el abrigo y casualmente lo tiró en el sofá. Luego, se arremangó las mangas y tomó el tazón de sopa de Ada.

-Me prometiste que te comportarás bien. ¿Pero ahora no quieres beber ni un bocado de sopa? -

Mateo dijo con angustia.

Rosaría dijo en voz baja -No sé por qué no tengo apetito -

Parpadeó, y miró con sus grandes ojos llorosos hacia Mateo, como una muñeca.

Los ojos de Rosaría incluso le blandearon a Mateo, pero él insistió.

-No me mires con esa mirada inocente. Ahora estás débil, debes beberlo para restablecerte. La sopa que cocinó Ada para ti es muy exquisita. Bebe unos bocados una y otra vez lentamente, ¿de acuerdo? -

Mateo la trató como una niña.

Ada se sintió un poco embarazosa.

Así que intentó llamar la atención de los dos.

Luego dio unas toses.

Solo entonces Rosaría notó la existencia de Ada y su rostro se sonrojó.

-Lo haré yo misma -

Extendió la mano para tomar el tazón de Mateo, pero la negó.

-No te muevas. Todavía estás débil. Te voy a alimentar. Abre la boca -

Cogió una cucharada de sopa y se la sopló por la boca. Luego, se lo entregó a Rosaría diciendo -Bebe despacio, no te ahogues -

Rosaría estaba tímida, pero no podía negarse, por eso solo podía abrir la boca y tomar un sorbo.

-No comas rápido al principio. El médico dijo que ahora solo se puede comer algo líquida o semilíquida. Después de que mejores, puedes comer otros alimentos. No importa lo que cocina Ada, debes comer. Ahora tienes que cuidar bien de tu cuerpo. No seas caprichosa, ¿vale? -

Mateo dijo mientras alimentaba a Rosaría.

Ada quería marcharse.

-Bueno, voy a ver qué está haciendo Javier. Volveré a sacar los cubiertos -

Mientras hablaba, Ada salió apresuradamente de la sala.

Rosaría tiró la camisa de Mateo, lo que hizo que se sintiera perplejo Mateo.

-¿Qué pasa? -

-¡Todo es culpa tuya! -

Rosaría lo miró con amor.

-¿Qué? -

Mateo no entendía nada.

-Me trataste como una niña ante madre. Yo estaba muy avergonzada -

Rosaría se mordió el labio mientras hablaba.

Ahora Mateo estaba claro.

-¿Por qué te sientes así? Es su madre, ella estará alegre si te cuida bien. No debes ser intensa. Además, solo quiero alimentarte -

-Pero te dije que lo haría yo misma -

En cualquier caso, Rosaría sintió que Mateo lo hizo de propósito.

Pero Mateo sonrió y dijo -¿Puedes hacerlo tú misma? Ahora estás débil como una gata recién nacida -

-No -

Rosaría quería responder pero de repente quería ir al baño. Justo como dijo Mateo, ella no tenía suficiente fuerza ahora. Por lo tanto, no lo podía.

-Deja a entrar a mi madre -

Rosaría dijo con voz lánguida.

Mateo dijo dudoso -No necesitas comportarte así. Es muy común en matrimonio. Abre la boca y bébelo -

Rosaría se sintió un poco incómoda. Mirando la sopa en la mano de Mateo, dijo -La beberé más tarde. Necesito a mi madre -

-¿Qué quieres exactamente? -

Mateo miró a Rosaría con dudas.

Debido a la necesidad, Rosaría no llevaba pantalones. Cuando se despertó, tenía la intención de pedirle a Ada que la ayudara a ponérselos, pero no había bata de paciente en la sala.

En tal situación, la cara de Rosaría se puso roja.

-De todos modos, llama rápidamente a Ada -

-Puedo servirte hoy. -

Mateo parecía haber sabido todo pero quería burlarse de Rosaría.

Rosaría casi se atraganta con su saliva.

-Mateo Nieto, ¿qué es tu intento? -

-Tú y yo, todos los esposos hacen hemos hecho. He visto cuando estaba desnuda antes. ¡Abandona la timidez, por favor! -

No se sabía cuándo dejaría de tener vergüenza fácilmente Rosaría.

-¡Por favor! Somos una pareja.-

Rosaría no podía soportarlo jamás y dijo un poco enojada -¡Tengo que ir al baño! -

-Bien. Debes decir lo que quieres, y sé qué necesitas. Así que todo iría bien, ¿no? -

Mateo de pronto tuvo la intención de burlarse de Rosaría.

Rosaría lo golpeó con enojo.

-Seguro que sabes por qué no quiero que me ayudes -

-Por supuesto que lo sé, pero me gusta verte así -

Mientras Mateo hablaba, se inclinó y levantó la manta de Rosaría.

Y las piernas desnudas aparecieron frente a Mateo. Se puso tímida otra vez.

-¡Tápame con la manta! ¡Date prisa! ¡Tengo frío! -

Rosaría quería usar tal excusa para escaparse de la situación.

Mateo sintió algo, pero sabía la condición actual de Rosaría. Rápidamente llevó a Rosaría al baño, la puso en inodoro y dijo -Espera que te trajera una manta -

Rosaría se murió de vergüenza.

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