Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 46

Si estaba al alcance de sus manos entonces Nicholas, no dudaría en hacerlo.

Desayunó junto a Danielle, fue extraño y tranquilo, ella no dijo mucho, seguía muy preocupada por su papá, así que la dejó pronto para dirigirse a la oficina de su abogado personal, le presentó toda la información que le proporcionó Jazmín, la que no era mucha pero suficiente para comenzar a averiguar todo sobre Daniel Duncan.

-Vas a hacerte cargo, probablemente un abogado del estado esté viendo el caso. Quiero que lo saques de allí y no me refiero al hospital, mueve influencias, gasta lo que debas gastar pero quiero resultados

-Por supuesto Nicholas –asintió el abogado tomando notas

-Quiero un informe detallado sobre todo lo que hizo, necesito saberlo antes de llevar a mi novia con ese hombre, no voy a provocarle más dolor del que ya le ha causado

-Puedo tener la información para esta tarde ¿Cuándo tienes pensado llevarla?

-Mañana

-No hay problema, voy a trabajar en ello de inmediato y te envío los detalles por mail

-Te pido discreción, nadie debe saber que estás trabajando en esto, es algo que a mi novia le avergüenza, aparentemente sufrió las consecuencias

-No te preocupes

Con eso dio por concluida su visita a su fiel abogado y excompañero de universidad. Se levantó del lujoso asiento de cuero, se abotonó la chaqueta del traje y dio media vuelta para marcharse

-¡Un momento Nicholas!

Pero el abogado lo detuvo recordando algo antes que se fuera.

-¿Qué pasa?

-Es sobre el asunto de la herencia, Hoggard, ha estado averiguando como impedir que recibas el poder de la compañía

-No puede hacer nada, ya está hecho

-¿Cuándo será?

-Pronto, ve redactando el acuerdo prenupcial, no quiero que esa mujer se quede con nada

-No hay problema, estaré en contacto.

Miércoles

El día había llegado, Danielle, finalmente vería a su padre luego de 4 años sin saber nada de él.

-Podemos cancelar...

Sugirió Nicholas, al verla salir del baño público del hospital donde se encontraba internado Daniel Duncan, luego que un grupo de presos intentaran matarlo.

-No, no creo que pueda regresar aquí otra vez –suspiró mientras se acercaba a Nicholas, con una mano en su frente y la otra en su estómago

-Es segunda vez en menos de 20 minutos que corres al baño a vomitar

Acunó el rostro de Danielle, entre sus manos y le acarició las mejillas con ternura, estaba pálida y ojerosa, no había dormido nada pensando en este momento

-Estoy..., nerviosa –admitió sin aliento

-Estás temblando no puedo verte así, nos vamos

-No, tengo que hacerlo, no quiero seguir postergándolo –dijo con ojos suplicantes

-Sabes que haré lo que me pidas, pero te ves mal, estás enferma

Y antes que alguno pudiera añadir algo más fueron llamados por el guardia de turno, firmaron la hoja de ingreso y un oficial los escoltó hasta la habitación de hospital donde estaba internado

Con los latidos de su corazón tan fuertes que no conseguía oír lo que el oficial hablaba con Nicholas, intentó concentrarse, sacudió la cabeza y prestó atención, al menos escucharlos la distraería por unos instantes, tomó aire y los observó..., pero lo único que pudo deducir de la conversación fue que él, estaba consciente.

Entrelazando sus manos Nicholas, la guio al interior de la habitación que el oficial mantenía con la puerta abierta para que entraran, había una hilera de 4 camas separadas por biombos para privacidad, Daniel, estaba en el último. La luz era tenue lo que no ayudaba para nada, sudor frío se acumulaba en la frente de Danielle, su respiración era irregular y de pronto todo iba a cámara lenta, Nicholas, tirando de su brazo con suavidad para que caminara, el bip de las maquinas, el repiqueo de sus botas, los zapatos de Nicholas..., todo se escuchaba amplificado...

Mirando el piso se detuvo junto a la cama y no se le escapó el jadeo que soltó Daniel, su papá, al verla, la máquina que monitoreaba su pulso se aceleró un poco y enseguida escuchó su voz..., era tal y como la recordaba

-Anie...

Ese apodo..., así la llamaba su papá desde pequeña y con el tiempo todos en la escuela. Fue un golpe bajo. Apretó la mano de Nicholas y cerró los ojos con fuerza, no se atrevía a mirarlo.

-Señor Duncan, buen día, veo que la cirugía ha salido bien y ya se encuentra fuera de peligro, felicitaciones -saludó Nicholas, rompiendo el silencio

-Salió bien, espero... -tenía la mirada sobre Danielle, quien aún no se atrevía a mirarlo

-Permítame presentarme soy Nicholas, el novio de su hija Danielle, la he acompañado hasta aquí porque no es fácil hacer esto después de todo el daño que le ha causado

Daniel, asintió con un lento movimiento de cabeza ante la sutil advertencia de Nicholas, e intentó nuevamente llamar la atención de su hija.

-Anie, soy yo por favor regálame una mirada con esos hermosos ojos que tanto deseo ver...

Aguardó por una reacción pero no la hubo. Insistió asustado.

-Te extraño hija, lamento todo lo que te pasó por mi culpa..., Anie, por favor

Fue todo, su voz de víctima y su lamento transformaron la ansiedad de Danielle, enfureciéndola, soltó la mano de Nicholas, cuadró los hombros y levantando la cabeza lentamente lo miró a los ojos, sus mismos ojos.

Contuvo la respiración. Se veía horrible..., llevaba una venda alrededor de la cabeza, el ojo con un terrible derrame y amoratado, la ceja rota, una pierna quebrada, algunos dedos rotos y quien sabe qué más

-No, no quiero que me llames así, mi nombre es Danielle

-Claro hija, como tú digas... -se apresuró a darle la razón-. Vaya estas hermosa te has convertido en una mujer preciosa

-Papá..., no vine para escuchar eso, solo necesitaba saber que estas bien, ver con mis propios ojos que no necesitas estar en una clínica -explica observándolo fijamente-. Y ya lo hice

-No, no te vayas tan pronto, quiero saber de ti hija, han pasado años –pidió al notar que estaba lista para marcharse

-¿Quieres saber de mí? -repitió con un toque de ironía

-Sí, estás tan grande, adulta..., con novio

-Bueno ¿quieres saber de mí? Bien, gracias a ti casi pierdo mi apartamento. Por tus vicios me echaron de la universidad. Mis amigos me dieron la espalda por ser hija de un ladrón estafador. Tuve que mantenerme con 3 empleos para lidiar con los gastos de la hipoteca que me dejaste de regalo, tuve que rogar para que no me echaran a la calle, por suerte, o pena el dueño del edificio que me permitió pagar por los atrasos, me ayudó con el banco para que no me desalojara -soltó con desprecio-. Y eso es todo lo que necesitas saber de mí, el resto no te incumbe 

Y Daniel Duncan, se echó a llorar para sorpresa de Dani y Nic, con sollozos y todo, suplicó por su perdón y le expresó una y otra vez lo arrepentido que estaba de haberla dejado sola. Prometió cambiar, mejorar pero ya estaba alterado y la máquina a la que se encontraba conectado comenzó a soltar un pitido y en segundos una enfermera llegó para verlo, le suministró un calmante y les advirtió que se dormiría en cualquier momento antes de marcharse y volver a dejarlos solos.

-Ahora estoy bien, tengo a mi tía Jazmín, que me cuida como si fuera su hija y ojalá lo fuera

La rabia en su voz le dejaba claro cuánto daño le provocó, el dolor que le causaron sus malas decisiones..., pero algo dentro de ella necesitó decirle que estaba bien, no era su intención dejarlo ahogándose en culpa mientras seguía encerrado

-¿Jazmín, regresó? –preguntó en un hilo de voz

-Sí

-¿Estás con ella? –sonaba sorprendido

-Por supuesto, es mi familia, la única que realmente me quiere en su vida

-Tu mamá...

-No existe, está demasiado ocupada siendo egoísta y odiando a los hombres

-¿No sabe que estás con Jazmin?

-Si lo sabe ¿por qué lo preguntas?

-Nada, es solo que tu madre detestaba a su hermana

-No necesito saber de eso, me alegro que estés fuera de peligro, por favor compórtate y no discutas con nadie si no quieres que esto vuelva a ocurrir

-Dani, por favor

Ya sabía lo que quería, pero no estaba segura de estar preparada para tanta proximidad. Y Nicholas, se dio cuenta

-No lo hagas si no quieres, has estado muy bien  -le susurra al oído rodeándole los hombros con su brazo

-Quiero irme de aquí

-Cuando tú me lo pidas Dani –le susurró al oído antes de besarla en la cien

Soltando el aire con fuerza se alejó de Nicholas, avanzó hasta la cama, se inclinó y depositó un cuidadoso beso en la frente de su padre antes de mirarlo a los ojos y confesarle con culpa

-Quise odiarte, quiero hacerlo..., pero no puedo..., papá

-Anie... -sollozó con un nudo en la garganta

-Intenta hacer las cosas bien..., no quiero que te pase nada malo

-Eres todo lo que tengo hija –le acarició la mejilla mientras lamentaba el daño que le ha causado y que hasta ese momento no había asimilado

-Solo tengo un papá, deja las estupideces

-S..si, por ti...

Con suavidad Danielle, tomó la mano que su papá mantenía en su mejilla y la acomodó sobre la cama. Se alejó lentamente y regresó al cálido lugar bajo el brazo de Nicholas. Se marchó sin decir una palabra ni mirar atrás.

De regreso en el apartamento Danielle, seguía sin hablar, con la mirada perdida en un lugar oscuro lo que lo incomodaba, no sabía cómo actuar, qué decir, pero si estaba seguro que pensaba en el pasado y eso le rompía el corazón

-Dani, por favor dime que puedo hacer para que estés mejor y lo hago, lo que sea pídemelo

Sorprendida Danielle, lo miró, se veía nervioso al no saber qué hacer así que se acercó a él, posó sus manos en el pecho fuerte de Nic, lo acarició con lentitud y entonces le susurró

-Fóllame

-¿Qué? -chilló sorprendido

-Hazlo ahora

-No puedo, tú no quieres que lo haga

Sorprendido se congeló, su mirada estaba decidida, encendida, pero ella nunca haría algo así de impulsivo.

-Si puedes, hazlo -llevó una de sus manos a la entrepierna de Nicholas, solo para confirmarlo

-Estás alterada por lo que sucedió con tu papá, no voy a aprovecharme de eso

-Hazlo, si puedes estás duro –le dio un pequeño apretón con la mano que mantenía sobre la entrepierna de Nicholas

-Siempre lo estoy cuando estas cerca -tomó aire con fuerza para poder contener las ganas

-Voy a pedirlo una vez más y si no lo haces no volverá a suceder..., fóllame Nic, ahora

Y no pudo aguantarse más, la atrajo en un fogoso beso quita alientos, la agarró del trasero con gusto levantándola para aproximarse a la pared más cercana colándoselo entre sus piernas, frotándose con deseo y desesperación, la deseaba, siempre lo hacía y más ahora después de una eternidad sin tenerla

-Hazlo rápido, deja de pensar Nic -jadeó mientras era besada en el cuello

-No quiero hacerte daño –intentaba controlarse

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