Capítulo 62 Eso es entre ella y yo
A Alejandro lo convencieron las palabras amables de su madre.
-De acuerdo. Victoria y yo la traeremos de regreso esta noche. No se molesten en ir al asilo;
vengan a casa.
—¿Llevarás a la abuela de regreso? -Catalina parecia algo sorprendida ante la noticia y preguntó -: ¿Victoria está alli contigo?
El no respondió, miró a Victoria y le hizo una seña con la mirada. Puesto que la llamada estaba en altavoz, ella misma pudo escucharla.
Hola, madre —dijo la mujer.
Al escucharla, Catalina rio entre dientes con amabilidad.
-Oh, también estás alli. Has trabajado duro cuidando a la abuela.
-No es un gran problema. Gracias, madre, por preocuparte.
A pesar de que Catalina no mostraba la misma amabilidad hacia ella como Griselda, igual mantenía los modales apropiados. Jamás la había regañado y cuando se enteró de que se iban a casar, se sorprendió un poco y dijo:
-No esperaba que estuvieran juntos tan pronto. Crei que le llevaria mucho más tiempo para que alguien entendiera sus sentimientos. -Luego, estuvo de acuerdo.
Sin embargo, en ese momento, Victoria no entendia muy bien el significado de sus palabras. «¿A qué se refería con entender sus sentimientos?». Pensaba que Catalina quizás no comprendía que Alejandro sentía algo por ella, por ese motivo dijo eso. No obstante, dado que ellos fingian estar casados, no insistió más en ese asunto.
-De acuerdo, dado que la abuela los tiene a los dos para que la cuiden, tu padre y yo estaremos aliviados. Ya es muy tarde, asi que no iremos ahora a causar problemas. Comamos juntos
mañana.
-Está bien-accedió Victoria.
Después de eso, Catalina intercambió unas cuantas palabras con Alejandro y finalizó la llamada.
Tanto el hombre como Victoria estuvieron en silencio durante el camino de regreso. Cuando el vehiculo se encontraba cerca del destino, ella se volteó hacia la izquierda.
-Te decepcionarás.
El comentario repentino lo tomó por sorpresa y estaba confundido.
-Dado
que se pospuso la cirugía de la abuela, la fecha del divorcio también se retrasará explicó
ella con calma.
El hombre dejó la mano inmóvil sobre el volante; frunció los labios y dijo en tono despectivo:
-De todos modos, no se suponía que fuera en este momento según el plan original.
El estado de salud de Griselda era bueno, así que reprogramaron la cirugía medio mes antes y la fecha de su divorcio también se adelantó ese tiempo. Puesto que la anciana no podia someterse a la cirugía en ese momento, retrasaron la fecha, la cual no cambiaba mucho del plan original. Además, hacia bastante tiempo que él se había preparado para varias contingencias al considerar el estado de su abuela.
Victoria lo aceptó y preguntó:
-¿Está bien? ¿Cómo se lo explicarás a Claudia?
-Eso es entre ella y yo -respondió el hombre con el ceño fruncido.
-Ve a llevar el equipaje de la abuela.
El hombre arqueó una ceja, pero no se negó, sino que se acercó y tomó el equipaje. Por su parte, ella acercó la silla de ruedas.
-Abuela, las sirvientas limpiaron la habitación en la que te quedarás. Puedes descansar una vez que lleguemos. Tomaste una ducha después de que nos fuimos?
Griselda negó con la cabeza, dado que estaba demasiado ansiosa incluso para darse una ducha.
-Está bien. Te daremos un baño cuando regresemos a casa -dijo Victoria sin siquiera darle la oportunidad a la anciana de pensar en algo más.
Empujó la silla de ruedas y se dirigió afuera mientras le indicaba algo a Alejandro con la mirada. Mientras estaba de pie en el lugar, el hombre miró el comportamiento de la mujer y no pudo evitar sonreír antes de tomar el equipaje y seguirla. En medio de la noche, Griselda y Victoria se subieron al asiento trasero del auto. A pesar de que era tarde y era la hora de descanso de la anciana, tenía una mirada alegre mientras observaba el paisaje de la ciudad que pasaba. Desde un costado, Victoria vio la expectativa en su rostro. -De hecho, no importa lo lujoso que sea el asilo, quedarse allí por demasiado tiempo hará que se sienta temerosa y aburrida-. Al pensar en ello, tomó el brazo de Griselda y se apoyó suavemente en el hombro.
-En unos dias, te llevaré al centro comercial -susurró.
-¿Puedo ir?-La anciana estaba gratamente sorprendida.
-Le preguntaremos al doctor antes, pero ir una o dos horas deberia estar bien.
Griselda no dijo nada más, pero todos podian percibir que su estado de ánimo era bueno. A continuación, el ambiente en el auto mejoró bastante. Al principio, Victoria pensó en el ambiente placentero podia durar algo de tiempo, pero no sabía que cuando el auto se acercara a la entrada de la residencia Calire, veria una figura familiar y esbelta a cierta distancia. Incluso a mitad de la noche, esa persona insistió en usar un vestido blanco, estaba de pie en la entrada mientras se comunicaba con un guardia de seguridad. Al parecer, el guardia notó algo y señaló en la dirección. que estaban ellos. Al seguir el dedo, la figura esbelta se dio vuelta y los miró.
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En ese momento, las luces del auto brillaron en el rostro de Claudia, lo que hizo que sus facciones fueran bastante visibles. Cuando Victoria pensó en Griselda que estaba junto a ella, le dio un vuelco el corazón.
-¿Quien es esa joven? Se ve… bastante familiar.
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