¿Por qué eres mi hermanastro? romance Capítulo 14

POV LIA

¿Hermana? Muy bien estoy ya se está volviendo raro. Siempre asumí que Sergio era hijo único. Nadie nunca me habló de hermanas u otra familia que fueran su padre, su fallecida madre y él. Hay algo más en esta historia, no se realmente que es lo que es, pero tengo que averiguarlo. Odio que me escondan cosas y es momento de que Sergio lo sepa.

Astrid se parece bastante a Sergio, exceptuando sus ojos que, a diferencia de la anomalía del muchacho, ella tiene los ojos muy marrones oscuro, con motitas verdes a momento y con la luz adecuada. Su pelo es rizado y del mismo color que Sergio. Su contextura es delgada, pero tiene sus curvas que la hacen ver muy bien y las sabe lucir. Tiene tanto atractivo como Sergio que no dudo ni un minuto de que son hermanos.

-Entonces- dice Astrid dirigiéndose a mí, sacándome de mi ensoñación- tú eres la famosa Lianna.

Sergio tose un poco y parece un poco sonrojado. Es divertido verlo así, nunca había visto su faceta tímida y avergonzada. Siempre se ve tan seguro de sí mismo.

- ¿Famosa? - pregunto solo para torturar a Sergio.

-Claro- me responde la chica quien me abraza de manera tan efusiva que me sorprende- Eres la chica de mi hermano. Sergio me ha hablado tanto de ti... De TODO. No solemos guardarnos nada. ¿Cierto hermanito?

Ambas centramos nuestra atención en un Sergio que se rasca la parte inferior de su nuca y con las mejillas muy rojas, tanto que parecen tomates o fuego. Tenemos ante nosotras a un Sergio muy avergonzado y con la típica cara de trágame tierra.

-Tranquilo hermano, pareces estar a punto de explotar como un volcán y sacar lava por tus mejillas.

Astrid y yo nos matamos de la risa, mientras un muy avergonzado Sergio nos mira y sonríe nerviosamente. Como me gustó verlo así, creo que debería ponerlo nervioso más seguido y al parecer la forma de hacerlo es ser como está siendo ahora Astrid. Creo que puedo ser así con tal de molestar a este chico.

- Esta bien ustedes dos- dice Sergio tapándose la cara- déjenme en paz y tu Astrid, deja de mostrarle más modos de hacerme sufrir a Lianna.

-Como si te hiciera sufrir, Sergio- le digo- admítelo, te encanta estar conmigo y nada de eso es un sufrimiento para ti.

Listo. Lo conseguí. Hice sonrojar a este chico. Pensé que iba a ser un poco más complejo, pero en verdad, con tal solo una frase hice que Sergio se pusiera rojo como un tomate. Esta es una faceta nueva de Sergio que me encanta y de verdad quiero que siga apareciendo más a menudo. Parece ser una parte más tierna y tímida de este chico, pero no la tímida de no hablar, sino la tímida de avergonzarse. Jugaré mucho con esta ventaja que Astrid me está dando.

-Bueno tortolitos- dice Astrid logrando que esta vez seamos nos dos quienes nos sonrojemos- Mamá ya me está esperando, es una hora para llegar a mi casa así que mejor me voy yendo. Mucho gusto de conocerte Lía espero verte pronto.

-Mucho gusto de conocerte a ti Astrid- le digo muy cordialmente y tomando su mano.

Pero ella como la chica que toma confianza rápidamente me besa en la mejilla y me abraza.

-Me alegra verte intento de hermano mayor- le dice a Sergio quienes se abrazan muy felices

Bien, ahora sí que no entiendo nada. Supuse que Astrid era mayor que Sergio, o al menos así se ve. Pensé que podría ser una hija de una relación anterior del papá de Sergio, pero ahora veo que no.

-Mándale saludos a los chicos y a tu madre- le dice Sergio a Astrid.

Ella solo asiente mientras se despide con la mano. Me quedo con Sergio quien ya está pidiendo nuestras zapatillas para poder irnos de aquel lugar.

Ya listos y con los libros en la mano, vamos caminando en silencio hacia los estacionamientos. Al entrar al auto, el silencio y se está volviendo incómodo. Nunca nos había pasado, pero tengo tantas dudas y él sabe que tiene que responderlas y saciar mi duda que se está creando una tensión entre nosotros. Me sorprende que Sergio aun no da partida al auto, lo que me dice que querrá que hablemos aquí y yo espero que eso sea mejor que llegar a la casa con la tensión entre nosotros.

Nos quedamos en silencio unos minutos, pero no era incómodo, en absoluto. Sergio esperaba algún comentario de mi parte y sentía un poco de miedo de aquello, podía notarlo, pero relajadamente tome una de sus manos con la mía. Lo miré y le sonreí de la manera más relajada que podía darle. Él parecía un poco sorprendido.

-No me importa lo que haya hecho tu padre, Sergio, y mi mamá es lo suficiente grande como para darse cuenta de lo que pasa con él. No puedes culparte por cosas que hiciste cuando eras niño y no sabias nada del mundo. Tu padre te ha obligado a hacer muchas cosas de las que no estas orgulloso, pero tampoco te culpo por eso. Eres un gran chico, tu madre estaría orgullosa de ti y sé que en cualquier parte en donde esté, ella ya te perdonó por todo lo que le ocultaste, ya que solo lo hacías por miedo y por tu bien físico. Y más que todo lo anterior, Sergio, tienes que entender que tú no eres como tu padre y puedo decir con toda certeza que jamás serás como él.

Sergio comienza a sonreír de a poco, una sonrisa grande y sincera. Comienzo a sonreír junto a él. Todo lo que había dicho era cierto. Lo único que me importa es Sergio y como es él. Su padre y sus problemas quedan en segundo plano. Ningún problema ajeno a él me importa.

-Puedo sacar como conclusión de todo esto que si te digo nuevamente que me gustas mucho y que te quiero mucho y que me encantaría que fuéramos novios, me dirías que si, a pesar de todo lo que sabes ahora.

Ese era un Sergio muy nervioso intentando pedirme algo sin asustarme. Me pareció tierno y adorable al mismo tiempo. Sus ojos habían retomado su color y brillo habitual. Se veía tan jodidamente lindo vestido como estaba y con su cabello combinando de maravilla con su piel y sus ojos. Realmente me gusta este chico.

-Sacas las conclusiones correctas- digo casi en un susurro- también te diría que me gustas mucho y sería muy feliz si me hicieras tu novia.

Con eso el nerviosismo de Sergio desapareció por completo y se acercó a mí juntando nuestros labios sorpresivamente haciéndome jadear en sus labios, aquellos que me daban un beso tierno y feliz, aquellos que eran tan suaves y que transmitían mucho cariño. Aquellos labios que daban unos besos maravillosos de los cuales no quería que se acabaran jamás. Un beso que transmitía mucho más que solo desorden hormonal. Transmitían cariño, mucho cariño. Él realmente me quería.

Y yo lo quiero a él

Sergio Orozco es ahora mi novio y nos queremos.

Mi hermanastro es mi novio.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¿Por qué eres mi hermanastro?