Pedido de Amor romance Capítulo 146

Por muy fuerte que fuera Alberto, al fin y al cabo era el hijo de Felipe Donel.

Felipe, aunque era duro con Alberto, absolutamente lo amaba sin duda.

Selena realmente sentía que no había una verdadera animosidad entre Alberto y Felipe y que sería mejor que encontraran una manera de aliviar la relación entre padre e hijo.

Alberto negó con la cabeza:

—Me va bien por mi cuenta, ¿por qué tengo que volver?

—En realidad, creo que Felipe no es tan malo contigo...

Selena estaba en pleno intento de persuadir a Alberto cuando vio una mirada suya y se calló inmediatamente.

Los ojos suyos, estaban cargados de ira y resentimiento.

Desde que conoció a Alberto hasta ahora, Selena rara vez ha oído a Alberto mencionar a Felipe delante de ella.

Ella simplemente pensaba que padre e hijo no se llevaban bien, pero nunca imaginó que Alberto le odiara tanto.

—No menciones más su nombre delante de mí por favor.

—Pero..

Selena estaba a punto de decir algo y, tras unos segundos de silencio, añadió:

—Pero es tu padre, después de todo, ¿y quieres seguir así para siempre?

El agarre de Alberto sobre la copa de cerveza se tensó ligeramente y su ceño se frunció cuando sus fríos ojos se posaron en Selena una vez más.

—¡No merece ser mi padre!

En una breve frase, la actitud de Alberto ya quedaba muy clara.

—Bueno, vamos, bebe, pero no te emborraches hoy.

Selena sabía que Alberto y Felipe están muy enfrentados y que no era posible resolver sus problemas en poco tiempo, por lo que no quería hablar más del asunto.

Pero en su interior, todavía quería ayudar a Alberto.

Conoció a Alberto cuando trabajaba como guardia de seguridad en el Club Nocturno, y lo habíavisto borracho innumerables veces, la mayoría de las cuales tenían algo ver con su familia original.

Sabía que cuanto más odiaba Alberto a Felipe, más demostraba que este se preocupaba por su padre.

—Bueno, bebe.

Los dos levantaron sus copas y bebieron libremente, riendo y pasando un buen rato.

Después de la cena, los dos estaban apenas borrachos.

—¿Quieres que te lleve de vuelta a casa? —Alberto se marchó y preguntó por Selena, sólo para ver cómo agitaba la mano.

—No quiero volver, quiero dar un paseo y sentir la brisa nocturna.

—Pues te acompaño —dijo Alberto.

—Bien —Selena aceptó de inmediato.

Dentro de unos días dejaría la Ciudad Azul y no tendría muchas ocasiones de volver a ver a Alberto.

***

En el Club Nocturno.

Aaron volvió al piso y se colocó frente a la ventana del suelo al techo con una copa de vino, el gran piso, inusualmente frío y vacío por la ausencia de Selena.

Tomó un sorbo de vino contemplando la bulliciosa Ciudad Azul, sumido en sus pensamientos.

De repente, sonó el teléfono móvil de su mesa.

Mirando la pantalla con el número de Laura, dudó un momento antes de responder.

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