La mañana siguiente Lee, llegó a recoger a Dani, que se encontraba desayunando con Robbie y Wes ya que Nic, se había marchado muy temprano al hotel a reunirse con sus abogados.
En la consulta Lee, volvió a chequear sus signos vitales y luego procedió a realizar la eco para asegurarse que todo iba bien con el bebé. Pero lo que encontró le sorprendió tanto que tuvo que ser mucho más meticuloso y tomarse su tiempo antes de contárselo a Dani.
— Oh vaya, ya encontré el… “origen” de tu malestar Dani, no lo vas a creer
— ¿Qué es Lee? No te quedes callado y dilo rápido que me pones nerviosa
— Observa la pantalla con atención, voy a enseñarte a tu bebé
— De acuerdo ¿está todo bien? Me estás asustando Lee
— Podemos ver a un bebé de 20 semanas desarrollándose con…, normalidad. Bien, ahora allí está tu mini “Demonio” y ahora escuchamos su latido —explica dándole volumen al audio—. Y ahora —anuncia—. Estás viendo a tu otro “Demonio” y escuchamos sus latidos bastante regulares y saludable mamá
— ¿Cómo dices? ¿Mi bebé está bien?
— TUS BEBÉS se encuentran en un desarrollo normal
— No es gracioso Lee —su cara de pánico lo decía todo, estaba aterrada
— Ahora tendrás que tomarte muy en serio el reposo que te pido que hagas, nada más de ir a fiestas ni trabajar por unas semanas o un mes en realidad, vitaminas y muchas verduras, dejarás los postres y frituras por un tiempo
— MIERDA… ¿no vas a decir nada más?
— Son un par de sirenitas amiga mía, felicidades
— ¡NIÑAS!
Se echó a llorar desconsoladamente, no tendría su segunda oportunidad con su niña sino que DOS. Esta noticia la puso mal, tuvo que cubrir su rostro para ahogar los sollozos no acababa de procesarlo.
Le tomó un rato pero Lee, consiguió calmarla y consolarla, entendía lo que significaba para ella tener a una niña y ahora con la doble noticia eran demasiadas emociones encontradas. La dejó para que se vistiera y luego la llevó al hotel tomándose su tiempo hasta que se decidiera a hablarle, estuvo en silencio todo el trayecto.
— ¿Quieres que suba contigo?
— Me asusta su reacción —soltó el aire con fuerza
— ¿Cómo es eso? —la miró preocupado
— Sobreprotección, no quiero quedarme todo el día en la cama
— No, eso no, es necesario un periodo de reposo pero deberías poder seguir con tu vida, no estás enferma, estás embarazada
— Ayúdame, díselo tú, yo no puedo…, solo puedo pensar en cómo me mantendrá en la casa sin permitir que haga nada, está tan ilusionado con el bebé que si pudiera meterme en una burbuja lo hace
— No eso no, si es necesario hablaré con tu prometido y me mudo con ustedes para cuidarte, ahora es primordial que estés tranquila, nada de estrés ni drama innecesario
— ¿Me vas a ayudar a decírselo?
— Tú, no puedes ocultarle nada aunque lo intentes, sola acabas contándole o él, sospechando Dani
— Odio los secretos y tengo que organizar la boda
— Tres días es una locura ¿segura que podrás? ¿Qué hay con eso del descanso?
— ¿De qué hablas? Llevo semanas planificándolo con Lina, y como será en el hotel eso facilita las cosas, además es nuestra primera boda y pienso hacer más en el futuro
— Ahora suenas emocionada y yo preocupado, creo que ya voy entendiendo la postura de Nicholas
— Son solo 3 días, prometo comportarme, tú, puedes ayudarme
— De acuerdo, le diré a Nicholas, que tendrán gemelas, pero tú, estarás presente
— Gracias —tomó aire aterrada—. Carajo, tengo miedo de un bebé ¿qué haré con dos?
— No harás nada, solo cuidarte, comer, caminar, mantener la calma y ponerte muy, muy linda…, y está esa cosa que tienes que planificar
— La boda, es un alivio que no tenga que casarme teniendo que verme como la señora Puff
— Que tonterías dices —rió divertido
— Yo…, no quiero que las cosas cambien
— Van a mejorar, solo van a mejorar, lo prometo
Tomándose un instante para tomar aire y prepararse para dar la noticia Danielle, sintió un repentino pánico, no estaba preparada, no se sentía preparada para cuidar a un bebé y no sabía que haría con dos. Por suerte Lee, estaba listo para ayudarla y sacándola del auto la llevó hasta el hotel y ya que su amiga no hablaba pidió indicaciones para llegar al despacho de Nicholas.
— Buenos días, necesitamos ver al señor Allen
— Buenos días, señor —saludó la secretaria—. Dani, que bueno verte, tengo listo todo lo que me pediste
— Gracias Carly, más tarde me ocuparé de eso… —murmuró—. Él, es el doctor Douglas, mi amigo
— Encantada Doctor
— Lee, por favor, encantado Carly —sonrío—. ¿El jefe está muy ocupado?
— Se encuentra reunido con los abogados pero Dani, puede entrar siempre, solo denme un segundo para anunciarlos y ya
— Gracias Carly
Carly, hizo su trabajo y enseguida les dio el pase para que entraran. Lee, tomó a Dani, de la mano y entró encontrándose inmediatamente con Nicholas, de pie junto a la puerta
Después de quitarse el hermoso vestido Dani, estuvo al teléfono con su amigo Leo, estaba emocionada por él y Mika, hace dos días había dado a luz a su gran bebé, un niño regordete y que desde el día cero sonreía como nadie. Después vino Lina y Carly, a hablar de detalles del evento, la secretaria de Nic, aceptó gustosa el trabajo extra cuando su jefe se lo pidió y ahora ayudaba a Lina con asuntos del salón.
El almuerzo, pese a que lo último en que pensaba Dani, era en comer, tenía a Theo, muy pendiente y más ahora con la doble noticia y porque tanto Nicholas como Wes, se lo pidieron. Así que tras una ensalada de pollo llegó la hora del peinado y maquillaje mientras el diseñador se dirigía a la otra suite a preparar al novio y a su acompañante, el pequeño Robbie, que pese a las peticiones de Nic, quería estar con él en todo momento.
— Muy bien Señor Allen, ya sabe qué hacer —anunció Theo, dándole su traje perfectamente planchado y todos sus accesorios.
— Gracias Theo ¿Dani, ya almorzó?
— Sí, ya está lista no te preocupes de nada, ve a cambiarte que yo me encargo de este señorito
— Cuidado con sus moretones, aun le duelen aunque se hace el fuerte —sonrió Nic, hacia Robbie
— No te preocupes
Mientras Nicholas, pasaba a la habitación a cambiarse Theo, ayudó a cambiarse a Robbie, tratándolo con toda delicadeza y asegurándose que estuviera cómodo, era primera vez que confeccionaba un traje para niño y el pequeño se veía increíble.
— ¿Qué dices si hacemos algo con los moretones en tu rostro? Podemos cubrirlos con máquina —propuso observando las marcas bajo su ojo y en su mentón—. Será un maquillaje discreto, nadie lo notará
— Me encantaría
— ¿No te preocupa que alguien se dé cuenta que llevas maquillaje?
— Sé acerca de los prejuicios y los hombres también podemos llevar maquillaje
— De acuerdo, dame un momento y regreso contigo
— Gracias…
Aquello tomó a Theo, por sorpresa deteniéndolo en su camino a la salida.
— ¿Por qué me agradeces amiguito?
— Por ayudarme a verme normal y no como un boxeador malo
— Solo cuida el traje, es el primer Theo Alexander, para niños —le guiña conmovido
— Uy, soy exclusivo —sonríe con emoción
— Exacto, ya regreso
Theo, regresó 5 minutos más tarde con una maquilladora y bajo su exigente ojo de águila le dio indicaciones para que maquillara a Robbie. El resultado un niño de mejillas sonrosadas y cabello rubio alborotado.
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