Cuando April se removió en la cama, abrió poco a poco los ojos, vio que todo seguía oscuro en la habitación y frunció el ceño, se giró hacia el despertador y de un brinco se levantó de la cama, eran las 8 am, se suponía que ya debía estar en el trabajo. Observó el lugar de Luca y sintió una opresión en su pecho al darse cuenta de que en verdad no durmió ahí, esperaba por el bien de ambos ya se le hubiera pasado su berrinche.
Decidió dejar de pensar, darse un baño y ponerse muy guapa, para su hombre, Luca se había convertido en lo más importante después de su padre, se había enamorado con nunca antes y no podía perderlo, él le había dado un giro diferente a su vida.
Después de salir del baño, se decidió por un vestido blanco, pegado al cuerpo, uno que inmediatamente resaltaba sus curvas, buscó un saco para su vestido color palo rosa, al igual que sus zapatos, y buscó entre sus joyas el regalo que Luca le había dado, el collar, los aretes y el reloj, se maquilló suavemente y por último se aplicó de su perfume, sonrió al ver su imagen reflejada en el espejo, se veía guapa.
Decidida salió, buscó su auto y se dirigió a la empresa, ya iba una hora tarde, pero lo primero que haría sería ir a verlo, quería ya poder solucionar esa tonta discusión, hacer el amor con él y luego iría a su oficina a trabajar, sabía cuánto amaba Luca verle puesto las joyas que le había regalado, era como si una parte de él estuviera con ella.
Cuando llegó, varias personas se le quedaron viendo, ella pensó que seguro era porque iba muy tarde, cuando llegó a la presidencia, Patricia la miró entre preocupada y nerviosa.
—¿Qué pasa?, ¿Te sientes bien? — April se acercó a ella preocupada, y sin poder evitarlo Patricia la miró con lástima.
—April, creo que deberías irte a tu oficina. — ella frunció el ceño, mientras su cuerpo se puso tenso.
—Claro, lo haré cuando hable con Luca. — dijo decidida y volviéndose para entrar en la oficina.
—April — la volvió a llamar Patricia, quería que ella no entrara. — Por favor, ve y cuando esté desocupado, te llamo para que vengas. — April estaba sospechando de la actitud de su amiga, porque en eso se había convertido Patricia.
—¿Con quién está? — la mujer se puso pálida como el papel. — ¿Me vas a decir, o esperas que lo averigüe yo por mis medios?
—Está con Leticia Jones con él, tienen como dos horas y ninguno ha salido, canceló todas las citas de la mañana. —April le miró como si estuviera loca, ¿tenían dos horas encerrados? ¿Qué están haciendo? April giró la cabeza hacia la puerta, y deseaba que aquella madera le hablara y le dijera, que no hacían más que planear un negocio, porque él tenía tan grande su corazón que era capaz de ayudar a una bruja sin escrúpulos.
—April, mejor vete, yo te llamo cuando esté solo. —April la miró un momento y le sonrió con cariño, en ese momento comprendió porque todos se le quedaron viendo.
—¿Ella llegó con él? —su respuesta iba a confirma todas las sospechas que tenía.
—Sí — algo en ella se volvió a romper, ¿cómo era posible?
Se giró hacia al frente y decidida entró a esa maldita oficina, no le importó ni el grito, que le pegó Patricia para que se detuviera, quería salir de dudas de una maldita vez, pero rápidamente se arrepintió.
Luca estaba sentado en su gran silla y Leticia estaba sentada a horcajadas de él, se besaban apasionadamente, ósea él le había dicho que nunca se habían besado y ahora lo estaban haciendo como si no hubiera un mañana, él se encontraba sin camisa, al parecer ya hasta tener sexo en su oficina se iba hacer un hábito.
En eso detrás de Patricia llegó William y John, quiénes se acercaron, el primero fue directamente hacia April.
—April, cielo, ¿te sientes bien? — La mujer aparte de estar llorando desconsoladamente, se estaba poniendo muy pálida.
—No, por favor sácame de aquí —Luca al verlos juntos dio un paso adelante, no podía dejar que ella se fuera con él, pero John lo detuvo, sabía que su amigo alguna estupidez había hecho.
—Sí, ven vamos de este lugar. — la agarró por la cintura y trató de sacarla, pero ella se detuvo y observó a Luca, luego a Leticia y una vez más a Luca.
—Mi mamá tenía razón, se feliz Luca, porque de mi parte a partir de este momento serás solo mi jefe, no significarás más nada en mi vida. — se giró y salió ahí con William, quien la llevó hasta el auto de ella, quién le indicó por dónde ir.
—¿En qué has venido? — preguntó April, cerrando los ojos, empezó a sentirse muy mal.
—En taxi. — dijo mirándola con el ceño fruncido.
—Vamos… te.. te.. llevó — la última palabra la dijo tan suavemente mientras caía al piso y la inundó la oscuridad, una donde no sentía, una dónde quería quedarse siempre.
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