¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 74

La pelea de Alana y Víctor afectó a otras personas, y una anciana fue empujada al lado del camino.

La anciana gritó alarmada. Cayó al suelo y se crispó. Parecía que no estaba bien.

Alana estaba aturdida.

Víctor frunció el ceño y le dijo -Oye, ¡no intentes chantajearme! No te he tocado -

Alana finalmente reaccionó. Ella y Víctor no habían tocado a la anciana, pero ¿por qué se cayó?

Rosaría rápidamente se acercó.

-¡Señorita Rosaría, no te acerques! -

Alana dijo apresuradamente, pero era tarde.

La anciana abrazó la pierna de Rosaría y lloró.

-¡Ayuda, ayuda! Esta mujer dijo a sus compañeros que me hicieran daño y quiere escapar. ¿Hay justicia en este mundo? -

La anciana lo dijo en voz alta, parecía que estaba bien, aunque estaba muy débil hacía unos segundos.

Sólo entonces Rosaría se dio cuenta de que ella quería chantajearlos.

Rosaría pensó, "¿Por qué solo me abraza a mí y no a Alana y Víctor?"

Ella quería encoger su pierna, pero la anciana la abrazó con fuerza, haciéndola incapaz de cumplirse.

-Señora, no estoy aquí antes. Sabes que tus palabras no son lógica -

Rosaría realmente odiaba a este tipo de personas. Si hubiera sabido que era una persona así, no habría venido.

La anciana dijo con una expresión arrogante -¡Eres tú quien me ha golpeado! Me duele el pecho. ¡Me duele mucho! -

Debido a los gritos de la anciana, un gran número de personas vinieron de los alrededores. Criticaron a Rosaría, lo que la hizo enojarse mucho.

-Señora, ya eres mayor. ¿No te da vergüenza hacer tal cosa? Dime, ¿cuánto dinero quieres para dejarme ir? -

¡Qué mala suerte! Rosaría no tuvo más remedios que solucionar este problema con dinero. No esperaba que la anciana gritara aún más fuerte.

-¿Todos han escuchado eso? ¡Esta mujer quiere compensarme con el dinero! Ya soy muy mayor. Me ha golpeado, pero no quiere llevarme al hospital, sino que me humilla con el dinero. ¡Me da vergüenza de vivir! -

Aunque dijo esto, no tenía intención de dejar a Rosaría salir o ir a morir.

Alana nunca había experimentado tal cosa antes, y entró en pánico por un momento.

Rosaría sintió que era un día desgraciado. ¿Por qué le sucedió este lío?

Justo cuando estaba a punto de decir algo, vio a una persona acercándose y pateando a la anciana en el pecho.

-Maldita sea. ¡Qué desvergonzada eres! ¿Has dicho que alguien te ha pateado el pecho? Entonces, satisfecho tu deseo -

La conducta repentina de Víctor asustó al instante a Rosaría.

La anciana puso los ojos en blanco y se desmayó. No estaba fingiendo esta vez.

¡Se convirtió en un gran problema!

La gente de los alrededores llamó a la policía, y algunos comenzaron a criticar a Rosaría y Víctor.

Rosaría sintió un mareo.

Pensó, "¿Por qué Víctor es tan irracional?

¿Qué debemos hacer frente a tanta gente?"

-Víctor, realmente has estado un poco impulsivo -

Había tantos testigos en los alrededores. ¿Qué se podía hacer?

-No tengas miedo -dijo Víctor con indiferencia -Es obviamente una trampa hecha por algunos. Soy yo quien ha peleado con esa mujer bárbara, pero esta vieja insistió en chantajearte. Si la dejamos que continuara, podrían tener más problemas -

Después de decir eso, Víctor agarró la mano de Rosaría y le dijo a Alana quien estaba estupefacta -Oye, eres la guardaespaldas de Catalina, ¿no? Soluciona bien el asunto aquí. Ella y yo nos vamos ahora -

-No, ¡la señorita Rosaría no puede irse contigo! -

Alana inconscientemente quería detenerlo.

Víctor dijo seriamente -¿No puede irse conmigo? ¿Entonces tiene que quedarse aquí para que le inculpen y se burlen de ella? -

Alana se quedó sin palabras de inmediato.

Miró a Rosaría.

-Llama a Mateo rápidamente. Él se ocupará de este asunto. A lo sumo, gastará dinero. Se lo devolveré más tarde -Rosaría asintió con la cabeza porque tampoco sabía qué hacer.

-Vale. Señorita Rosaría, ten cuidado -

Alana todavía no confiaba en Víctor.

El playboy no era fiable.

Sin mirar a Alana, Víctor tiró de Rosaría y los dos se dieron la vuelta y se fueron.

Al verlo hacer eso, la gente de los alrededores se adelantó apresuradamente para detenerlo. Pero él los golpeó uno por uno.

Como ya había un gran problema, no se preocupaba por hacerlo más grave. Por otra parte, era un hombre presuntuoso.

Rosaría fue sacado de la muchedumbre por él. Subió a su llamativo Ferrari rojo. El coche salió volando como una flecha.

Esta era su primera vez que veía a alguien haciendo así como Víctor.

Parecía que él existía para causar problemas. Y no tenía miedo a nada. Posiblemente era por su familia.

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