Una mirada de sorpresa apareció en los ojos de Emanuel al escuchar esto y le apretó la cabeza contra su propio pecho, con el corazón dolido por ella. Fue muy difícil ser traicionado por su novio como por la mejor amiga.
—¿Cuándo ocurrió esto?
—Bueno —ella contó con los dedos—, ha pasado algo más de medio año, pero todo ha quedado atrás, y si no fuera por ellos no te habría conocido.
—¿Saliste en una cita a ciegas sólo para olvidarte de esta cosa?
—Sí y no. Ahora te estoy preguntando o me estás preguntando, responde, un día en el futuro, ¿volverás de hacer algo así a mis espaldas y inventarás todo tipo de mentiras?
Emanuel suspiró y dijo con seriedad:
—No me atrevo a garantizar, y aunque lo hiciera, sólo te estaría engatusando, sólo quiero decir que no soy esa clase de persona, lo creas o no.
—Basta de estupideces —dijo ella, levantando de nuevo la vista—, ¿no puedes darme una garantía?
La paciencia de Emanuel era limitada y se estaba hartando de que le dieran la brasa durante tanto tiempo con preguntas aburridas:
—No habrá un día así, vete a dormir.
—Parece que cuanto más hablo más me despierto, no puedo dormir.
—Si no te vuelves a dormir —Emanuel se acercó a su cara—, ¡podemos hacerlo una vez más!
—No, voy a dormir, voy a dormir ahora mismo.
Ella se dio la vuelta, enterrando la cabeza bajo las sábanas.
***
A medida que el año se acercaba a su fin, el entrenamiento en las montañas nevadas terminaría a finales de año, con una nueva clase el año que viene . En las montañas nevadas, no había lugar para ir, e incluso la televisión tenía un límite de tiempo, lo que no era adecuado para una persona que trabajaba.
—Vale.
Tras colgar el teléfono, Catalina miró al monótono techo incorporándose violentamente de la cama:
—No puedo más. Tengo que salir.
Un viento cortante llegó cuando ella salió del dormitorio, e instintivamente dio medio paso atrás, tirando de su abrigo de algodón. Hacía tanto frío.
—¡Catalina! —pasó un soldado, llevando medio saco de harina en la mano— ¿A dónde vas?
—Solo doy un paseo.
—Ten cuidado —el soldado sonrió.
—Bien.
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