Romance Prohibido romance Capítulo 34

Una de las cosas que le encantaba a Hunter de Ellie, eran sus faldas de media pierna o hasta su rodilla. La que llevaba ahora, tenía una hendidura hasta su muslo y eso solo alimentó su deseo por pasar sus dedos y subirla.

Sin preguntarle tomó a la chica en sus brazos y la subió al escritorio. La puerta estaba cerrada y los vidrios estaban opacos, pero sabía que la puerta no tenía seguro y eso aumentó más su adrenalina. Pudo ver que los ojos de Ellie estaban muy abiertos, no estaba segura si estaría bien que actuaran de esa forma. Pero él ya no podía con la angustia que lo estaba matando; necesitaba de ella, necesitaba besarla, necesitaba hacerle el amor todas las veces que pudiera.

Sin esperar una respuesta de Ellie, pasó sus manos por su falda y la subió hasta que tocó sus suaves bragas. La chica lo abrazó de inmediato, y luego llevó sus labios al cuello, porque de alguna forma quería esconderse de tal acto.

Si estaba preparada o no, nunca lo supo hasta que sintió la piel de Dereck dentro de ella, y sus ojos se le cerraron por incentivo propio. En el ambiente se podía respirar a lo indecente que se veía desde lejos, pero lo que estaba sintiendo era algo del otro mundo.

Esta vez Dereck no era paciente, ni cariñoso, esta vez era rápido, desesperado, y fuerte. No supo explicar cómo las células de su cuerpo se contraían con cada estocada, ni siquiera podía pensar de forma racional, si lo que estaba viviendo era permitido.

Solo podía sentir. Ahora todo se resumía en ello.

Las manos de Hunter tomaron sus caderas mientras golpeaba su cuerpo contra el de ella, y sin poder aguantar por más tiempo, llevó su mano a la boca y soltó su descarga contra sí misma, tratando de amortiguar el sonido. El hombre abrazó su cuerpo fuertemente mientras aumentó las embestidas, movimientos que terminaron por hacer trizas su conciencia, hasta que sintió que su boca fue mordida duramente por él.

Ellie atenuó en su propia boca los sonidos de Dereck, incluso sintió un poco de dolor en su labio, pero, todo pasaba a segundo plano ahora, el orgasmo que había sentido estaba tan alargado que aún sentía sus piernas temblar.

Sus jadeos se estaban apenas acompasando, Dereck estaba tomando sus glúteos para bajarlos de la mesa, cuando escucharon unos toques insistentes, y la voz de Claire que decía:

—Señor Hunter, voy a pasar, su abogado ya llegó…

A Hunter solo le dio tiempo de sentarse de golpe, sin siquiera subirse la bragueta, mientras que Ellie bajó su falda y casi se cayó de bruces, si no fuera porque los brazos del hombre la sostuvieron.

Ambos se rieron sin poder retener las carcajadas, y cuando Claire entró con el abogado, se quedaron por unos segundos viendo que la pareja era un completo desastre. Era muy evidente que, estaban desarreglados. El rostro de Ellie estaba completamente rojo, y el labial de ella estaba por todo el cuello de Dereck.

Claire y el abogado se miraron por largos segundos, y luego la chica carraspeó totalmente avergonzada.

—¿Señor Hunter? ¿Quiere que les traiga algo de tomar?, en unos minutos saldré en mi descanso y…

Dereck alzó la mano.

—Puedes irte Claire, mandaré a traer algo para comer después. No te preocupes.

La chica asintió y luego le dio un último vistazo a Ellie, para hacerle unas señas que ella no entendió para nada. Ante la eventualidad, Claire trató de ser lo más discreta posible, y se acercó al lugar de Elizabeth, pasándole un pañuelo, y susurrándole en el oído que tenía el labio un poco roto.

Elizabeth pasó el pañuelo rápidamente para limpiarse y sintió como sus mejillas hirvieron. Apretó los ojos y agachó la cabeza, mientras escuchó como Claire se despedía de todos, y Dereck invitaba al hombre a sentarse frente a ellos.

Quería morirse, exactamente eso era lo que necesitaba en este momento.

—Dereck, ¿Cómo estás? —el hombre le asomó una mano y con una mediana sonrisa se dirigió hacia Elizabeth—. Señorita, un gusto. Soy Michael Willbur…

La chica alzó la mirada y se apresuró por estirar la mano.

—Elizabeth…

Después de que el hombre se sentó y los observó a ambos, Dereck trató de acomodarse todo lo que pudo y alternó de hacer que nada pasaba, igual no era de incumbencia de Michael nada de lo que hiciera con su vida.

—Michael, gracias por venir, y sacar tiempo. Sé que no lo tienes —el hombre asintió.

—Sabes que puedes contar conmigo…

Después de sus palabras, Ellie supo que el hombre no era un desconocido para Dereck, y eso de cierta forma la alivió un poco. No sabía cómo borrar la escena donde dos personas los habían encontrado infraganti, no podía borrar la imagen de los rostros mirándolos con tal impresión que la hundieron en el suelo.

—Gracias… Michael, hay un asunto que quiero que lleves desde hoy y desde este mismo instante —Hunter colocó los codos en la mesa y arrimó la silla explicando su situación.

—Está bien, me dijiste por teléfono que era algo importante.

—Lo es —Dereck se giró hacia Ellie y luego la señalo—. El trabajo es para ella. Necesita divorciarse, lo antes posible.

El hombre asintió y luego abrió su maleta.

—¿Es un divorcio bajo consentimiento? —preguntó mirando a Ellie.

Ella desvió la mirada hacia Dereck y luego negó.

—Mi esposo ni siquiera sabe que estoy haciendo esto.

Michael asintió para luego tomar el aire y llevar sus manos para rascar su frente.

—¿Cree que accederá a un divorcio con acuerdos? —después de esa pregunta, Hunter decidió intervenir.

—No, no lo hará, creo que hay que hacer una demanda de divorcio. Estoy seguro de que forjará todo lo posible por complicar las cosas.

—Parece que consigue pasar a todos los lugares sin ninguna dificultad, Señor Hansen —Dereck se apresuró en caminar, pasar por el escritorio y ponerse tan cerca de Elizabeth como lo estaba él.

Podía ver que ahora mismo el maldito tenía la mano posicionada en su cintura, y que todo su cuerpo estaba pegado a ella de forma deliberada. Ellie lo miró con súplica, en ella podía ver que le pedía mantener la calma, y sobre todo seguir la orden del abogado, al menos hasta que los trámites estuvieran avanzados. De lo contrario podía joderse en el proceso y afectaría a Ellie directamente.

Aunque lo que quería, era mandar todo a la mierda, y matar a ese hijo de puta de una buena vez, porque lo que más le sobraba eran ganas de golpearlo hasta que ya no tuviera conciencia por cada golpe y por cada marca que Elizabeth tuvo que soportar.

Deseaba hacerle daño, lo anhelaba con toda el alma.

Apretó los puños mientras veía como esa maldita sonrisa se ensanchaba más.

—¿Hay un problema con que venga aquí?, digo, mi esposa trabaja aquí —retó Michael, y esta vez buscó la mano de Ellie para tomarla con la suya.

Dereck bajó la mirada hacia sus manos unidas y solo pudo tragar grueso.

—Tenga cuidado de no apretarle mucho la mano, son puntos muy sensibles, y pueden abrirse —sus palabras llenas de rabia solo hicieron que el rostro de Michael se contrajera, y apretara su mandíbula.

—Sí… y aprovechando la oportunidad, le doy las gracias por llevar a Ellie al hospital…

—No tiene que agradecerme señor Hansen, haría cualquier cosa por… —se frenó de golpe cuando la mirada de Ellie se volvió una agonía—. Por cualquier persona que trabaje en mi empresa. Pero, ya le he aconsejado a Elizabeth que se aleje del peligro.

Esta última palabra hizo que los ojos del hombre se encendieran, y de cierta forma supiera que Dereck sabía algo de su matrimonio. Michael tenía un problema muy acentuado de ira, y se le podía notar en sus gestos, aunque tratara de ocultarlos.

—No se preocupe, señor Hunter, ella tiene un esposo que la cuida.

Aunque planeó mantener la calma por el bien de Ellie, Dereck soltó una carcajada llena de ira, de burla y sobre todo de cinismo hacia el hombre. Y antes de que la situación se pusiera insostenible, Ellie decidió intervenir.

—Michael… ¿Necesitas algo?, debo seguir en el trabajo.

El hombre se giró hacia ella y luego asintió.

—Necesito hablar contigo… a solas —dijo mirando de reojo a Dereck…

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