Romance Prohibido romance Capítulo 61

Dereck pensó que por más de que Ellie fuera la firma legal nunca estaría involucrada, y eso se lo juró Connor más de mil veces antes de irse. No supo cómo hicieron para llegar a esas bodegas, ni como hicieron un procedimiento tan rápido, pero todo lo que estaba ocurriendo junto con las pruebas que Ellie había entregado eran más que suficientes para que Jarod y Benjamín, se pudrieran en la cárcel por el resto de sus vidas.

Eso, sumado a toda la red de mafia que iría tras de ellos. Ni siquiera sabía si la vida de su padre estaría segura en la cárcel, pero si era sincero con él mismo, no le importaba.

A ese hombre no le importo joderse en su propia familia, en su propia hija, aun arrojándola a un malnacido que defendió hasta última instancia.

No sentía lástima por ese hombre, pero no podía evitar sufrir por su mujer.

—No… pero tu agente, el señor Müller, me dio algo de información, como también supe lo que hiciste por mi Ellie —dijo por fin.

Ella se despegó secando sus lágrimas y luego se giró hacia el lugar donde su madre estaba aún hablando con los policías.

—Me enteré hace poco de esto. Iba a decírtelo, pero de repente, todo cayó encima de mí y…

Los brazos de Hunter la abrazaron de nuevo mientras daba pequeños besos en su cabeza.

—No importa, eres un ángel, y estoy muy orgulloso de ti.

A pesar de la situación, del dolor que tenía en el pecho por su madre, y de que ahora comenzaba todo el caos de su padre, Ellie pudo soltar un suspiro largo, mientras su pecho se calentaba en esos brazos que solo le mostraban seguridad y amor.

Después de todo no estaba sola, después de todo, sí había una segunda oportunidad para ella. Después de todo, un rayo de luz siempre buscaba filtrarse en el rincón más oscuro…

Los dedos de Dereck estaban entrelazados con los de Ellie mientras permanecían de pie, viendo en dirección de Helena.

En algún momento la mujer se levantó recibiendo unos papeles de parte de los oficiales, a la vez que extendió su mano escuchando las últimas indicaciones. Cuando ella giró el rostro, el cuerpo de Ellie se estremeció al ver que su madre tenía los ojos hinchados y rojos.

Por un momento quiso tambalear, pero el agarre firme en su mano y un asentimiento seguro de parte de Dereck, le hicieron retomar las fuerzas.

Helena echó un vistazo en dirección de su hija y evidenció que la postura junto a ese hombre extraño, era muy íntima, y aminorando el paso hacia ellos, se preguntó qué estaba pasando en su familia para que este caos cayera encima de sus hombros.

—No podré ver a Jarod hasta mañana, parece que el interrogatorio será largo… y… —las palabras de la mujer se cortaron mientras los sollozos se precipitaron en su garganta—. ¡Tu padre nos ha mentido por años, Ellie!

Soltándose de su seguridad, Ellie fue hasta su madre de nuevo para tranquilizarla. No sabía que decirle, y, a decir verdad, no tenía palabras que pudieran quitar el dolor y sobre todo la decepción que podía sentir Helena en este momento.

Era como si a sus vidas entrara un hombre totalmente desconocido, y sabía a la perfección como se estaba sintiendo en este momento.

—Mamá… —Ellie hizo un esfuerzo por levantar su cuerpo cuando sintió que Helena trató de decaer, pero el brío solo hizo que un mareo muy fuerte golpeara duramente su cabeza.

Sintió que sus manos se pusieron frías, y que todo le daba vueltas. No había comido nada, pero tampoco le apetecía. Sin embargo, su estómago se estaba apretando ahora.

Soltando a Helena se recostó a la pared fría que estaba detrás de ella, y aspiró todo el aire que pudo.

—Ellie… —la voz de Dereck resonó cerca, pero estaba extremadamente mareada por lo que cerró los ojos.

—Estoy bien —asomó la palma mientras él la envolvía en su cuerpo.

—Es mejor que nos vayamos de aquí.

—¿Puede llevarnos a nuestra casa? —esta vez Helena preguntó—. Ellie se ha sentido mal, no creo que pueda manejar.

—Por supuesto…

***

A las siete de la noche, Elizabeth estaba sentada en un sofá junto a Dereck mientras su madre trataba de digerir la nueva noticia.

Le parecía mentira que su hija hubiese pasado por todo lo que pasó, y aunque no le emocionaba su nueva relación, se sentía tranquila en que Michael no estuviera cerca de ella, nunca más en su existencia.

No estaba segura de que iban a hacer de ahora en adelante, pero por nada del mundo seguiría sometiendo a sus hijos a este escarnio y a esta situación.

—No estoy en contra de usted, señor Hunter —ella respondió después de haberlos escuchado por largo tiempo. Emy y Eliot estaban en sus habitaciones por su petición y quería mantenerlos alejados todo lo que pudiera de todo esto—. Solo quiero que Ellie haga las cosas bien…

Aunque estaba preparando todo lo que le diría a Jarod en cuanto lo viera, solo de pensarlo, una llama de rabia se incrustaba por toda ella.

—Puede llamarme Dereck, Helena.

Ella asintió mirando la cara pálida de Ellie y su labio aun hinchado. Por un momento se preguntó si la duda en su corazón sería real, Ellie parecía indispuesta de salud, y sería conveniente que ella arreglara su vida primero, antes de iniciar una nueva relación. Aunque ya era muy tarde para decirle eso.

—Debes solicitar el divorcio, él deberá firmar, tienes cómo amedrentarlo, lo que te ha hecho es…

—Helena —Hunter volvió a intervenir—. Ellie no se enfrentará a él más nunca, tengo a una persona trabajando en ello, a esta hora ese hombre debe tener la solicitud de divorcio en sus manos.

Ellie se apretó más a su cuerpo mientras sus brazos la estrujaron más hacia él. Y antes de que pudiera decir algo más, el móvil vibró en los bolsillos de Dereck.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Romance Prohibido