Romance Prohibido romance Capítulo 60

Los ojos de Ellie se abrieron en algún momento de la mañana, cuando vio a su madre de forma borrosa diciéndole algo que no pudo entender. Como pudo ante su cansancio, o su estado inestable de salud, dijo que no iría al trabajo y volvió a cerrar los ojos, entrando en sueños o pesadillas. Lo único que sabía es que parecía que estaba delirando mientras su cuerpo sudaba mucho.

No estaba segura si era producto de su sueño, pero escuchó la puerta abrirse varias veces y su móvil sonar también. Nunca se sintió tan extenuada, pero cuando volvió a abrir los ojos con dificultad, su habitación estaba en completo silencio y con las cortinas de la ventana abajo.

Con un poco de desánimo se sentó en la cama, mientras sintió todos los músculos de su cuerpo adoloridos. Llevó la mano a su cuello y lo apretó y pronto se exaltó al tomar su móvil y ver que eran las once de la mañana.

Comprobó su temperatura corporal, su camiseta estaba algo húmeda y detrás de su nuca estaba el cabello mojado, y colocando los pies en el suelo, evidenció que un mensaje de Dereck titilaba delante de sus ojos.

“Al medio día estaré en la casa de tus padres, debemos hablar”

El latido rápido volvió a ella de golpe y sin esperar se levantó de la cama, enviando una llamada hacia su contacto.

Dereck no podía venir cuando toda la situación estaba terminando. Michael no podía verlo, y sin contar que su madre aún no sabía toda la verdad. Y después de que escuchó tres tonos, la llamada fue contestada.

Sus manos apretaron el móvil, y carraspeando un poco por su voz aun adormecida, habló.

—¿Der?

—Amor… —su estabilidad se vino abajo en un solo segundo y tuvo que apoyarse en la pared para entender qué estaba pasando.

Dereck debería odiarla y debía irse de aquí lo más pronto posible. ¿Por qué estaba hablándole de ese modo?

—Lo que pasó ayer, no cambia las cosas Dereck, por favor, te dije…

—¡Cállate Ellie…! No hables de más.

Elizabeth parpadeó varias veces mientras su respiración aumentaba.

—No puedes venir aquí…

—Iré, en una hora estaré allá. Lo necesitas y debes escucharme…

—¿Te has vuelto loco? Mi madre está aquí, lo más seguro es que mi padre vendrá a almorzar… y … ¿Der?

Miró su teléfono y efectivamente la llamada estaba finalizada. Ellie pasó las manos por su cabello en señal de preocupación, y no pudo hacer otra cosa que bañarse muy rápido y vestirse decente, para buscar a su madre y prepararla antes de que la bomba de tiempo estallara.

Al bajar las escaleras escuchó que Emy y Eliot se estaban peleando por un videojuego, pero no demoró en llegar a la cocina y encontrar a su madre preparando la comida. Todo el vapor de lo que se cocinaba se estrelló de golpe contra su rostro, y Ellie se frenó llevando la mano a su boca.

De nuevo estaba esa sensación de revoltijo en su estómago, y cuando su madre fue a verla para hablarle, ella no pudo evitar correr hacia un baño cercano, y vaciar su estómago como nunca.

Las lágrimas brotaron de sus ojos por la presión del vómito y luego sintió como unas manos suaves sujetaron su cabello. Ellie tomó unas toallas de papel para limpiarse la boca y luego se giró hacia Helena.

—Creo que tengo mala indigestión… algo debió haberme caído mal —Helena la miró fijamente y con un poco de duda lanzó la pregunta.

—¿Cuándo fue tu último periodo?

—No… yo tengo este dispositivo en mi brazo —dijo Ellie mostrando la marca—. Mi periodo puede ser regular a veces y otras no…

—¿Entonces, cuando fue la última vez que tuviste relaciones con Michael?

Las mejillas de Elizabeth se encendieron y fue a lavar su cara y su boca ignorando un poco su mirada inquisitiva.

—Mamá… sabes que ha pasado mucho tiempo, Michael y yo, no tenemos una relación…

Ellie fue cortada en su discurso porque Eliot llegó hasta el baño de servicio, con un móvil que estaba timbrando alto, de inmediato se lo pasó a Helena y ella no demoró en responder a quien sea estaba llamando.

—¿Qué?, pero… sí, yo soy su esposa… no sé dé lo que está hablando señor, está bien… Gracias…

Tanto Ellie como su hermano se quedaron en la espera, pero el rostro pálido de la mujer indicaba que no eran buenas noticias.

—Dicen que tu padre está retenido —Helena dijo bajo, y Ellie no pudo evitar reprimir los ojos y soltar el aire—. Jarod…

Sin pensarlo Elizabeth fue hasta donde su madre y la abrazó con fuerza colocando su cara en su pecho.

—Tranquila mamá… debemos irnos…

—Pero, Ellie, ¿Por qué razón tu padre está retenido? Debe ser un error —sus ojos cristalizados y la mirada fija de su hermano no la ayudaron para nada, y solo podía sentir su cuerpo temblar.

—Eliot, quédate con Emy, yo iré con mamá a la delegación ¿De acuerdo?

El chico asintió y después de retroceder unos pasos, desapareció de su vista.

Helena limpió las lágrimas apresuradas y se quitó el delantal, peinando sus cabellos con los dedos. Ellie buscó su bolso con su documentación más el teléfono celular, y ambas salieron tan rápido como pudieron de la casa.

Ni siquiera tuvo tiempo de llamar un taxi, viendo un auto en su casa tomó las llaves y condujo junto a Helena a la delegación, donde le informaron que estaba Jarod. Ella sabía que lo peor no había sucedido, ni siquiera sabía por qué estaba su padre detenido, ni que hicieron para acusarlo tan rápido.

Lo primero que haría era llamar al señor Müller, y así poder darle una explicación más convincente a su madre, si antes no se lo decía todo el policía.

Cuando llegaron al lugar, Ellie estacionó torpemente y vio como su madre no esperó para salir del auto, y aunque la llamó para que esperara, Helena estaba fuera de sí, y la vio entrar casi corriendo a la estación.

—¿De qué estás hablando? —preguntó ella con la voz rota.

Pero al instante solo pudo ver como las manos de Michael se sacudieron como si alguien lo hubiese empujado.

Y allí estaba Dereck, posicionándose frente a ella dándole la espalda, y dándole un fuerte empujón a Michael. Los ojos de Elizabeth se abrieron ante la impresión, y rápidamente tomó su brazo para retraerlo.

—¿No te ha quedado claro que no la vuelves a tocar? —sentenció Hunter de manera ruda por lo que Michael giró hacia Ellie haciéndole preguntas con los ojos—. No la mires a ella, ya no puedes amenazarla, maldito. No puedes hacer nada en contra de Elizabeth, tu juego se terminó aquí.

Ellie pasó un trago duro y en el momento en que haló de nuevo su brazo, Dereck se giró acunó su rostro y llevó sus labios a los suyos, besándola frente a todo el público sin importar que todo se estuviera yendo a la mierda.

¿Se había vuelto loco?

—¿Qué mierdas es todo esto? —la furia de Michael la obligó a separarse de ese beso adictivo y caliente, y supo que el hombre apretó sus palabras para no alertar a su alrededor.

Estaba por darle una explicación a su “esposo”, pero, ¿Qué la obligaba ahora hacerlo?, todo estaba al descubierto, nada podía hacer en contra de ella.

—¿Exactamente qué quieres saber? —contraatacó Dereck, pero Ellie supo que Michael estaba saliéndose de control, al ver su parpado titilando como si estuviera reprimiendo su ira.

De forma lenta, Michael retrocedió en unos pasos, y dio una última mirada hacia Ellie, que, desde su perspectiva, fue la más escalofriante. Girándose en su propio cuerpo se fue a uno de los cubículos de la delegación perdiéndose de la vista de ambos.

Era demasiado fácil para ser real, pensó la chica dentro de sí, e inmediatamente sintió que esos brazos fuertes, la envolvían. Ella negó en su propio pecho y luego alzó el rostro, sin importarle que su madre girara, o que cualquier persona la llamara una cualquiera en ese momento…

Todo lo que quería ahora, era obtener el perdón de Dereck, y poder levantar a su familia de esta gravedad.

—Yo… hice todo esto —dijo en susurro hacia él—. Yo soy la culpable de que mi padre esté aquí…

Hunter negó y luego llevo sus dedos en forma de caricia a la boca de Ellie.

—Tu padre está aquí, Elizabeth, porque es corrupto, y me apena que lo tengas que escuchar de mí. El que tu familia esté en penuria ahora, no es tu culpa, Jarod es quien decidió que su futuro corriera de esta forma…

—¿Por qué sabes todo esto? —Preguntó confundida—. Esos hombres a quien pasaste tus acciones…

Hunter negó rápido, nada podía decir de Lenin o Connor, porque ellos eran agentes encubiertos y Ellie solo conocía a uno de ellos como Müller. Y Connor era su amigo. Sabía el código y no podía decirle a nadie sobre sus trabajos, ni sus paraderos, de hecho, ni siquiera él sabía a donde se habían ido desde la mañana, si Connor volvería a contactarse con él o no.

No sabía nada ahora, pero su indicación clara fue no hablar de ellos en ningún momento con nadie, porque ahora la policía nacional se encargaría de todo el asunto…

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