Las cejas de Selena se alzaron, y de repente sintió un olor a «guerra» entre los dos.
«Estos dos, en efecto, son tan incompatibles como se rumorea. Es interesante ver cómo se enfrentan justo después de encontrarse».
—No.
Aaron señaló su traje de etiqueta:
—La ropa no está muy cómodo, mejor la próxima vez —retiró la mirada para mirar a Selena:
—Selena, vamos.
Se acercó a Selena y le tomó la mano con naturalidad:
—¿Saber montar en moto? Justo a tiempo puedo enseñarte.
—Caramba, quién está subestimando. ¿Qué tal si compartimos?
Selena fingió estar muy molesta por haber sido subestimada.
—Sí.
Aaron aceptó de inmediato.
Selena pensaba para sí misma:
«¿No acabas de decir que te resulta incómodo estar toda vestida? Cómo es que ahora es conveniente. ¿Acaso me deprecias?»
—Resulta que tu tío está aquí, así que puedes pedirle prestada la Harley y yo montaré en tu moto. Entonces hagamos una competición. Pero ... no hay apuestas, qué lástima.
Selena le dedicó a Aaron una sonrisa disimulada, una mirada que, con sólo un vistazo, Aaron supo lo que pensaba esta mujer.
—Tienes sentido —Xavier, que estaba de pie en la banda, intervino—. Pues, apostaré por ti para que ganes. Te apuesto cincuenta mil. ¿Qué te parece?
Para los ricos, el dinero, es más que un número.
Pero 50 mil, para Selena, era una cantidad considerable.
—Aunque acabo de aprender cómo motar moto, pero... —Selena no terminó de sus palabras cuando Aaron la interrumpió con una sonrisa de impotencia y un encogimiento de hombros:
—Mis habilidades simplemente no son buenas. ¿Qué tal si me llevas en moto a dar un paseo?
Al pisar el acelerador con demasiada fuerza, la moto dio un pequeño bandazo, y Aaron casi se cayó al suelo.
El hombre se estabilizó antes de rodear su cintura con un brazo:
—¿Estás segura de que realmente sabes montar la moto? No tengo seguro.
—No pasa nada, ja, ja, ja —Selena sonrió torpemente.
Menos mal que Aaron no se cayó de la moto, si no Simón la mataría.
Mientras conducía por la carretera, una docena de motos zumbaban delante de ella, acompañadas por los gritos y silbidos de hombres complacientes, lo que hizo que Selena se pusiera un poco emocionada.
Aceleró más la moto cuando de repente pareció chocar contra una piedra y la moto se sacudió:
—¡Ayyyyyy...!
Selena se sobresaltó, pero al momento siguiente el hombre que estaba detrás de ella se inclinó repentinamente hacia ella, estrechó las manos, agarró el manillar de la moto y estabilizó la moto que se balanceaba.
Con tal escena, Selena se vio entonces envuelta en sus brazos, envuelta en él de forma extraordinariamente amorosa.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Pedido de Amor
Seguirán escribiendo esta historia bonita...
Bella novela continuarán escribiendo capitulos...