Mientras hablaba, encendió el vídeo de vigilancia de su teléfono y la hora del segmento que había capturado era la primera noche en que Laura había sido secuestrada.
Adelantando dos veces el vídeo sí que se ve a Selena colándose en la casa de Laura a altas horas de la noche, y no tardó en inundar el primer piso con fuego y Laura volvió a bajar de la primera planta del chalet.
Y esa fue la noche del cumpleaños de Alberto.
Fue la misma noche en que Selena estuvo a punto de ser atropellada por un coche, y Alberto lo recuerda bien. Al día siguiente, envió a alguien a secuestrar a Laura, sólo para que Adelina diera una orden improvisada a alguien para que la abortara.
Como resultado, los hombres no tuvieron escrúpulos y abusaron de Laura, lo que condujo a los acontecimientos de hoy.
Alberto, al ver el teléfono móvil de Laura, pensó que Selena se había infiltrado en la casa de Lirio para llegar a Laura, y por eso pensó que era Selena quien estaba detrás del secuestro y los abusos.
Si fuera él, habría pensado lo mismo.
Después de todo, Adelina no tenía ningún trato con Laura.
Tenía sentido pensar así.
«Esta mujer, solo con buena apariencia y nada de inteligencia, podría ser de algún valor si se la utiliza.»
—Contra Aaron, podemos trabajar juntos. Pero Selena sólo puede ser mía.
Antes de ser herido por Selena, era extremadamente amable con ella.
Porque era la única mujer en el mundo que le parecía «auténtica» y con buen corazón.
Hasta aquel día en el ruinoso almacén, cuando Selena les hirió a él y a Adelina con una pistola sin dudarlo y les arrojó un cheque de medio millón de dólares, todas las buenas ilusiones que Alberto tenía sobre Selena se hicieron añicos al instante.
Hizo mucho por salvarla, incluso se preparó para abrir una sucursal en su antigua casa.
Y Aaron nunca culpó a Selena de lo que le pasó a Adelina. En realidad, Selena estaba muy enfadada por lo que había hecho Adelina, llegando incluso a dispararles a los dos.
Alberto se enorgullece de ser justo, pero nunca imaginó que la mujer que le gusta es tan insensible y despiadada como Aarón.
Laura dudó un momento, pero sonrió:
—Puedo dejar a Selena en paz por ahora, sólo por el bien de nuestro mutuo «enemigo».
—Trato.
Alberto enarcó una ceja, sonrió maliciosamente y le dio la razón.
...
Selena, naturalmente, no se dio cuenta de lo que ocurría fuera, en el aparcamiento.
Pero cuando se sentó en el lugar del evento, no tardó en ver entrar a Alberto, y la mujer que estaba al lado de Alberto era en realidad Laura.
La historia de Laura ya había sido expuesta en los medios de comunicación y su presencia causó un revuelo en un momento dado.
—¿No es esta la talentosa Laura? ¿Es ese... Alberto a su lado?
—Joder... El señor Alberto es todo un playboy, tiene todo tipo de mujeres a su alrededor.
—Laura es un poco mañosa, pero admiro su valentía para admitir su maldad frente a la prensa. Me gustan las mujeres que tienen el valor de hacer lo que quieren.
—¿Cómo puedes estar seguro de que no fue obligada a admitirlo delante de la prensa por el señor Aaron?
—Je, con las tácticas del señor Aarón si fuera pasivo al respecto, sólo habría conseguido que mataran a su Laura y no le hubieran permitido vivir en Ciudad Azul...
—Jajajaja, es cierto.
—Tengo que decir que Laura es muy guapa, pero un poco menos que su hermana Selena.
...
Antes de que comenzara oficialmente el acto de servicio público, el público estaba alborotado por el asunto.
Se especuló mucho, pero Aarón permitió que Laura viviera porque era la hermana de Selena y ésta estaba en el candelero y fue declarada nieta adoptiva de la Señora Patricia inmediatamente después de romper su compromiso con ella.
El anfitrión subió a hablar sobre la caridad y el evento, y luego comenzó el primer artículo de la subasta.
La primera pieza expuesta fue una porcelana de celadón, que partía de un millón de euros y se vendió finalmente por 4 millones.
Entonces la segunda...
La tercera...
La cuarta pieza...
No fue hasta la quinta muestra, un collar de cristal azul «Lágrimas de Ángel», bellamente elaborado y realzado por el amor del personaje principal en el fondo del collar, que cobró mucho sentido.
Selena miró el collar y sintió un vínculo inexplicable con él de un solo vistazo, hasta el punto de que de repente se sintió un poco exaltada por dentro y su corazón se aceleró.
—¡Este collar, la oferta inicial es de 800.000! —El anfitrión gritó.
Selena levantó inmediatamente su cartel:
—830.000 —gritó, y mientras las palabras caían, una voz sonó de repente detrás de ella, la de Alberto:
—¡900.000!
Selena no pudo evitar volver a mirar a Alberto detrás de ella, sólo para ver que el hombre ya no la encaraba con la misma sonrisa de antes, sino con un rostro frío y desconocido.
—¡950.000! —Laura gritó tras ella.
Selena no pudo evitar poner los ojos en blanco.
Los primeros artículos de la subasta, ella no dijo nada y las dos personas detrás de ella tampoco dijeron nada, ¿por qué ahora ella abrió la boca y las dos personas detrás de ella siguieron su ejemplo y gritaron sus ofertas?
—¡Un millón!
Justo cuando Selena estaba a punto de subir su oferta, Nieve volvió a subir el precio, directamente a un millón.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Pedido de Amor
Seguirán escribiendo esta historia bonita...
Bella novela continuarán escribiendo capitulos...