¿Por qué eres mi hermanastro? romance Capítulo 28

POV SERGIO

No puedo creer que ya estén aquí. Las cosas se están volviendo más complicadas de lo que me gustaría. Sabía que en algún minuto esto iba a pasar, ambos lo sabíamos y cometimos el grave error de hacer como si nada sucediera, de no tener algo preparado, un plan o simplemente ponernos de acuerdo sobre la historia que contaríamos sobre cómo fue nuestro tiempo juntos, porque obviamente tendremos que mentir. Dudo mucho que mi padre y la madre de Lía quieran escuchar la verdad.

"Bueno en un principio casi no hablábamos, pero progresivamente lo fuimos haciendo, comenzamos a hablar y a tratarnos como amigos, pero lo siento me enamoré de ella perdidamente por su insistencia en tratar de hacerme hablar y un día solo nos besamos. Ah eso no es todo, perdí el control de mis sentimientos cuando se cumplió un año de la muerte de mi madre y mis mejores amigos así que ella me acompañó al cementerio a visitarlos. No teníamos donde pasar la noche así que nos quedamos en la vieja cabaña de mamá esa misma que creíste que mi abuela había vendido. Esa noche con Lía hicimos el amor y de aquella vez o tal vez otras veces en que lo hicimos, Lía quedó embarazada. Ahora tiene un poco más de dos meses. Felicidades, serán abuelos"

No, creo definitivamente decir la verdad en esta ocasión no es una opción válida, a menos que quiera que mi padre me mate a golpes y la madre de Lía me denuncie.

De la sorpresa de encontrármelos en la casa, corrí al baño escusándome de que tenía que ir urgentemente, pero ahora tenía que bajar y pensar con rapidez sobre lo que haré.

-Hijo- me llama mi padre que está sentado en el comedor con la cena lista. La madre de Lía está sentada a su lado y al otro lado de él hay un plato vacío que supongo que es para mí- Ven a comer con nosotros, Sergio.

Simplemente asiento. Tengo que volver a tener la actitud introvertida que tenía con ellos antes de que se fueran, sino se darán cuenta de inmediato que algo ha cambiado. Tal vez no la madre de Lía, pero si mi padre. El muy maldito es inteligente.

- ¿Dónde está mi hija? - pregunta la madre de Lía mirando en mi dirección.

-Con Katherine en su casa- respondo con la cabeza agachada y con bajo volumen de voz.

-Me gustaría que viniera, tenemos que darles una noticia importante y quiero que mi hija esté aquí.

Bien, esta es mi oportunidad.

-Puedo ir a buscarla si lo desean- digo haciéndome el indiferente- He ido a buscarla allí un par de veces.

- ¡Eso sería fantástico! - responde muy emocionada la madre de mi novia

Algo anda mal. Siento como mi padre me investiga con la mirada. Sospecha algo, de eso estoy seguro. Aunque no lo veo a la cara- porque sé que eso me delataría con él- puedo sentir que tiene el ceño fruncido y una gran cantidad de engranajes en su cabeza están maquinando posibilidades y teorías.

- ¿Se están llevando mejor? - pregunta mi padre- Lo que recuerdo es que apenas hablaban cuando nos fuimos.

Mierda, eso le preocupaba. Se supone que soy el desinteresado del mundo, al que le importa una mierda todo mientras que le dejen tranquilo y ahora de repente suelto que me he preocupado de Lía lo suficiente como para ir a buscarla a casa de su mejor amiga muchas veces.

-Me pidió muchas veces que la fuera a buscar. Yo solo accedía.

Lo dije con un tono de irritabilidad e indiferencia que parece convencer a mi padre. Odio mentir así y más en cosas relacionadas con mi pequeña. Por supuesto que me preocupo por ella, la casa de su amiga no es tan cerca, tenía que ir a buscarla, no quería que le pasara nada malo. Odio hablar de ella con indiferencia y desagrado, cuando en verdad esa niña de 16 años lo que menos me causa son esos sentimientos.

-Iré a buscarla, vuelvo con ella en unos minutos.

-Dejaré tu comida junto a la de ella en el microondas- dice alegremente la madre de Lía.

Tomo las llaves de mi auto y salgo de la casa sin mirar atrás. Cuando enciendo el vehículo siento que mi cabeza va a mil por hora. No sé cómo podría tomarlo Lía, en su estado no quiero que sufra emociones fuertes... ¿Cómo seré capaz de cuidar de ella y de mi bebé dentro suyo si apenas me podré acercar a ellos? ¿Podremos ser lo suficientemente fuertes como para resistir la indiferencia del otro? Yo no creo ser capaz de soportar la indiferencia de Lía, aunque sepa que solo es una actuación. Por dios, ella lleva mi bebé dentro, ¿Cómo aquello me puede ser indiferente?

No sé cómo ni cuándo ni cuanto me demoré, pero de un momento a otro ya estoy en la casa de Kathy. Sin pensarlo dos veces, tomo mi celular y marco su número. Al segundo pitido ella contesta

-Hola, chico tierno y preocupado- saluda Lía con un tono de voz muy alegre.

No quiero romper esa felicidad, por dios de verdad que no quiero.

-Lía estoy afuera de la casa de Kathy, tenemos que irnos a casa ya.

Lía queda sorprendida por mis palabras. Lo puedo ver porque tiene el ceño fruncido.

- ¿Qué pasó que no me estás diciendo, Sergio? No me gusta que te guardes cosas que parece que nos afecta a ambos...

-Nuestros padres volvieron antes- la interrumpo- ellos están en la casa ahora, me los encontré cuando volvía de la universidad. Me mandaron a buscarte.

Veo como los ojos de Lía se abren como platos. Se tambalea por un momento y veo como casi cae al suelo. Por suerte alcanzo a tomarla por los brazos y la dejo en el suelo, sentada. Me siento junto a ella y paso mi brazo por sus hombros, atrayéndola más a mi cuerpo.

Dejo que procese la información un minuto y sé que se siente mejor cuando se separa de mí y me dice:

- ¿Qué haremos?

-No lo sé- le respondo- pero no sé si podamos verlo justo ahora, ellos nos están esperando.

Lía solo asiente y se levanta. Yo también lo hago y quedamos frente a frente. La acerco a mí. Necesito estar con ella, necesito un momento de intimidad pura con ella, sin miedo a que nos descubran. Porque creo que este es el único y último momento así que tendremos en un buen tiempo.

Junto mi frente con la de ella como lo he hecho un millón de veces en diferentes situaciones y contextos. Sin pensarlo dos veces, el abrazo muy fuerte y ella me responde el abrazo con la misma fuerza. Acerco mis labios a su oído, necesito decirle esto:

-Por favor, Lía, prométeme que no te perderé. No puedo perderte, no puedo perderlos, por favor no dejemos que nos alejen el uno del otro. Te amo, joder, te amo más que a nadie en este mundo y duele tanto que las cosas se nos complicaran de esta manera, pero por favor siempre recuerdas mis palabras, pase lo que pase. Te amo y te amaré para siempre, o dejaré que te alejen de mí, juro que haré todo lo que pueda para protegerte a ti y a nuestro bebé. Juro que jamás dejaré que algo les pase. Te amo, los amo a los dos.

Ella se queda paralizada un momento. Jamás nos habíamos dicho "Te amo", no habíamos llegado más lejos de "Te quiero". Una lagrima recorre su mejilla y una sonrisa curva sus labios. Al menos sé que hasta en los momentos más difíciles ella puede sonreír de esa manera.

-Y yo te amo a ti, Sergio Orozco. Te amo y juro también que haré hasta lo imposible para que nadie pueda separarnos. Nadie lo hará, siempre estaremos juntos. Pase lo que pase.

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