Sin embargo, sin saber por qué, mirando a la cara feliz de Diana, Daniel no estaba tan emocionado como imaginaba.
Él ya tenía un niño con Carina, aunque era un hijo inesperado. Y él mismo sabía muy bien cuánto lo había esperado su abuela y cuánto lo amaba Carina.
Además, después de estos días pasando con ella, Daniel sabía que Carina era una buena chica, por eso no era reacio a casarse con ella, ni mencionar que ya habían sus respectivos juramentos ante el padre y habían recibido el certificado de matrimonio.
Afortunadamente, el niño estaba bien. Si le hubiera pasado algo, Daniel nunca se perdonaría a sí mismo por el resto de su vida.
Desde de Diana se fue al extranjero, casi toda la familia Gallo se trasladaron allí con ella para establecer nuevas fuerzas, ahora Diana no tenía nadie en que podía apoyarse. Y su estado de ánimo era muy inestable por el momento, por eso él no podía dejarla sola así, aunque estaba muy ansiosos por ver a Carina.
En este momento, le llamó la abuela.
Sin atreverse a demorarse, Daniel contestó a la llamada, pero, antes de que pudiera hablar, oyó la voz muy enfadada de la anciana:
—¡Daniel, ven aquí en diez minutos! Si no... Cof, cof, cof...
—Abuela, por favor, no te emociones, y me voy ahora mismo —le calmó Daniel al ver que su abuela tosió violentamente.
Después de colgar el teléfono, dijo con culpa a Diana, que todavía estaba en coma:
—La abuela ya está muy enojada. Diana, lo siento mucho...
Dicho esto, Daniel se sacó su mano que estaba sostenida firmemente por Diana.
Diana ya lo había tomado con casi toda su fuerza de la mano, pero no pudo quedar a este hombre. A lo mejor, el propio Daniel no sabía que su decisión de irse después de recibir la llamada fuera por su abuela o por sus propios sentimientos.
Daniel pisó el acelerador del coche al máximo y se dirigió al hospital privado de su familia lo más rápido posible. No obstante, descubrió que en la entrada del hospital estaba llena de periodistas de diferentes prensas cuando llegó.
Se subió el cuello de la camisa para no ser reconocido y se coló en el interior por una puerta lateral detrás del hospital. No esperaba que los medios de comunicación se enteraran de la noticia tan pronto. Aunque el hospital estaba bien vigilado, por el momento, sería mejor casuar menos molestias.
Dentro, Daniel primero vio que su madre todavía estaba allí con expresión preocupada, pero su padre no, quien probablemente estaba ocupado en la empresa por el trabajo. Y a su vez, la abuela estaba esperando con ansiedad fuera de la sala de observación con la madre de Carina.
Daniel no pudo evitar sentirse un poco nervioso y aceleró su paso.
«Parece que la situación de Carina es mucho más grave de lo que yo imaginaba.»
Al verlo llegar, María se apresuró a guiñarle un ojo para advertirle que se comportara bien frente a su abuela. Ella sabía que el padre de Daniel era un hijo filial, quien escuchaba todo de la anciana, por eso, si Daniel enfadara a la abuela, no le saldría bien. Si no fuera su consideración por esta «vieja», María no estaría aquí esperando sin fin.
Además, tanto el niño como esa Carina estaban todo bien, solo que la mujer se había despertado por el efecto de anestésico. María no sabía por qué su suegra tenía que dejarla esperar hasta que Carina se despertara.
María incluso pensaba que habría sido mejor si la madre e hijo hubieran muerto, así Daniel podría naturalmente contraer el matrimonio con Diana. Y si la familia Chicote y la familia Gallo se unieran juntos, toda la industria inmobiliaria sería bajo su dominio.
—Abuela, ¿cómo está Carina ahora? —naturalmente Daniel entendía el guiño de su madre.
Sin embargo, al ver a su nieto, la anciana no le mostró ninguna amabilidad y solo le dio un resoplido.
Amanda, quien sabía muy bien que la mayoría de los ricos eran hipócritas y que les fascinaban los amoríos, dijo con expresión fría:
—Daniel, ¿todavía recuerdas lo que dijiste hace unos días cuando pediste la mano de Carina? Dijiste que la tratarías como tu mejor tesoro por el resto de tu vida, por eso, espero que puedas cumplir lo que me has prometido y arreglar bien este asunto como es debido. Nunca aguantaré la infidelidad en el matrimonio de mi hija. Si no puedes garantizarlo, no molestes más a Carina. ¡A ella nunca faltan pretendientes!
María no esperaba que Amanda tuviera una actitud tan dura e incluso le amenazara a su hijo con tales palabras. Su esposo también se había enrollado con otras mujeres cuando era joven, pero ella siempre había estado haciéndose de la vista gorda, fingiendo no saberlo. Su hijo, Daniel, sería el heredero de la familia Chicote, pero esta Amanda se atrevió a humillarlo públicamente, por lo tanto, salió en seguida para defender a Daniel:
—¡Amanda, no te pases demasiado! ¿No sabes la descendencia de mi hijo? ¡A él tampoco faltan mujeres! ¡No te toca criticar la vida personal de mi hijo!
—¡María, vete a la casa ahora mismo! ¡No te hagas ridículos aquí como una loca! —la abuela de Daniel no pudo reñir a su nuera al oírla decir tales palabras malsonantes a la madre de Carina.
María no esperaba que su suegra la reprochara tan severamente sin considerar ni un poco por su decoro. Ella siempre era una persona arrogante y estaba acostumbrada a ser adulada por otros, ¿cómo podía soportar que la regañara frente a tantas personas? Se puso tan furiosa que dio un pisotón fuertemente en el suelo y se marchó.
En ese momento, una enfermera salió de la sala de observación con mucha prisa y le dijo a Daniel respetuosamente:
—Señor, la señora ya está despierta y quiere hablar contigo.
Daniel se sorprendió un poco al escuchar las palabras de esta, en parte porque no esperaba que Carina quisiera verlo. Por el otro lado, él se sintió mucho más aliviado al saber que ella se había despertado sana y salva.
Después de obtener el asentimiento de Amanda, Daniel entró en la sala. En realidad estaba un poco intranquilo, de todos modos, él tenía la culpa en esta cosa.
Nada más acercarse al lecho, vio la cara pálida de esa bella delicada, quien todavía le mantenía una sonrisa cortés pero distante. Tal escena le dio una punzada inesperada en el corazón.
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