Quemame con tu pasión romance Capítulo 11

—Nunca hay un momento en el que me retracte de lo que digo. Sé lo que te preocupa, yo... tuve esa relación en el pasado, pero ya quedó atrás y os daré a ti y al bebé una familia completa —Daniel se sonrió.

Tal vez no había espacio para dar vuelta las cosas, con todo lo que se habla de su matrimonio, ahora estaba abierto a la realidad de la misma.

Daniel manejó las cosas rápidamente y Carina pasó el viaje al hospital con él, preguntándose cómo le explicaría a su madre lo que había pasado entre ella y Daniel.

—¡Necesito que lleves los regalos!— A Carina se le ocurrió de repente algo que decir.

—Arturo lo llevará —Daniel nunca había hecho nada parecido.

dijo Carina con seriedad.

—Tienes que llevarlo tú, si no mi madre pensará que Arturo es mi novio y ¡qué vergüenza vas a pasar!

Daniel miró a Carina como si fuera una idiota.

—Me he dado cuenta de que no sólo tienes mala vista, sino que también tienes un pequeño problema cerebral.

«Mi cara bonita y mi cuerpo perfecto son mucho mejores que los de Arturo. Cualquiera con ojos sabría elegirme a mí, ¿no?»

—¡Tendrás que hacer lo que yo diga de todos modos! —Carina comprendió exactamente lo que Daniel quería decir con sus palabras. Para una persona corriente era difícil conocer tan guapa como Danie.

—¡Qué dolor de cabeza! —Doña Candela había preparado un montón de regalos, tantas bolsas que Daniel no podía llevarlas todas él solo.

—¡Uy, Carina, vamos, deja que tu tío y yo te veamos más de cerca! Hace mucho tiempo que no nos vemos, ¡y cada vez estás más guapa! —Josefa tomó inmediatamente la mano de Carina y la saludó calurosamente en cuanto la vio.

Josefa actuaba con entusiasmo en la superficie, pero sus ojos miraban subrepticiamente a Daniel, que estaba a un lado.

—Oye, ¿trajiste tantas cosas contigo? Realmente quieres a tu madre, Serena, ¡aprende más de Carina en el futuro!

Serena era la prima de Carina, unos años mayor que ella, y había abandonado la escuela a una edad temprana. Se maquillaba tanto todos los días que Carina apenas recordaba su aspecto.

Carina se dio cuenta de que los ojos de Serena eran aún más excesivos que los de Josefa, mirando fijamente a Daniel sin ocultar nada.

«Vamos, Daniel es mi hombre ahora, ¿vale?...»

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