—A partir de hoy eres mi heroína, un ángel y mi nuera, me encantó ver como has defendido a mi hijo. — dijo Gabriella emocionada, Luca no quitaba la mirada de April.
—Yo… yo.. no sé qué me pasó, es mi primer día y ya hice un escándalo.
—No te preocupes cariño, esto que acabas de hacer es para celebrarlo a lo grande, eso fue increíble.
April estaba realmente incómoda y Luca lo notó.
—Mamá, ¿me dejas hablar con April a solas? , para luego ir a almorzar.
—Por supuesto cariño, iré a ver que esa maldita zorra ya no esté en la empresa.
Gabriella dio la vuelta y se dirigió a primera planta, para verificar que la basura ya estuviera afuera.
Luca abrió la puerta de su oficina e hizo que April entrará de primero.
—Luca de verdad lo siento, no debí sacarla así, aunque se lo merecía.
—Deja de disculparte, la verdad te agradezco lo que has hecho por mí, nadie nunca me había defendido así. Sólo quiero pedirte una cosa.
—No fue nada, dime, ¿qué quieres pedir?
—Que no vuelvas a besarme. —April por un momento se quedó en blanco luego la invadió la decepción.
—¿Tan mal beso? —Luca se sorprendió por la pregunta.
—No, claro que no, fue el mejor beso que he recibido en años, no te sentí incómoda y al parecer no te dio asco, y eso para mi es mucho.
—¿Por qué iba a darme asco?. Luca eres un hombre igual a los demás, sientes, lloras, amas, te enojas, tienes unos ojos preciosos, tu sonrisa es hermosa, tu cabello tiene un color lindo y suave, tienes un cuerpo muy bien trabajado, ¿cuál es tu problema? ¿Por qué crees que no pueden amarte?.
—Porque simplemente no lo creo, ¿podemos dejar el tema? Solo quiero que no se vuelva a repetir.
—¿Qué pasa si yo quiero que se vuelva a repetir? — ella se acercó a él y le acarició la mejilla, Luca cerró sus ojos y dejó que April lo acariciara, su toque era algo especial para él, desde que la vio sonreírle como si fuera lo más especial del planeta sabía que ese era su fin, cuando sus labios estuvieron a punto de tocarse la puerta se abrió de golpe, haciendo que ambos se separaran.
—Uy, perdón ¿interrumpí?
—No, descuida John, pero… ¿qué haces aquí? ¿Cuando regresaste? — John era uno de los pocos amigos que tenía Luca, leal desde su accidente.
—Justo hace una hora, vine directamente a verte, quería darte una sorpresa, pero la sorpresa me la he llevado yo, ¿quien es esta hermosa señorita? —Luca se tenso, y John lo notó, ambos toda la vida habían tenido gustos diferentes, pero al parecer esta vez a ambos les había gustado la castaña.
En el almuerzo Gabriella le contó con lujo y detalles a John, lo que April le había hecho a Leticia, él le aplaudió y la felicitó, otro que le haría un altar, April se puso roja, toda la atención estaba puesta en ella y eso la incomodaba un poco.
Cuando Gabriella llegó a la parte del beso, John miró fijamente a Luca, luego hablaría con él. Ya que si su amigo estaba interesado por la castaña él se haría a un lado, antes que nada estaba su amigo, pero quería averiguar, porque él había visto cómo casi se besan cuando él entró a su oficina.
Ambas mujeres se fueron al baño y John no perdió tiempo en preguntarle a Luca lo de April.
—¿Te gusta April?
Luca frunció el ceño, como siempre su amigo directo al grano.
—No te voy a negar que es hermosa, pero no, no me gusta, y ¿a ti?
—Luca, amigo, me flecho, me encanta, y si a ti no te interesa como mujer, yo quiero acercarme a ella. —John lo miró a los ojos, sabía que algo incomodaba a su amigo, ¿pero por qué no lo decía?
—Puedes acercarte a ella Jhon, a mi no me interesa, ella es sólo la hija de la mejor amiga de mi madre, y solo por eso la ayudé.
April había vuelto del baño, y para desgracia de todos escuchó la respuesta de Luca y eso le hizo sentir que le rompía el corazón, con todas las fuerzas que le quedaban, agarró su bolso y decidió salir de ahí, ya empezaba a arrepentirse de haber ido a Londres.
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