Xavier Valle, vestido con una camisa negra, se paró afuera de la puerta, luciendo mucho más delgado después de unos días. Ya no tenía la arrogancia que solía tener.
"¿Qué haces aquí?"
Xavier miró a Natalia con una especie de fascinación, quedándose en silencio por un rato: "¿Podemos hablar?"
"¿Vienes a defender a Sofía?"
"No." Xavier negó con la cabeza: "Sólo quiero hablar contigo."
Natalia no tenía intención de dejar a Xavier entrar en su casa con Ricardo. Cogió las llaves, indicándole a Xavier que deberían bajar.
Xavier sonrió suavemente y comenzó a caminar delante de ella.
Caminaron hasta el final del edificio, cruzaron la calle y finalmente se detuvieron junto a un estanque en el barrio.
Xavier no recordaba cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había tenido una conversación decente con Natalia.
Miró al estanque recién limpiado, apoyando su mano en la barandilla: "Recuerdo que, a esta hora, solías preparar una gran olla de sopa para mí."
"Lo que más esperaba cada año en esta temporada era tu sopa."
Natalia frunció el ceño, en silencio.
"Al principio, pensé que me habías abandonado. Lo primero que pensé al despertar fue si aún estabas viva."
"Sé que eres una chica y es normal que tengas miedo, así que siempre estuve esperándote."
"Esperando que vinieras a verme, que me pidieras disculpas."
Xavier esperó mucho tiempo, pero nunca llegó. Todos decían que Natalia lo había abandonado, por eso todos hablaban mal de ella.
Él la defendió, pero no sabía cuándo se convirtió en uno de los que la acusaban.
"Cuando estuvimos juntos, realmente me gustaste. Imaginé innumerables veces que nos casaríamos." Xavier miró a Natalia, sin la ira de antes, solo quedaba el amor más puro: "He estado pensando mucho últimamente, y creo que me equivoqué."
"No debería haberte mentido, no debería haberte maltratado, te hice un juramento..." su voz se rompió: "Juré que te trataría bien toda mi vida, lo siento."
Las cosas estaban empeorando para la familia Valle, y él extrañaba cada vez más el pasado.
Extrañaba los tiempos en que Natalia estaba con él. Al principio, pensó que estaba actuando, pero luego se dio cuenta de que cada momento de esos cuatro años, esperaba poder estar con Natalia hasta el final.
La primera vez que vio a Natalia, juró que la protegería toda su vida.
Pero al final, él fue quien más la lastimó.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Pero… ¿¡Eres un Millonario!?