¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 37

El cuerpo de la mujer se puso rígido al instante.

Las escenas de los tres años de su matrimonio surgieron en su mente. Habían sido tan dulces e fascinantes que ella pensaba que este hombre sería todo en su vida. Pero nunca había pensado que sería su pesadilla.

Se aferró firmemente a la sábana con los dedos. Al ver la cara de Mateo acercándose cada vez más, su corazón casi dejó de latir.

A solo un centímetro de sus finos labios, el hombre se detuvo.

Se podía ver claramente la pelusa en su rostro.

En los últimos cinco años, él había permanecido tan guapo y brioso. Ella ya no estaba tan hermosa y su hija había sufrido demasiado por la enfermedad.

Pensando en esto, Rosaría de repente levantó la mano y le dio una bofetada que resonó instantáneamente en toda la habitación.

Mateo no ignoró el odio que había pasado por sus ojos, y su triste mirada fue como una espada afilada penetrando en su pecho.

Su rostro ardía de dolor, pero a él no le importaba. Apretó su mejilla entumecida con la punta de su lengua y susurró -¿Es suficiente? Si no, tengo el otro lado. -

Rosaría quedó al instante aturdida.

¿Cómo podría ser así?

No se parecía al Mateo que ella había conocido.

Había sido una persona tan arrogante que no había permitido a nadie que le tocara. Todavía recordaba que hace muchos años alguien lo había golpeado a propósito, y casi le había quitado las piernas a esa persona. Todavía tenía miedo de que Mateo la atacara. ¿Por qué se comportaba así ahora?

Su mirada estaba llena de ternura, como si ella fuera su amante. Había visto ella esta mirada solo hacia Estela, que ahora de repente le resultó algo irónica.

Rosaría de repente volvió la cabeza a evitar el aliento de Mateo. Respiraba nerviosamente y su mente estaba completamente desorientada.

-Mateo, ¿es interesante para ti todo esto? No creas que puedo perdonarte por lo que estás haciendo. Nunca olvidaré el insulto y la lesión que tú y tu novia me han hecho, más el accidente de la prueba de rodaje. Además, ¿realmente crees que ha sido un accidente? -

Rosaría no se atrevió a mirar a los ojos de Mateo.

Este hombre sabía demasiado bien cómo actuar y fingir. Ella no parecía capaz de ser rival para él.

Al ver a Rosaría encogerse otra vez, Mateo agarró su mano.

Ella hizo todo lo posible para sacar su mano, pero no lo consiguió.

-Mateo, ¿qué quieres exactamente? -

-Es lo que te debería preguntar yo. ¿Qué quieres exactamente que yo haga? Dime. Mientras hables, incluso si quieras mi vida, te la daré. -

Mateo dijo sinceramente, mirando hacia ella con los finos ojos.

El corazón se le detuvo a ella de repente por un segundo, y sintió dolor.

-Realmente sabes bromear, señor Mateo. Nos acabamos de conocer y me estás tratando así. ¿No tienes miedo de que la señorita Estela esté celosa? ¿O es este el truco que sueles jugar cuando ligas con las mujeres? -

¡Casi fue engañada por él!

Este hombre amaba tanto a sí mismo, ¿cómo podía haber dicho palabras tan conmovedoras? Además, aunque tenía dudas sobre ella, ¿sería posible que le sacrificara su vida solo por unas sospechas?

Si la había amado en el pasado, aún era posible. ¿Pero alguna vez la había amado?

Durante los tres años de matrimonio, ella siempre lo había perseguido, mientras que él había sido arrogante e indiferente. Incluso durante su embarazo él había sido tan cruel que había ordenado que la quemara hasta la muerte. ¿Por qué ahora se comportaba tan enamorado? ¡Era ridículo!

Un rastro de tristeza pasó por los ojos de Rosaría.

Mateo no lo ignoró y puso la mano de Rosaría en su rostro, donde le estaba ardiendo de calor.

Rosaría quería sacar su mano, pero él era muy fuerte, que era imposible para ella hacerlo por un momento. Pero no estaba resignada, y lo miró con enojo.

Al verla así, a Mateo le parecía haber regresado a los días en que lo había perseguido. Después de saber que ella había sido enterrada en el mar de fuego, las cosas que antes había considerado insignificantes se habían vuelto más y más impresionantes y no dejaban de dolerle el corazón.

Sólo entonces se había dado cuenta de lo mucho que la había amado.

Ahora que ella había regresado, no le importaba qué motivos tenía ella ni qué quería ella hacer, le contentaría a ella siempre que se quedara a su lado.

-Nunca he ligado con otras mujeres. Sólo con mi esposa. -

La voz de Mateo estaba profunda y suave.

Todas las defensas de Rosaría casi se le colapsaron.

Su mirada era demasiado tierna, su voz demasiado encantadora, e incluso su aliento llevaba un olor fascinante.

Rosaría sintió que le empezó a doler el corazón poco a poco.

¿Esposa?

¿Recordaba a su esposa?

-Realmente sabes bromear. Yo, Catarina, no soy tu esposa. -

Aprovechando el descuido de Mateo, Rosaría usó toda su fuerza y consiguió sacar su mano.

Parecía que todavía quedaba su temperatura en la mano, pero ella la puso debajo de la manta para que estuviera completamente fuera de la vista.

Mateo sintió su rostro vacío y su mano vacía, como si todo su corazón estuviera vacío.

Durante los cinco años, había guardado la habitación tan fría que muchas veces no había podido conciliar el sueño. Ahora por fin ella había regresado. Estaba frente a él tan vívida, mostrando sus emociones, e incluso él podía tocar la calidez de su cuerpo. Sintió que su corazón se volvió vivo y cálido.

Ya que Rosaría no quería admitirlo, entonces no la forzaría. Creía que un día en el futuro ella diría su propósito y él revelaría su secreto.

Mateo de repente sonrió festivamente, haciendo que Rosaría se asustara.

¿Este hombre estaba loco?

Siempre había sido un hombre indiferente. ¿Por qué de repente sonrió con suavidad?

-Mateo, te advierto que no pienses que no puedo hacerte nada ahora que estoy herida. Si te atreves a hacerme algo, te prometo -

-No voy a hacer nada. Sólo me quedo aquí para cuidarte antes de recuperarte. -

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