Romance Prohibido romance Capítulo 25

Cuando soltó el aire de su cuerpo, Elizabeth lo miró directamente a los ojos y luego puso sus dos manos en la mesa. Dereck bajó la mirada y vio como ella se quitó un guante negro dejando ver una venda que tenía varios círculos de sangre.

Su mirada se oscureció tanto que Ellie temió un poco, vio como el pecho de Dereck subía y bajaba en desmedida, levantándose de golpe para ir a agacharse cerca de ella. Hunter tomó sus manos entre las suyas y luego deslizó su mirada a la de Elizabeth.

—¿Cómo pasó esto? —aunque trató de preguntar con tranquilidad, Ellie escuchó como se esforzó por mantener la calma, y cuando ella tomó su mano para responder, la mirada del hombre fue directamente a su cuello, viendo como sobresalían algunas marcas a pesar de que ella usaba una blusa con botones.

Una tormenta se apoderó de su cuerpo, y en cuanto vio aterrado nuevamente a los ojos de Elizabeth, la voz de una chica conocida resonó en el espacio.

—Señor Hunter, tengo su pedido…

Dereck giró, se levantó y caminó apresurado hacia Claire tomando los cafés en sus manos. Ellie lo escuchó cuando él le dijo a la mujer que no le pasara mensajes, y que estaría muy ocupado. Después que la chica asintió y salió, él cerró la puerta con seguro y se dirigió a ella de nuevo. Él ni siquiera se molestó en tomar los cafés.

Cuando llegó nuevamente a su lugar tomó el brazo de Elizabeth y luego la puso de pie. En silencio llevó los dedos a su cuello y Ellie se preguntó qué estaba haciendo, pero cuando sintió que sus dedos fríos estaban desabotonando su blusa de seda, ella se apresuró por tomar sus manos. Incluso se lastimó su herida haciendo gesto lastimero con su cara.

Ella quiso pasar por su lado para apartarse, pero Dereck la frenó al instante llevando de nuevo sus manos a la blusa.

—Dereck…

La respiración del hombre chocaba furiosamente contra su rostro, uno a uno los botones fueron quitados, hasta que todo eso apareció visiblemente ante sus ojos.

—Lo mataré Elizabeth… —Las palabras de Hunter salieron tan bajas en su boca, que Ellie hubiese preferido que las gritara.

El hombre se dio la vuelta, y rápidamente Ellie lo tomó del brazo para halarlo, pero supo que eso no lo detendría, Dereck negó cegado tratando de soltarse del brazo, pero Ellie hizo una maniobra y con sus dos brazos se estrelló contra su cuerpo duro, abrazándolo como si este fuese el acto que salvaría su vida.

Cuando Ellie envolvió su cuerpo, Dereck sintió que su columna se ponía tibia y el estremecimiento de su piel, lo frenó aún y cuando no quiso detenerse. Puso un brazo sobre ella abrazándola también y con la otra mano tomó su rostro para darle una caricia que estaba pidiendo su alma.

Sus dedos delinearon su mandíbula y luego bajaron lentamente a su cuello acariciando todas las marcas, que le decían a gritos que su piel había sido maltratada y lastimada hasta el cansancio.

Sus dientes se apretaron tan duro que una negación imperceptible se realizó sin ser ordenada.

—Elizabeth…

—No te dejaré ir… —interrumpió ella—. Por favor, quédate conmigo. Quiero que, te quedes conmigo.

La mirada de Hunter estaba atormentada, pero cuando él fue a los ojos miel de Elizabeth, algo en su alma descansó. Sus dedos siguieron por su cuello y luego se quedaron fijos en su nuca. Entonces pensó por un momento y lo dijo en voz alta.

—De ahora en adelante, no me importará lo que pase alrededor, Elizabeth, y espero que a ti tampoco, porque no me detendré. No lo haré.

Ellie quiso hablarle, decirle tantas cosas que estaban atoradas en su garganta, pero ella quedó enmudecida cuando vio que la mirada de Dereck bajaba de nuevo a su cuello, y la cabeza del hombre también se inclinó.

Dereck hizo que ella se recostara sobre su mano para inclinarla y luego depositó un beso húmedo en el centro de su clavícula, haciendo que sus ojos se apretaran al instante. La sensación hizo que su mente explotara y enviara todas las chispas de fuego a cada rincón de sus entrañas.

Ella tomó sus brazos fuertemente para reprimir la sensación que aquejaba su cuerpo, y luego sintió como Dereck despegó su boca y luego volvió a depositar otro beso húmedo sobre su cuello, deteniéndose por largos segundos en el lugar.

Era imposible de soportar, su cuerpo tenía determinación propia, ella tembló como si el frío estuviese congelando su vida, pero al mismo tiempo la sensación del calor estaba haciéndola arder…

Después que la vida se insertó en el cuerpo de Elizabeth por la cercanía, ella sintió un estremecimiento en todo su centro, como si por arte de magia alguien hubiese pasado un suiche para sentir el placer, pero sus ojos se abrieron de golpe cuando vino un nuevo miedo hacia ella.

Le gustaba este hombre más de lo que podía sostener en su cabeza; Dereck había logrado despertar los rincones que ella pensaba estaban muertos, o que simplemente no existían dentro de su cuerpo. Este hombre estaba haciéndola olvidar, incluso de sus propias desgracias, estaba desapareciendo todo su camino y todos sus pensamientos. Y eso, también era de temer.

En un impulso, ella puso sus dos manos en su pecho para tratar de apartarlo, pero el esfuerzo hizo que gruñera por el dolor en su mano. Su herida cada vez empeoraba.

Dereck vio el gesto de su cara y tomó su mano de inmediato, para ver que volvía a mojar la venda.

—Debemos ir al hospital… ahora mismo.

—No hace falta, la cortada sanará en unos días.

Dereck se separó de ella, fue hasta su oficina y tomó el bolso de Ellie, para luego ir hasta su lugar y colocar la mano en su espalda.

—Vamos…

Ellie resopló y luego comenzó a caminar. Cuando salieron de la oficina todos se dieron vuelta para ver que su jefe principal, estaba caminando muy cerca de ella y tenía su mano cerca de su espalda.

El pulso de la chica comenzó a palpitarle en la garganta negando varias veces, y así tratando de no pensar en las demás personas. Necesitaba olvidarse de todos por su propio bien.

En cuestión de minutos ella fue llevada hacia el estacionamiento que estaba ubicado en el sótano del edificio, y solo alzó su cabeza cuando vio que Dereck le abrió la puerta de su automóvil. Cuando arrancaron rumbo al hospital, ella recostó la cabeza y soltó el aliento; deseaba encontrar alivio al dolor de su mano, como también anhelaba encontrar un alivio para su corazón.

Ellie se dio cuenta de que ya habían llegado al hospital porque ya no sintió más movimiento. Estaba muy cansada por la noche anterior, literalmente no había dormido nada y cabeceó unas cuantas veces de camino. Lo único positivo de eso, es que toda su atención ya no estaba en el dolor de su palma, y para cuando se despabiló por completo, Dereck estaba abriendo la puerta de su lado.

Sin decirle una palabra, la ayudó a salir, activó el seguro de su auto negro, y luego comenzó a caminar con ella por la parte de la emergencia.

Cuando entraron pidió atención, y una enfermera se acercó a la chica pidiéndole que pasaran a un cubículo.

Nadie le impidió la entrada a Dereck, y él tampoco pidió permiso para entrar, y cuando Ellie se sentó en una camilla, vio que él estaba de pie, viendo como la enfermera le quitaba la venda para revisar su herida.

—Yo limpiaré la herida, parece infectada —la mujer vestida de ropa blanca informó, y luego miró a Elizabeth—. ¿Con qué objeto se hizo la cortada?

Ellie miró de reojo a Hunter y luego pasó un trago.

—Me caí encima de unos vidrios… un vaso se rompió y…

—Lo entiendo —la mujer frente a ella asintió y luego se alejó un poco—. Buscaré al médico de guardia, yo podré hacerle la curación, pero esta herida necesita puntos, y antibióticos.

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