Luego de haberse dejado llevar por la pasión, ambos salieron muy sonrientes del pequeño cuarto de aseo.
—¿Qué te parece si te duermes hoy en mi apartamento?
—Me parece genial, solo que hay que pasar por la casa de tu madre para recoger ropa.
—Pues, si deseas podemos irnos ya. — dijo Luca realmente ansioso, nunca le había gustado tanto pasar el tiempo con alguien.
—Me parece bien, sabes no he podido dar los regalos que compré ayer en el centro comercial, creo que los dejé en tu casa, ¿podemos pasar antes a recogerlos y luego irnos por mi ropa? Porque creo que no saldré de tu casa — dijo con una gran sonrisa en su rostro y Luca sonrió también feliz.
—Pues andado, ve por tus cosas y yo por las mías, y cuando esté listo, paso a recogerte a tu oficina. —April lo beso, antes de entrar al ascensor.
—Te veo en un momento cielo. —le guiñó el ojo y tiró un beso antes de que las puertas se cerraran.
Luca negó con la cabeza y sonriendo entró a su oficina a recoger sus cosas.
(...)
Luego de recoger sus cosas ambos salieron con una gran sonrisa en el rostro y se dirigieron al apartamento de Luca, una vez ahí él no pudo evitar volver hacerle el amor, era algo que les nacía, cada vez que estaban solos, la pasión tan grande que en ellos despertaba.
Ambos comieron una pequeña merienda y luego salieron rumbo a la mansión Bennett.
—Hola tesoros, ¿cómo están? ¿Qué tal estuvo su día? — dijo Gabriella saludando a ambos.
—Muy bien mamá, hoy ha sido un día increíble. —dijo Luca mientras depositaba un pequeño en la mano de April, la cual tenía agarrada.
—Tu hijo tiene mucha razón, ha sido muy muy increíble. — dijo con una gran sonrisa.
—Pues eso me alegra mucho, soy muy feliz, al verlos felices.
Luego de tener todo listo decidió llamar a su madre.
—Hola —contestó Marta.
—Hola, mamá, ¿Dónde estás?.
—April, cariño, estoy ocupada en estos momentos, ¿que deseas?
April se molestó al oír la voz de su madre, ella seguía enojada por lo de Luca, pero no iba a dejar que ella se metiera en su relación.
—No te preocupes, no pienso molestarte más de un minuto, solo te avisaba que iré a dormir al departamento de Luca y que en mi cuarto dejo un regalo que te había comprado ayer. Eso es todo, hasta luego. — cortó sin esperar respuesta, le había molestado la actitud de su madre.
Cuando April bajó con la maleta en la mano, Luca sonrió, sabía que a partir de ahora no la solitaria por nada en el mundo.
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