En este momento se oyó otra vez golpes apresurados en la puerta afuera, acompañados por unas risas felices que le sonaban mucho a Amanda.
Sabiendo que su hija había vuelto, Amanda se quedó atónita sin saber qué hacer por un momento.
«Ay, hija mía, ¿por qué has vuelto en este momento? Este Daniel todavía está aquí. Si este encuentra que estás con Bruno, será una pelea violenta. ¿Qué voy a hacer ahora?»
Amanda levantó la visto, miró de reojo a Daniel y descubrió asombradamente que este último estaba fijándose en ella con una mirada severa e indiferente, sin ni un rastro de amabilidad que tenía antes.
—Mamá, ¿estás en casa? ¡Ábreme la puerta! He comprado muchas comidas típicas para ti —Carina llamó en voz alta.
Pero no recibió ninguna respuesta de su madre, por eso sacó la llave de reserva del su bolso y abrió la puerta.
Carina entró en la sala de estar con una bolsa en la mano, tomándolo del brazo a Bruno.
—Mamá, ¿por qué no me abres la puerta? He llamado a la puerta durante mucho tiempo... —antes de terminar sus palabras, Carina vio la cara sombría de Daniel.
Después de un buen rato de silencio, Daniel preguntó con un tono extremadamente frío:
—¡¿Cómo está el viaje?! ¿Por qué no me has dicho nada de tu viaje con él?
Dicho esto, Daniel miró fijamente a Carina con sus ojos sombríos como si esperara una respuesta de esta.
—¡¿Cómo... cómo has venido aquí?! ¿Quién te ha dado la dirección de mi casa? —Carina preguntó asombrada, sin entender. Estaba temblando ligeramente porque podía percibir que una tormenta se le acercaba lentamente.
—No importa cómo he obtenido la dirección. Lo importante es que eres mi prometida, por eso aléjate de este hombre en el futuro —Daniel le advirtió a Carina con un tono de mando.
—¿Quién dice que soy tu prometida? Por favor, no digas tonterías. Solo pasamos una noche de pasión y me quedé embarazada accidentalmente. Aparte de esto, no tenemos nada más relación. ¡Es mi libertad con quién quiero salir! ¡Por favor no te metas en lo que no te llaman, señor Chicote! —Carina le refutó valientemente, sin el menor miedo que tenía antes.
En este momento, Amanda se entremetió en la conversación diciendo:
—Mira, Daniel, mientras Carina esté de acuerdo, ¡le ayudaré a criar al bebé y celebraré lo antes posible la boda para ella!
Daniel se entrecerró los ojos ligeramente, irradiando una aura asesina, y dijo:
—Es mi propio hijo, y será el heredero de la familia Chicote. ¡¿Qué cualificación tienes para criar a mi hijo?!
—¡¿Puedes callarte?! Después de que entré en la sala, ¡lo único que no dejas de hablar es el bebé en mi vientre! Si solo te importa el bebé, ¡¿por qué me obligas a casarme contigo?! Si quieres, ¡podrás llevarlo al bebé a tu familia Chicote después de que nazca y así no tendremos ninguna relación! —gritó Carina enfadada de repente.
Daniel se quedó completamente atónito al escuchar las palabras furiosas de la mujer y la miró aturdidamente. Mirando la cara furiosa de Carina, de repente Daniel pareció no conocerla o conocerla muy poco.
Carina estaba muy decepcionada por lo que había hecho este hombre, quien nunca se había preocupado ni un poco por ella. Él no la había visitado alguna vez cuando ella estaba en el hospital y ahora él discutía tan violentamente con ella en la casa de su madre para el bebé. Este hombre nunca había considerado sus sentimientos, ni una vez. Carina, quien ya estaba harta de todo esto, apretó con fuerza los puños y dijo con frialdad a Daniel:
—Si ya no tienes nada más que decir, por favor sal de mi casa. Hablaremos del resto después de que nazca el bebé.
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