Selena no podía pensar en nadie más que la familia Lirio, que había rescatado a un asesino de la mano del detective privado.
«¡Pero lo han matado!»
Debería haber pensado que, para una familia tan malvada como la Lirio, matar para silenciarlo sería la mejor opción.
Ahora no sólo había perdido su última pista, sino que también había sido descubierta por la familia Lirio. Si la familia Lirio sabía que ella conocía la verdad, ¿ella sería la siguiente en morir?
La repentina noticia hizo que su corazón latiera más rápido y sus nervios se vieron alterados.
De todos modos, no podía dejar que sus padres adoptivos lo supieran.
Después de tres días libres, volvió a su trabajo.
Para no llamar la atención de la familia Lirio, pasaba su tiempo libre en el hospital con su madre para no aparecer delante de la familia Lirio.
Al mismo tiempo, siguió las “órdenes del médico” y se abstuvo de beber alcohol durante un mes y descansó regularmente.
En secreto, pagó a otra agencia de detectives privados para que investigara el accidente de sus padres adoptivos.
Un mes entero pasó tranquilamente.
Se tomó el tiempo para ir al hospital para la “revisión” y los resultados mostraban que todo estaba bien.
Una vez que Selena salió del hospital, Aaron recibió una llamada del hospital:
—Señor Aaron, a la señorita Selena le hemos hecho una ecografía y el feto tiene más de dos meses y se está desarrollando muy bien…
—¿No muestra signos de aborto? ¿No tendrá un efecto negativo al estar haciendo un trabajo duro en el feto? —preguntó Aaron.
—La señorita Selena ha crecido en el medio rural desde niña y goza de buena salud, no es tan delicada como otras mujeres embarazadas.
—Vale, ya lo veo.
Había pensado que el duro trabajo de Selena afectaría al bebé, pero no fue así.
***
En el Club Nocturno.
A medida que avanzaba la noche, el Club Nocturno se iba llenando de jóvenes cansados de su trabajo, que se dejaban llevar por el desenfreno, bailando en la pista de baile o emborrachándose.
Viendo esta escena, Selena se preguntó si no les hubiera tendido una trampa deliberada la familia Lirio a sus padres adoptivos, habría vuelto al pueblo natal con el dinero que había ahorrado para abrir un bar o un supermercado y habría vivido una vida sencilla y tranquila.
Pasadas las diez de la noche, mientras Selena se escondía en un rincón, sonó el intercomunicador:
—Selena, Selena, ven al baño de caballeros, el señor Alberto Donel te llama.
—¿Al baño de caballeros? ¡Vete a la mierda! ¿Por qué tengo que ir al baño de caballeros si soy una mujer? —rechazó Selena con displicencia en el interfono.
—Venga, Selena, vamos. El señor Alberto llamó que vinieras tú. No te preocupes, el baño de caballeros está vacío —Tino conocía las preocupaciones de Selena y se lo dijo.
—¡Otra vez Alberto! Vale, vale, ahora mismo voy.
Con eso, Selena se dirigió al baño público.
En cuanto llegó al baño de caballeros, algunos de sus compañeros del equipo de seguridad la saludaron inmediatamente:
—Date prisa, el señor Alberto está tumbado en el cuarto de baño y no se levanta.
—Te nombró personalmente para que vinieras a ayudarlo.
—Oye, Selena, tienes que aprovechar la oportunidad, quizás te vuelvas rica después de esta noche.
***
—Deja de cotorrear, vete a trabajar, el encargado dirá que estamos vagando si nos vea —hizo un gesto con la mano.
Al entrar en el baño de caballeros, el primer cubículo estaba abierto, inclinó la cabeza y se acercó para ver a Alberto sentado en el inodoro, vomitando en la papelera.
Alberto Donel, el segundo hijo de la familia Donel de la Ciudad Azul, era guapo, pero un mujeriego que no sabía hacer nada.
La mención de su nombre era objeto de muchas burlas.
¿Cómo lo conocía Selena? Bueno, su primer encuentro fue un poco “dramático”.
Poco después de entrar a trabajar en el Club Nocturno, se cruzó con Alberto intimidando a Tino y Selena no pudo soportarlo, así que rompió una botella sobre la mesa y le señaló con la botella rota, diciendo confiada:
—Tino me pertenece, ¡cómo te atreves a hacerle daño!
—¡Vete si no estás borracho! Uh... Oye, Alberto, ¿qué estás haciendo?
Selena no había terminado la frase cuando Alberto la agarró repentinamente del brazo y la inmovilizó contra la pared.
—Selena, ¿sabes que eres la única que me ha tratado de forma diferente en toda mi vida?
Estaba borracho y olía tan fuertemente a alcohol, que hizo que Selena se sintiera muy molesta.
—Selena, ¿quieres ser mi novia?
Selena se quedó sin palabras al oírlo.
No se tomó en serio el comentario jocoso y borracho de Alberto, sino que lo fulminó con la mirada:
—¿Es que ya no sabes quién eres o que no te has pegado últimamente?
—Tú... tú... mira lo fea que te has vuelto. Ni siquiera me disgustas, vamos, acepta mi propuesta.
—Alberto, ¡¿no estás despierto aún?! ¿Quieres recibir mi paliza? —regañó Selena.
En ese momento, un sonido de tos sonó de repente desde la entrada del baño de caballeros.
Los dos lo oyeron e volvieron la cabeza para mirar.
Selena no pudo evitar ponerse rígida.
«¿Aaron? ¿Cómo puede ser él? ¿Y por qué está aquí?»
Pero al momento siguiente pensó que ya no tenía al bebé de Aaron y que no tenía nada que ver con él, por lo que, volvió a mostrarse indiferente.
—Anda, ¡qué coincidencia! ¿El señor Aaron también vino a usar el baño?
Alberto, que seguía apoyado en la pared con una mano y el bolsillo en la otra, y le saludó a Aaron.
El Club Nocturno era propiedad de Aaron y aunque normalmente vivía en el ático, raramente bajaba al bar, salvo para eventos sociales con sus socios.
Pero hoy cuando se bajó al bar, se encontró con la mujer enrollándose descaradamente con Alberto, un perdedor total.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Pedido de Amor
Seguirán escribiendo esta historia bonita...
Bella novela continuarán escribiendo capitulos...