Pedido de Amor romance Capítulo 123

Parecía tan triste que Alberto, intuyendo que algo iba mal, le dijo con preocupación:

—¿Qué te pasa?

—No, es que he comido demasiado en el almuerzo y aún no tengo hambre.

Selena esbozó una sonrisa superficial y volvió a señalar los papeles que había sobre la mesa. —Los estoy leyendo, voy a estar un rato ocupada y luego estoy lista para ir a casa a dormir.

—Menos mal, yo tampoco quiero comer, me quedaré aquí contigo.

Alberto fue a sentarse a su lado y echó un vistazo a los papeles que había sobre su mesa.

—¿Qué es lo que no entiendes? Puedo explicártelo.

Sabía perfectamente que Selena ocultaba algo, pero no preguntó mucho y se limitó a quedarse tranquilamente con Selena en la oficina.

Después del trabajo, Alberto arrastró a Selena a tomar unos aperitivos antes de llevarla de vuelta a “casa”.

La dirección que Selena le dio a Alberto era un callejón frente al Club Nocturno, pero esperó a que Alberto se fuera antes de volver al Club Nocturno de Aaron.

En un principio, no quería que Alberto la llevara a casa, pero no pudo resistir el ardiente entusiasmo de Alberto.

Cuando entró en el piso, el interior estaba oscuro, y por la escasa luz del exterior, Selena se quitó los zapatos y caminó cansada hasta el sofá del salón para tumbarse, cerrando los ojos sin hablar.

De repente sonó el teléfono en el bolsillo.

Selena sacó su teléfono y vio que era la llamada de Alberto.

—Alberto, ¿qué pasa? —preguntó Selena con pereza, apoyada en el brazo del sofá.

—¿Dónde estás?

—¿Dónde estoy? —Selena se quedó confundida, sin entender por qué Alberto le preguntó así de repente—. Claro que estoy en casa.

—Oh, estaba preguntando dónde está tu casa y me gustaría venir a sentarme un rato.

Alberto, al otro lado del teléfono, emitió un tono ligeramente alargado que parecía una declaración bastante significativa.

El corazón de Selena se aceleró y se incorporó del sofá, pensando:

«¿Sabe algo?»

—Estoy, estoy un poco cansada y quiero dormir ya. Además, no es propio de ti venir porque estoy compartiendo el apartamento con otra chica.

Sacó una excusa al azar y rechazó a Alberto.

—De acuerdo, hasta mañana entonces. Buenas noches.

—Buenas noches.

Selena colgó el teléfono y soltó un suspiro de alivio.

Sin saberlo, Alberto estaba junto a la entrada del ascensor en el aparcamiento negativo de la primera planta del Club Nocturno.

Agarró el teléfono con fuerza en la mano, con la mirada fija en el número que aparecía en la pantalla del piso del ascensor: ¡38!

Piso 38, el mismo piso donde se encontraba Aaron.

Resultó que ya estaba viviendo con Aaron.

***

En el piso, Selena no estaba al tanto de todo esto y después de estar un rato tumbada en el salón fue al baño a ducharse, luego fue al estudio a encender el ordenador, abrió una página web y entró en una misteriosa web ingresando una cadena de URLs.

Leía la información de la página web mientras estaba muy nerviosa temiendo que Aarón, volviera de repente.

De repente, se abrió la puerta del estudio, Selena levantó la vista y encontró con la mirada de este.

—¿Por qué has vuelto?

Hizo una falsa pregunta despreocupada, pero su mano cerró la página sin decir nada, borrando rápidamente el rastro de los sitios de navegación.

Abrió una página determinada de una novela abierta de antemano y fingió estar leyendo.

Aaron, vestido con una camisa negra con una corbata informal de color oscuro y ambas mangas subidas hasta los codos, se dirigió a grandes zancadas hacia ella.

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