¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 421

Cuanto más la señora Verónica miraba a Marta, más contenta se sentía.

-Pobrecita. Perdona. Pensé que dejarte ser familiar de la familia Suárez te traería buena suerte, pero desde que viniste a nuestra casa, has sido humillada siempre. Es mi culpa. No te he protegido bien. Luchamos hasta la muerte hoy -dijo la señora Verónica.

Después de hablar, miró ferozmente a Rosaría.

Rosaría miró a ellas y sonrió burlonamente.

-¡Qué buena relación entre abuela y nieta! Pero Marta no necesitas fingir más. Te conozco mejor que nadie. Si quieres morir con la familia Suárez hoy, cumpliré tu deseo -dijo Rosaría.

Mientras hablaba, Rosaría agitó su mano y cuatro hombres fuertes vestidos de negro se acercaron.

-Señora Rosaría -dijeron los cuatros hombres.

-Separadles. Recordad, no dejéis que se muerdan sus lenguas y se suiciden para echarnos culpa -dijo Rosaría.

-¡Sí! -contestaron los hombres fuertes.

Marta se puso nerviosa cuando vio que los hombres estaban acercándose.

-Mateo, ¿dejas que Rosaría haga así? Ella era la nuera de la familia Nieto. En caso de que este asunto cause problemas, la familia Nieto también tendrá responsabilidad. Piensa el futuro del negocio de la familia Nieto y piensa por la señora Lorena y por tus hijos. ¿Qué harán en el futuro? ¿Dejas que esta mujer malvada destruya todo? -dijo Marta.

Pensó que Mateo estaba loco.

Rosaría estaba haciendo cosas tan increíbles, Mateo sólo miró todo sin decir una palabra dejando que Rosaría hiciera cosas que quisiera. ¿Quería ver que Rosaría destruyera la familia Suárez?

Sin embargo, Mateo se burló y dijo -Rosaría es mi esposa. Ella puede hacer lo que quiera. Como su marido, lo mejor que puedo hacer por ella es darle apoyo y ayuda. No sólo la familia Nieto, si mi esposa quiere las estrellas del cielo, intentaré conseguírselas. Sólo es familia Suárez. Si destruye todo hoy, tampoco me importa -

Tales palabras arrogantes y dominantes casi hicieron que la señora Verónica se desmayara.

Tosió repetidamente. Marta la consoló en seguida.

-Señora Verónica. No te enfades. Me preocupas mucho así -dijo Marta.

Los ojos de Marta estaban rojos. Parecía que las lágrimas podían caer en cualquier momento.

Rosaría estaba muy agradecida por las palabras de Mateo. Ella lo miró cariñosamente y le dijo a la señora Verónica -Repito que devuelve mi hija. Me iré con todos en seguida. Y no tendré nada relación con la familia Suárez. También te prometo que no volveré a vengarme de la familia Suárez -

-No sé de qué estás hablando. Rosaría. Llevas a los hombres a nuestra casa. Y dejas que tu marido intervenga el negocio de la familia Suárez. ¿De verdad crees que puedes controlar todo? Si muero hoy, no creo que la familia Nieto y tú podáis escapar de la responsabilidad -dijo la señora Verónica.

La señora Verónica ya estaba luchar con todo que pudiera.

De todas formas, tampoco pudo dejar que Rosaría ganara.

Al ver la actitud firme de la señora Verónica, Rosaría dudó por un momento.

¿De verdad quería irrumpir sin importar todo?

Pero si no irrumpió, no supo cómo estaba Laura ahora y se preocupó mucho.

Ella estaba en un dilema.

En este momento, Mateo la abrazó por detrás. Dijo con indiferencia -No es asunto nuestro si la señora Verónica quiere suicidarse, pero la persona que queremos encontrar hoy debemos encontrarla. Así que lo siento mucho. Venga, entrad todos y buscad -

-¡Cómo te atreves! -gritó la señora Verónica.

Lo que le importaba a la señora Verónica ahora no era nada más, sino la dignidad de la familia Suárez.

Si a la gente de Mateo se le permitió entrar en la casa de la familia Suárez, entonces perdería la dignidad de la familia.

Cuando estaban discutiendo, vino Javier.

-¿Qué está pasando? Rosaría, Mateo, todos somos familia. ¿Por qué no podemos comunicarnos? ¿Por qué hacéis cosa así? -dijo Javier.

Javier volvió. La señora Verónica se sentía menos preocupada.

-Javier. Quieren que muera. Incluso quieren irrumpir en nuestra casa. Mira, esta es la persona que siempre estás protegiendo. Dice que es buena. ¿Qué está haciendo ahora? Viene a nuestra casa. Ahora quiere obligarme morir. ¿Cómo lo explicas? -

La señora Verónica dijo llorando y gritando. Perdió toda la dignidad de una persona mayor.

Javier estaba molesto por el comportamiento de la señora Verónica. Dijo en voz baja -Mamá, no llores. Puede haber un malentendido -

-Javier, no hay malentendido. Rosaría viene con muchos hombres. Nos insulta. Quieren irrumpir en nuestra casa. ¿Cómo puede irrumpir en la casa de la familia Suárez cualquiera? Ya no hay ley en este mundo -

Añadió Marta exagerando.

Rosaría y Mateo permanecieron en silencio. Las miraron.

Vio que Rosaría y Mateo no dijeron nada. Javier no pudo evitar quedarse atónito.

Dijo -Rosaría. Mateo. ¿Por qué estáis todos aquí hoy? ¿Por qué estáis tan agresivos? ¿No es para visitar a mi madre? -

-¿No sabes por qué? Señor Javier -

Tal vez fue porque la mirada de Javier era demasiado fría, o tal vez realmente sentía que este asunto estaba algo involucrado. La señora Verónica dijo enojada -No lo hicimos. Lo que dicen no es la verdad. Si dicen que hemos matado a alguien, ¿también tenemos que admitirlo? -

Rosaría estaba tan enfadada que quería decir algo, pero fue detenida por Mateo.

Mateo dijo fríamente -Señora Verónica. No sirve hablar tanto. Si no habéis hecho y no tenéis nada que ver con este asunto, será mejor que nos dejes entrar y echar un vistazo. Ya he dicho que mi gente vio ese coche entró en el patio de la casa de la familia Suárez. Si no hubiera el coche en el patio, no me importa cualquier castigo. Puedes hacer lo que quieras. Pero si hay el coche, espero que señor Javier nos dé una explicación. Mi hija acaba de tener una operación. Está muy débil. Si le pasa algo, perdóname, no os dejaré en paz -

Javier tembló por las palabras de Mateo.

Supo mejor que nadie la importancia de los hijos para Rosaría y Mateo.

Rosaría ya había perdido un hijo por coger medicina para la señora Verónica. Si ahora era verdad que Laura fue secuestrada por la familia Suárez. No la dejarían en paz.

Sin embargo, antes de que Javier pudiera decir algo, la señora Verónica dijo descontentamente.

-¿Creéis que podéis entrar en la casa de la familia Suárez como queráis? De todas formas, la casa de la familia Suárez es casa de los héroes. No podéis hacer lo que queráis -

-Os dejo entrar y buscar -

Javier ignoró a la señora Verónica. Dijo directamente.

La señora Verónica miró a Javier sorprendida y gritó -¡Qué dices! Estás loco -

Cogió la muleta a su lado y golpeó a Javier.

Marta estaba inquieta. Ella dijo apresuradamente -Javier. Podemos dejar que nuestra propia gente entre y eche un vistazo. ¿Cómo podemos dejar que la gente de familia Nieto entre así? La casa de la familia Suárez es casa de los héroes. Si luego todo el mundo sabe de esto, ¿cómo pensará a nosotros? Pensarán que tenemos miedo de la familia Nieto -

-¿Has oído eso? Incluso Marta lo entiende. Tú eres cabeza de la familia Suárez, no entiendes. Estás totalmente loco -dijo la señora Verónica.

La señora Verónica quería abrir la cabeza de Javier para ver qué estaba pensando.

Pero Javier los miró fríamente. Dijo con un tono frío -Si este asunto no tiene nada que ver con vosotras, ¿por qué estáis tan nerviosas? ¿Qué pasa si sólo entran y miran? Todos somos familiares. Si la noticia sale, también será la persona de nuestra familia quien habrá dicho. ¿De qué tienes miedo? ¿O es verdad que fuisteis vosotras las que secuestraron a la niña como dijo Rosaría? -

La señora Verónica se quedó aturdida por la pregunta de Javier.

-¿De qué tonterías estás hablando? ¿Cómo podemos secuestrar a una niña? Estaba desmayada. Acabo de despertarme. Lo sabes. ¿Cómo puedo secuestrar a una niña? -dijo la señora Verónica.

-¿Y tú? -preguntó Javier a Marta.

La miró ferozmente. Marta tembló por su mirada.

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