Me siento pérdida, veo por toda la habitación y sé que esta no es mía, porque es extraña, lo digo en el sentido de que está completamente diseñada con colores neutros, de hecho en la cama en la que estoy las sábanas son todas negras y grises.
Me levanto de un salto de esa cama y veo que en la habitación hay tres puertas, creo que las habitaciones serían baño y armario y, si me preguntan por la tercera, ni idea... Camino hacia una de las puertas y ¡Bingo!, Si es el baño. Entro al mismo me despojo de mi ropa la cual era la que tenía cuando llegué aquí... hablando del tiempo, ¿Que día es hoy?
No sé cuanto duré en este lugar y no se tampoco donde estoy, es extraño que después de que el idiota de Mikhail llegase a mi vida todo tipo de cosas extrañas me están pasando y, hablando del rey de Roma, todos los recuerdos de aquel hombre que se hace llamar su padre vienen a mi, jefe de la organización, asesino, recolector de jóvenes, Psicópata.
Me lavo el cuerpo, y cuando finalizo me coloco la misma ropa, al hacerlo salgo del baño con el pelo mojado haciendo que un camino de gotas se hagan presente por todo el piso de la habitación. Me siento en la cama de nuevo y miro hacia la puerta, es extraño que no he intentando huir de aquí.
Me levanto de la cama y me dirijo a la puerta, al llegar giro el cerrojo y al hacerlo me doy cuenta de que la puerta tiene seguro... ¿Por qué estaría abierta? Eso sería estúpido, si yo rapto a una persona y la encierro en una habitación no la dejaría abierta. No lo voy a secuestrar para que haga una expedición por toda la casa.
Vuelvo a la cama y me vuelvo a sentar y al hacerlo comienzo a tararear una canción, la cual es perfect de Ed Sheeran, no me culpen, lo amo. Al tararear la canción me dan ganas de bailar y lo hago, me levanto y me muevo al ritmo de la canción, visualizo un futuro, un futuro el cual no tenga que ser tan triste como estos días, un futuro en el cual pueda disfrutar la vida, un lugar en el que no respire tanta maldad.
Al terminar pronuncio una maldición a todo volumen, la cual no duró mucho en hacer que se escuche el eco por toda la habitación, me dirijo a la puerta y comienzo a golpearla de una manera descontrolada, para que así puedan escucharme y sacarme de aquí, golpeo un golpe tras otro. Hasta que noto que mis nudillos están ligeramente rojos y que las manos me duelen como la mierda. En un momento se escuchan voces y pasos de tacones que creo se dirigen hacia acá, porque se escuchan muy cerca, al igual que nítidos.
Los tacones de detienen y veo como el cerrojo, al abrirla me exalto ¿No podía haber sido otra puta persona?.
Candy...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Notas de un asesino.