Rubén sólo consideró que algunas cosas eran excesivamente coincidentes.
Hay un viejo dicho: ¡hablando de rey de Roma, por la puerta asoma!
¿Pero no es eso lo que ocurrió?
Acababa de decir que Rubén no volvería a su país, pero ¿qué pasaba ahora?
En la pasarela, el presentador tomó el micrófono y, con una cara que no ocultaba su alegría.
—Dios mío, diseñadora Ivana, este es uno de tus elaborados romances, ¿no? Usar el producto de diseño «Primer Amor» para que la señorita Selena se ponga y camine por la pasarela, y luego hacer que explique «Primer Amor» cuando el verdadero propósito es confesar su amor a ese caballero, ¿no es así?
Selena: «¡Es una pena que no te hayas convertido en editor!»
Se quedó sin palabras, con las emociones a flor de piel por un momento.
Hace un momento había pensado que Rubén nunca lo sabría, pero ahora...
Rubén, al que no veía desde hacía cinco años, había aparecido ante ella como si hubiera caído del cielo.
Esa no era la cuestión, la cuestión era que el anfitrión había razonado y conectado todo, lo que la dejó sin palabras.
Selena echó un vistazo a Rubén, que hacía años que no la veía y parecía haber madurado considerablemente, pero tenía ese auro que resultaba realmente atractivo.
Ella miró a Rubén y Rubén la miró a ella, y se miraron como si llevaran un millón de años mirándose.
En ese momento, la música de fondo cambió repentinamente a una melodía romántica, con «Marriage of Love» de Richard Clayderman sonando lánguidamente, llevando el ambiente a un clímax.
Por alguna razón, Selena sintió de repente que su canción favorita, «Marriage of Love», era tan dura e irónica en este momento, como si llevara una burla infinita.
De repente, sintió una dura mirada que se dirigía directamente a ella.
La mirada de Selena se inclinó ligeramente y se encontró con los ojos pesados y ligeramente perdidos de Aaron.
Su corazón, en cierto momento, se sintió como si hubiera sido pinchado por una aguja, vagamente incómodo.
Ella apretó los labios y sostuvo el micrófono en la mano, un poco nerviosa, con el sudor manchando la palma.
Susana, que estaba sentada al otro lado de la pasarela, asimiló la escena y miró al hombre llamado Rubén y luego a Aarón, sintiéndose increíblemente avergonzada y apenada por Selena.
Porque hace un momento, entre bastidores, Ivana había comentado con Selena que estaba bien que no fuera muy buena paseando por el desfile, y que con su cuerpo perfecto y su estatura, podía simplemente salir con sus joyas e inspirarse en el diseño del «Primer amor».
Pero el destino quiso que su primer amor llegara hoy.
Y para colmo, al presentador se le llenó la boca de tonterías.
Susana incluso se sintió avergonzada por Selena.
Levantó la mano y se cubrió la cara, sin saber cómo afrontar la escena que estaba a punto de desarrollarse.
«¿Me matará Selena cuando se baje de la pasarela?»
Ivana, que estaba al lado de Selena, también estaba ansiosa y al ver el buen ambiente que había, se le ocurrió una idea.
Así que se acercó a la oreja de Selena y le susurró:
—Esta es la oportunidad perfecta para promocionar Joyas Zoeling, ahora que el ambiente se ha creado tan bien, Selena, di que sí, y si lo haces, ¡te daré 100.000 extra!
¿Qué tipo de mercado actual es?
Una época en la que la competencia es súper brutal y una simple muestra de promoción de modelos por sí sola ya no consigue los mismos resultados que entonces.
Había que añadir alguna copia para dar a las joyas una capa de «amor» para que todo tuviera más sentido y sólo así se pudieran multiplicar las ventas.
Así que lo primero que pensó Ivana fue conseguir que Selena dijera que sí a lo que dijera el presentador.
Selena miró de reojo a Ivana a su lado y una mirada fría apareció en sus ojos.
Con una sola mirada, Ivana sintió que un aura poderosa salía de Selena, y se estremeció.
Pero luego pensó:
—Esta es una gran oportunidad de marketing, es una transmisión en vivo, va a multiplicar las ventas, es una gran oportunidad.
Así que, con el labio superior rígido, volvió a susurrar a Selena:
El médico hizo un gesto con la mano:
—No es nada grave. El paciente tiene un nivel bajo de azúcar en la sangre, sólo hay que ocuparse de él normalmente.
Selena, tumbada en la cama de la sala, abrió los ojos y escuchó la conversación en la puerta.
«Demonios, eso fue incómodo.»
¿Cuántos malentendidos habría provocado si, por el contrario, hubiera admitido en público que se trataba de una confesión de amor a Rubén?
¿Cómo es posible que un evento de pasarela acabe siendo una «confesión de amor»?
De repente, la puerta de la sala dio un portazo y Selena cerró inmediatamente los ojos y siguió fingiendo un desmayo.
—Hola Señor Aaron, me gustaría entrar a ver a Selena.
En ese momento, sonó una cálida voz.
Esta voz había rondado por la mente de Selena en innumerables ocasiones, y no podía dejar de pensar en ella cada día.
Ahora, la «voz» en la que había estado pensando día y noche sonó una vez más, y Selena no pudo evitar que su corazón se acelerara y apretara las manos con nerviosismo.
¿Rubén?
¡Rubén!
Después de cinco años de ausencia, ella había pensado que no volvería a verlo, pero en realidad él había regresado tranquilamente.
—Selena no se siente bien, así que ¿por qué no vengas la próxima vez?
Aarón se metió las manos en los bolsillos del pantalón y miró a Rubén, que era unos centímetros más bajo que él, con un atisbo de hostilidad en su mirada, pero fue fugaz.
A pesar de haber visto a Rubén en una fotografía ayer, hoy apareció frente a él con, había que decirlo, era muy guapo.
—¿Quién eres para Selena? —preguntó Rubén con cierta curiosidad, dirigiéndose a Aarón de forma nada condescendiente.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Pedido de Amor
Seguirán escribiendo esta historia bonita...
Bella novela continuarán escribiendo capitulos...