Emanuel no podría comprender la alegría de Catalina, al menos no por ahora, tampoco hacía falta.
La nuera vino, como Jonatán y Estela ya la admitieron, tampoco se lo iban a hacer pasar mal. La primera comida había sido muy tranquila. Solo que la frase que dijo Estela cuando ellos iban a irse hizo a Catalina sentirse incómoda. Ella dijo, que en la familia Moruga llevaban cinco generaciones con hijo único. Como la nuera de la familia Moruga, su misión principal sería tener un bebé. Lo deberían de tener lo antes posible y tendría que ser hijo.
Catalina despreciaba mucho esa idea. Ya era la época moderna, deberían de dejar el concepto del hijo era más importante. Tenía muchas ganas de discutir con su suegra.
Sin embargo, la mirada de Emanuel la paró, la estaba advirtiendo no discutir con sus padres, entonces ella tuvo que dejarlo y contestar a su suegra con una sonrisa.
Cuando salieron de casa de la familia Moruga, seguía nevando cada vez con más intensidad. Había bastante nieve acumulada a los lados de la carretera. Si seguía durante toda la noche, el día siguiente seguramente habría una cantidad bastante grande de nieve.
A lo largo de la carretera, se encontraron con un accidente. Un coche privado chocó con un autobús. Debido a ello había un gran atasco.
—Gira por esta calle, date prisa, si sigues más adelante ya no podemos hacer nada más. Luego cruzamos el callejón y ya está la calle XX.
Catalina dijo indicando al camino al lado de la carretera. Estaba cerca de su trabajo, lo conocía mejor.
No obstante, Emanuel no le hizo caso, y siguió hasta que no podía avanzar más.
—Oye, que hay accidente allí delante, no sé cuánto tiempo durará el atasco... ¿Ves? Los coches de detrás también giran hacia allí. ¿Por qué no me haces caso?
—No tenemos prisa. Además, como hay un accidente delante y la policía de tránsito todavía no ha venido, por eso tengo que ver qué pasó —Emanuel no dijo nada más, bajó y corrió hacia el accidente.
—No estoy preocupada por ti, sino que, si te resfrías y tienes fiebre, ¡al final seré yo la que te tendré que cuidar!
El accidente era bastante grave, el frente del coche estaba completamente abollado y el conductor se quedó atascado dentro. El equipo de rescate estaba buscando una solución, el cordón policial también ya estaba puesto alrededor.
—Señorita, no puede entrar.
Catalina fue parado por policía. Intentaba buscar a Emanuel. La altura de un metro ochenta y cinco sobresalió entre la gente, lo encontró muy rápidamente.
—Emanuel, ¡Emanuel!
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