-Mm… yo mando -sonrió con malicia ante esa frase-. El miércoles no tengo nada que hacer durante el día, pero seguro tienes que trabajar
-El miércoles, perfecto, pero esfuérzate por contestar mis mensajes o me veré en la obligación de llamar y mi paciencia no es buena
-Bueno acosador, voy a contestar tus mensajes
-Danielle –la riñó por ese “comentario”
-Ve a tu desayuno que tengo que ponerme al día con Lee -lo besó en la mejilla-. Bébete uno de esos mugrosos cappuccinos que tanto te gustan, dicen que son una maravilla aquí
Le dio una juguetona palmadita en el brazo con la intención de dejarlo allí, pero en una rápida jugada Nicholas, la tomó de la mano y la atrajo robándole un casto y decidido beso
-¡Oye!
Le sonrió con arrogancia y la soltó para que regresara a la mesa, hizo que todos se levantaran y se marcharon del restaurante. Leo, se fue a trabajar llevándose a Mika, para dejarla en la pastelería. Wes, se llevó al resto hasta su casa, le ofreció una habitación a Lee, para que no tuviese que quedarse con su mamá, ahora vivía lejos, a 9 horas en avión.
-Dani, ya sabes dónde está todo, voy a subir con Lee
-Gracias cariño, que nuestro invitado esté cómodo –bromeó divertida
-Recuerda que tienes una siesta que dormir conmigo amor –le siguió el juego
-No me la pierdo por nada del mundo, pero cámbiate ropa apestas a cocteles de mala procedencia
Soltando una sonora carcajada Wes, llevó a Lee, hasta la habitación para que se instalara mientras Danielle, y Amanda se quedaron en la sala
-Hablando de cocteles malos ¿qué le pasó a Aaron?
-Tenía algo que hacer con su novia y no hagas muecas cuando hablas de él, eso es feo Amanda
-Bueno, bueno perdón, mejor hablemos de ese hombre que te pone tontita ¿qué te dijo? Por cierto, lo suyo es fuerte –comentó Amanda, dejando a su hija en el coche
-¿Qué es fuerte? –fingió no saber a qué se refería
-Danielle, no te quitaba ojo de encima y es mucho más atractivo que como lo recordaba ¡es ardiente! ¿Cuándo volviste a verlo?
-No estoy “viéndolo” solo cenamos hace unos días
-¿Te acostaste con él? Si no lo has hecho deberías, elimina al soso Tommy, de tu sistema no tenía carácter y tú necesitas a un hombre que te domine
-Puede que sea perfecto por fuera pero no sé si estamos en el mismo canal, además cada vez que lo veo me hace olvidar todo lo que me hizo y aun no puedo olvidarlo –suspira dejándose caer en el sofá
-Pero lo perdonaste
-Sí Amanda, de cierto modo lo hice pero no por él, por mí, no quiero gastar energías odiándolo cuando sigo estúpidamente enamorada de él
-¿Qué piensas hacer?
-Aun no lo sé, pero quiere que nos veamos otra vez
-Hazlo, sin compromisos solo citas, sin nombre –propuso animándola a hacer lo que quería pero no se atrevía a decir
-Nunca he tenido una relación de esas…, bueno solo he tenido 3 novios y los dos últimos han sido unos completos retrasados mentales…, Nicholas, no cuenta solo fue una mala decisión
-Si claro, te conozco Dan, y lo suyo está muy lejos de ser solo una “mala decisión”
-Realmente no quiero hablar del pasado Lee, ha venido a verme y no quiero estar deprimida así que voy a subir a ver qué hacen
-Bien Dan, pero quiero saber todo lo que ocurra con el macho ese que te come viva
-Amanda, solo piensas en sexo
-Debe ser por la sequía ¡necesito un buen revolcón! ¿Tu amigo está disponible?
-No, Lee, no -le advirtió saliendo de la sala-. Así que vuelve a hacer eso de socializar y búscate un novio o un “amigo” lo que sea, yo iré a hacer planes
Amanda, regresó a casa, sus chicos se encontraban en la escuela y debía hablar con su abogado para el asunto del cambio de apellido.
Lee, insistió en llevar a Danielle, a todos los restaurantes que encontró, cómplice con Wes, se encargaron de pasar unos increíbles días, aunque fue difícil apartarla de su celular, se mensajeaba mucho con Nicholas, y con Theo, a quien vio el viernes. Su amigo es diseñador y afirma que desde que conoció a Danielle, que cada uno de sus diseños es creado pensando en cómo se le verían a ella, así que siempre está yendo a su taller para probarse ropa, la maquillan, es fotografiada, le gusta, lo pasan bien, es una distracción que agradece. El domingo Lee, se fue a visitar a sus padres mientras que Wes, la arrastró a su almuerzo familiar con sus hermanos y sus parejas, odiaba ir solo, ellos siempre lo criticaban por no poder tener una relación, pensaban que “ser gay” era solo una etapa, al igual que su madre quien creía era un tipo de resfriado que tardaba en desaparecer.
Nicholas y sus mensajes. Impaciente o celoso, llámenlo de cualquier manera, ambas están en lo correcto. No puede evitarlo, desde que volvió a ver a Danielle, que es en lo único que piensa, todo lo que hace es preguntarse por ella. Su trabajo es por lo que vive, siempre está tomando cursos para perfeccionarse en todas las áreas que exige ser dueño de un hotel, realiza estudios de mercado revisando personalmente cada detalle, visitando a la competencia, buscando nuevas ideas. La presión de haber creado algo tan grande, tan importante que cada progreso, cada avance debe ser informado por el publicista que se vio obligado a contratar. No se detiene, para él, no existen los fines de semana y ni que hablar de los domingos y este en particular lo tenía más tenso que una tabla, solo ansiaba saber de ella. Así que dejó lo que hacía y de esperar a que se dignara a contestarle el mensaje que le escribió por la mañana y llamó. El teléfono marcó y marcó hasta que saltó el buzón. Lo intentó una vez más y otra vez marcaba y marcaba, no dejó de insistir hasta que al tercer intento al fin escuchó su voz
-Nicholas, hola ¿qué pasa?
Ella estaba susurrando. No le gustaba, molesto se levantó de la silla y se acercó a la ventana
-Danielle, al fin oigo de ti, dejaste de responder ayer por la tarde ¿va todo bien? ¿Por qué susurras?
-Disculpa, no es un buen momento estoy almorzando con la familia de Wes ¿te puedo llamar luego?
-¿Qué? No, no quiero seguir esperando a que me tomes en cuenta -soltó con brusquedad-. ¿Danielle?
Una serie de murmullos se escucharon al otro lado de la línea desconcentrándolo intentaba imaginar lo que sucedía.
-Danielle –suspira sintiéndose mejor y para nada enfadado
-Señor Allen, vuelva al trabajo y deje de estar sacando la vuelta
Le cortó antes que pudiese responder a eso. Lo dejó con una tremenda sonrisa en el rostro. Ese era el efecto que tenía en él.
Los siguientes 2 días no se separó de Lee. Cuando no debía trabajar lo llevaba a su apartamento, era bueno escuchando y le interesaba mucho saber lo que pasaba por la cabeza de Danielle, quería que se recuperara al cien por ciento, le tenía cariño y no se merecía pasar por todo lo que había vivido. Alguna noche luego que la recogiera en el restaurante lo llevó al club FIRE, y le contó sobre su trabajo organizando todos los eventos tanto para el personal como para los clientes. Los cumpleaños y aniversarios ya eran pan comido para ella. Le encantaba la sensación de protección que Lee, le trasmitía cada vez que la miraba o le hacía una simple pregunta. Pero cuando el lunes insistió tanto en que viera a un ginecólogo, no le gustó mucho pero lo hizo. Fueron donde una colega para realizarse un chequeo completo, después de su accidente no había regresado y esa era una de las razones por las que había viajado, siempre se preocupaba por su salud.
Nicholas [08:06]: Esto es todo lo que puedo soportar, ya va una semana completa sin verte. Necesito compañía para un asunto de trabajo ¿qué dices?
Sonriente Danielle, le escribió una respuesta, eran apenas las 8 de la mañana pero ella ya estaba sentada desayunando, no dormía muy bien.
Danielle [08:08]: Digo que cuentas conmigo ¿a qué hora me necesitas?
Nicholas [08:09]: A TODAS HORAS
Danielle [08:09]: Trabajo Señor Allen
Nicholas [08:11]: Paso por ti en una hora. Ya estoy de buen humor, mi secretaria te lo agradece :)
Danielle [08:13]: Mi buena acción del día. Dime donde vamos o no me quito el pijama
Nicholas [08:13]: Me harías el hombre más feliz del mundo…, pero son negocios para el restaurante del hotel. Ponte linda, como todos los días.
Danielle [08:15]: Punto para el Señor Allen. 9:30am en mi puerta ;)
El deportivo de Nicholas, se detuvo frente al edificio de Danielle, a las 9 de la mañana con 10 minutos. Con calma bajó del auto, se apoyó contra la puerta y observó hacia la ventana del apartamento y le reconfortó saber que lo esperaba, la vio asomarse y verlo allí parado, le sonrió y se alejó. Era su señal para subir.
Curiosamente ansioso tomó las escaleras para llegar hasta su puerta, tocó una vez y ella apareció iluminada por los rayos de sol que entraban por la ventana de la sala como un ángel…, ahí estaban las mariposas en su estómago y la sonrisa perdida hace una semana, desde la última vez que la vio
-Buenos días Nicholas
-Ahora comienzan a ser buenos, hola Dani
-¿Nos vamos? –preguntó sintiéndose muy bien, a gusto con él
-Cuando estés lista –contestó en piloto automático, no dejaba de mirarla
-Ahora lo estoy ¿dónde vamos?
Dio dos pasos adelante para salir del apartamento, Nicholas, no se movió seguía mudo contemplándola. Se mantuvo cerca mientras ella se giraba hacia la puerta para ponerle llave
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