De camino, Elizabeth notó que se encontraban en la zona donde estaba ubicada la empresa, pero en esta ocasión en la parte residencial. La chica sabía que era una parte costosa, así que luego que pasó un camino que estaba formado por arbustos a los lados, divisó que una hermosa casa blanca aparecía ante sus ojos.
No era enorme, pero era dos veces más grande que la suya y la de sus padres. Ninguna casa estaba alrededor, y la grama que divisaba en todo su paraje, estaba más cuidada que su propia ropa.
Dereck estacionó frente a la propiedad y sin mirarla abrió la puerta. Ella se apresuró por salir, dejó su bolso en el automóvil y cerró la puerta para recostarse en el mismo.
—¿Quién vive aquí? —preguntó detallando cada parte de la casa.
—Nadie. Creo que la compraré… —Ellie giró hacia su lugar.
—¿Comprarás una casa en Memphis?
Aunque no hubo una respuesta, Dereck caminó hacia ella y tomó su mano para luego ir hacia la casa, mientas sacaba una llave y abría la puerta.
Cuando entraron, Ellie no dejó de ver lo amplia y bonita que era, no había muchas cosas dentro de ella. Solo algunos muebles y cuadros, pero aún parecía muy impersonal. Aunque en su frente la casa estaba completamente cubierta, al finalizar de la misma estaba encerrada por vidrios que dejaban ver la zona boscosa detrás.
La chica se soltó de la mano y comenzó a caminar alrededor, detallando cada parte hasta que llegó a la zona de la cocina.
—No puedo negar que es muy hermosa. Pero…
—¿Pero? —Hunter volvió a acortar su distancia y sin tocarla supo que ella estaba respirando con dificultad.
Ellie negó.
—¿Por qué me trajiste aquí?
—Porque me contarás que pasó. Y porque no quiero ser interrumpido.
Ellie se encogió de hombros mientras se recostó en el buró de la cocina y lo miró fijamente con muchas dudas en la cabeza.
—Hay… había otras cosas sumadas a este evento —comenzó por decir sin apartarle la mirada—. Hay muchos problemas acumulados en nosotros. Por ejemplo; la competencia que siente hacia mí. La firma que mi padre hizo contigo sin incluirlos, mi trabajo en tu empresa… y por supuesto, la posesividad que Michael siente hacia mí.
Dereck asintió.
—¿Qué te dijo exactamente?
—Que seguía avergonzándolo frente a todos. Creo que se siente intimado por ti.
Hunter pasó la mano por su cara y luego dio otro paso más hacia la chica.
—Lo más seguro es que se dio cuenta de cómo te miro. Es mi culpa, soy muy evidente. Todo lo que te dije aquel día es verdad, Elizabeth. Yo… simplemente no puedo apartar la vista de ti…
Ellie bajó la mirada mientras sintió que su cuerpo comenzaba a temblar. Todo estaba regresando de nuevo, y si Dereck decía algo más de acuerdo a sus sentimientos, no iba a soportarlo más.
—Michael estalló su vaso contra la pared y los vidrios salieron por todas partes. Intenté pasar desapercibida, pero creo que eso lo enoja más. Cuando traté de quitarme de su agarre, porque… no estaba logrando respirar, fui empujada y perdí el equilibrio. Así fue que me corté.
Elizabeth sintió todo el aliento caliente que Hunter sacó de su boca, el rostro del hombre estaba tan tenso, que pensó por un momento podía estallar.
Rápidamente alzó su mano, aunque estaba luchando consigo misma por no tocarlo. Literalmente sentía una pesa de dos kilos encima de su brazo, porque ahora mismo su mente entenebrecida estaba batallando con todas sus emociones.
Emociones que sepultó, que mató y que denigró por todos estos años.
Sus dedos temblorosos llegaron a la quijada de Dereck, y evidenció que él cerraba los ojos y su cuerpo se tensaba ante su tacto.
Ella también pudo sentir como se esparcían esas descargas devastadoras, descargas que la hacían perder el juicio y que venían a cobrar vida en su vientre apretado.
—No eres frígida… tú sientes —las palabras se le escaparon de la boca y al instante, Hunter abrió los ojos totalmente impactados por las palabras que Elizabeth había soltado.
Pero antes de que él dijera nada, ella subió sus dedos a su mejilla.
—Michael no… no está así por lo que vio en ti. Estoy segura de que, es por lo que ve en mí.
—¿En ti? —Aunque Dereck trató, su voz sonó tan ronca que su mismo cuerpo lo alertó. Pero no se movería; el olor de Elizabeth, su mirada y aún más su toque era estaba siendo la perdición para él.
La chica asintió mientras intentó separar los labios.
—Él… se ha dado cuenta de mi forma de verte, Dereck. Y aunque he tratado de evitarlo, no puedo despegar mi vista de ti. Sé que esto está muy mal, no puede haber nada entre nosotros… pero quiero hacer algo hoy…
Hunter tomó la mano que ella tenía en su mejilla y luego pegó el cuerpo de Ellie hacia él.
—Lo haré yo primero Elizabeth. He deseado hacerlo desde hace mucho…
Antes de que Ellie reaccionara, él tomó su rostro con las dos manos y con sumo cuidado, llevó sus labios a los suyos. Sus pechos estaban tan agitados que el aire salía entrecortando el aliento.
Dereck sintió la vibración en la boca de Ellie, así tanto como su cuerpo, esto hizo que no pudiera más con todo lo que lo recorría entero, y que tomara fuertemente su labio superior para succionarlo tanto como pudiera.
Ambos soltaron un gemido audible. Ellie también comió el labio inferior de Dereck mientras se aferraba a sus brazos, y sentía como ellos estaban encajando a la perfección ahora.
En un movimiento, sus bocas se soltaron y cuando Hunter vio que ella mantuvo la boca abierta, metió su lengua para que esta chocara contra la suya, iniciando el caos más grande que vivirían de ahora en adelante.
—Yo, me siento atraído por ti, Elizabeth eso es muy claro, cualquier persona puede verlo o notarlo. No puedo explicarte ahora por qué, desde que te vi, supe que necesitaba intervenir en tu vida. No tengo palabras que puedan hacerte entender tal cosa. Pero lo que más deseo en este momento, es que salgas de la vida que han puesto en tus hombros y vivas la vida que quieres…
Ellie asintió. Sin embargo, sabía que en cualquier momento él podía dejarle claro que no iba a prometerle un futuro, y ella tampoco lo esperaba. Era muy tonto pensar que ella huyera de Michael para caer en otra relación formal. Entonces la chica alzó el rostro y abrió los labios.
—No tienes por qué sentirte mal con mi vida. Sé lo que deseas para mí, porque yo misma lo deseo. Quiero respirar tranquila, quiero descansar del maltrato de Michael, necesito tomar decisiones por primera vez en mi vida. Y lo haré, créeme. Solo… tengo mucho miedo. Cuando pienso en dar un paso, el pánico me congela, es como si un bloque de hierro viniera sobre mí para recordarme que no puedo irme del lugar al que me acostumbré, como si yo corriera en contra de mil personas, Dereck, es espantoso el solo pensarlo.
Hunter se acercó hacia ella y recostó su cabeza en su pecho, mientras le pasaba un brazo por encima del hombro.
—Esta vez no estarás sola Ellie —después que dijo su nombre en diminutivo, las entrañas de la chica se removieron tanto, que cerró los ojos encima de su camisa, tratando de controlarse ella misma.
Había sido tan excepcional, ¿Cuántas veces había escuchado su nombre de esa manera? Muchísimas veces, pensó. Pero ahora el galope de sus latidos le indicaba que solo en esa boca se escuchaba diferente.
—Gracias… eres un buen hombre —ella susurró.
La mano de Hunter tomó su cara y la hizo mirarlo.
—Hay muchas cosas que no sabes de mí. Puede que no lo sea. No puedo decirte que esto pueda tener un futuro… pero…
—Dereck… —Ellie interrumpió y se separó de su cuerpo—. No espero que me prometas nada. No espero nada de ti —Aunque no quiso que sonara crudo ya no había vuelta atrás.
El hombre se sentía atraído por ella, y eso era suficiente ahora para tener la fuerza de seguir adelante con todo lo que le deparaba el futuro. No podía idealizar a nadie, bastaba ya con lo que había hecho en su vida como para volver a caminar en la nada. No podía volver a creer en el amor, no podía cegar su visión, ni pretender que podía vivir en un cuento porque la vida no era así. La realidad era muy diferente, y la de ella era bastante cruda como para volver a ser ingenua.
—Ya no creo en el amor —confesó. Y necesitó decir esas palabras desde hace mucho.
Dereck pasó sus dedos por las rodillas de Ellie haciendo círculos.
—Lamentablemente yo tampoco, Ellie.
La chica asintió mientras parpadeó varias veces.
—Entonces es bueno que ambos estemos claros —dijo forzando una sonrisa—. Y yo estoy bien solo con… tenerte a mi lado, hasta que la vida decida que debamos tomar nuestro propio rumbo.
Dereck sonrió y entrelazó los dedos en los suyos.
—Quiero una chica tan fuerte como tú… —Ellie rio fuerte con su comentario y luego puso el dorso en su boca.
—Lo que menos he sido es eso…
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