Pedido de Amor romance Capítulo 153

El experto de amor, Ramiro dio su opiniones.

Aaron, sin embargo, consideraba que su respuesta era un poco exagerada y lo miró con desconfianza, y luego a Héctor, como si creyera más en la opinión de éste.

Quien sabía que Héctor asintió con la cabeza de forma seria.

—Ramiro tiene razón.

Al recibir una respuesta definitiva, Aaron, en silencio por un momento, levantó su copa y lo vació de un solo trago.

Héctor y Ramiro se miraron y se quedaron un poco aturdidos.

—Aaron, ¿por qué muestras tal expresión? ¿Acaso estás realmente enamorado de Laura?

—La señorita Laura es su prometida, es normal estar enamorado de ella.

Mientras escuchaba a los dos hombres, le vino a la mente de Aaron la cara de Selena.

El hombre agarró su vaso como si no pudiera aceptar la realidad, dijo con voz profunda:

—No es ella.

Hasta entonces, Aaron, quien se había mostrado escéptico, al escuchar las palabras de Ramiro, se dio cuenta de que el afecto que sentía por Selena.

Aquella noche, por ejemplo, cuando no había sido capaz de impedir que Selena abandonara el piso, había estado un poco ansioso e inquieto durante todo ese día, por lo que había utilizado todos los medios posibles para que Selena apareciera ante él.

Cuando la veía, quería tomarla en sus brazos, e incluso intentaba besarla tranquilamente cuando estaba dormida...

—¿No es ella? ¿Dices que no es Laura?

Ramiro apenas podía creer que esas tres palabras salieran de la boca de Aaron. Así que le preguntó para confirmar.

—Si no es ella, ¿quién? ¿Tienes una amante?

Héctor también lanzó una mirada de asombro a Aaron, esperando su respuesta.

Pero Aaron se quedó callado, cogió su copa y tomó un sorbo en silencio.

Después de esperar mucho tiempo una respuesta, Ramiro le dio un golpecito en el hombro a Aaron.

—Aaron, ¿por qué no nos dices quién es esa persona que te gusta?

Seguía sin contestar.

Fue Héctor quien frunció ligeramente el ceño y luego adivinó:

—¿Acaso es esa «nieta» de tu abuela?

Héctor era, en efecto, un policía inteligente y sabio, y su suposición fue acertada.

—¡¿Qué?! ¡¿No puede ser?!

Ramiro consideraba que la suposición de Héctor era incorrecta, así que con paciencia analizó.

—Mira, ¿la mujer que la anciana quiere reclamar como su nieta no es casi idéntica a Laura? Es una chica de campo. Además, si a Aaron no le gusta Laura, ¿cómo le va a gustar otra mujer que se parece tanto a ella? No tiene sentido —dijo con seguridad y eficacia, chocando su copa con la de Aaron.

—¿Es eso cierto, Aaron?

Con eso, levantó su copa y tomó un sorbo de su vino.

En ese momento, sin embargo, se oyó decir a Aaron con voz grave.

—Creo que es ella.

—Pf...cof ...cof...cof...

Su respuesta hizo que Ramiro, que estaba bebiendo, se atragantara.

—Cof, cof...Aaron, ¿qué has dicho?

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