April abrió lentamente los ojos y empezó a observar el lugar, el cual no reconoció, ¿dónde diablos estaba? ¿Y cómo había llegado ahí? Trató de recordar, pero al hacerlo recuerdos dolorosos invadieron su mente, y sin poder evitarlo miles de lágrimas empezaron a inundar sus mejillas.
¿Por qué Luca le había hecho algo así?
¿De verdad ya no la quería?
¿Dónde había quedado aquel hombre que le decía que la quería?
La puerta se abrió y William entró con una pequeña bandeja con algo de fruta y jugo de naranja.
—Hola princesa, te traje algo que comiera, ya que creo que te desmayaste por estar débil. —April lo miraba a los ojos todavía sin creer que William estuviera ahí con ella, después de lo que había pasado.
—¿Por qué me has traído aquí? — dijo mirando la bandeja con algo de desconfianza.
—April no se dónde vives, tampoco vi lógico regresar al lugar de dónde querías salir tan desesperadamente, además debemos hablar claro que no creo que ahora sea el momento.
—Tienes razón, no es el momento, creo que yo debería irme.
—April sé que no confías en mí, pero te juro que no te haré daño, en serio te vi realmente mal y solo quiero ayudarte, creo que nunca fui malo contigo, para que desconfíes así de mí. —April lo miró entrecerrando los ojos — Ok, tal vez creas tener motivos para desconfiar, pero te juro que lo te conté ayer es cierto, nunca jamás te he sido infiel April, yo te amaba con mi vida. — April se encogió de hombros, tratando de restarle importancia.
—Ya eso no importa William.
—Claro que importa, a mi me importa, April yo no he dejado de amarte. — ella lo miró a los ojos y vio que no mentía.
—William, lo siento pero yo ya no siento nada por ti. —William la miró con semblante serio. —
—¿Lo amas? —April lo miraba a los ojos que estaban llenos de preocupación.
—Sí, como nunca he amado a nadie en la vida. — ella vio que lo hirió con sus palabras, pero no iba a mentir.
—¿Hace cuánto estás con él?
—Lo haré — dijo deseando salir de ahí.
—April — ella se detuvo al oír su nombre. —¿Podemos empezar de cero y ser amigos? —ella lo miró a los ojos y vio que estaba siendo muy sincero.
—Siempre y cuando te quede claro que amo a Luca y no quiero que lo insultes delante mío, claro que podemos serlo.
William se quedó callado, no sabía que responderle, él la quería junto a él, por lo que tenía que volver a enamorarla.
—De acuerdo — dijo no muy convencido — ¿Puedes darme tu número? —April buscó en su bolso una de sus tarjetas y se la dio. — Gracias.
—De nada, ahora debo irme.
William la acompañó hasta la puerta, y se despidió de ella, April salió del edificio apresurada, quería aire fresco, quería poder pensar.
Una vez afuera, buscó una cafetería para comer algo, la verdad si tenía hambre, pero no confiaba en William, por un momento se detuvo y frunció el ceño, ¿A qué había ido él a la oficina de Luca? ¿Tendría algo que ver con el comportamiento tan despreciable de Luca? Decidió ir a comer y luego buscaría una solución a sus problemas, sabía que algo tenía que haber detrás de todo esto y tenía que averiguarlo.
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