Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 147

La mañana de Nicholas, como de costumbre estuvo llena de reuniones, hace un par de semanas comenzó a planificar las actividades de los siguientes meses ya que pensaba estar al menos un mes fuera y sin interrupciones para cuidar de las niñas y de su esposa. Así que dispuesto a cumplir con su palabra y con un nudo en el estómago llegó hasta IMPERIO Co. Mensualmente asistía a las reuniones de directorio pero esta ocasión era diferente. En la sala de conferencias lo esperaban Tamara y el actual director de la compañía que él, mismo había contratado.

— Señor Allen, está todo preparado para recibir al directorio, si gusta podemos pasar al despacho por un café y revisar los documentos —sugirió su reemplazo—. Aún tenemos 30 minutos

— Muy bien, asegúrate que los abogados tengan claras las cláusulas del contrato de Elías

— Ya están al tanto de eso y han redactado el documento que nos desvincula del trabajo de Elías Allen

— Pasemos a la oficina para hablar de dinero —sugirió Tamara

Determinado a reiniciar su vida Nicholas, revisó meticulosamente todos los documentos antes de enfrentarse a la junta directiva. Las primeras horas fueron tensas exponer el motivo por el cual debían sacar a su padre de la compañía eran reales, concretas, no aportaba nada hace años y simplemente recibía dinero por ser hijo del fundador, lo que lo hacía un accionista, pero como dueño tenía el poder de sacarlo pero aun así necesitaba convocar una votación y esta debía ser unánime para conseguirlo. Pasaron toda la mañana analizando el caso junto a los abogados antes de llegar a la votación final. Nadie se opuso, todos accedieron sin problemas, ahora Nicholas, tenía una reputación, ya no lo veían como el novato a cargo de una importante compañía, gracias a todo lo que luchó por levantar el Garden, ahora era un hombre importante con un exitoso hotel de lujo y seguía siendo tan implacable en sus negocios como lo ha sido siempre. El hotel, hizo crecer a IMPERIO y los proyectos no paraban de llegar, incluso había una lista de espera, todos deseaban trabajar con la compañía gracias al Garden.

Esa misma tarde Elías, fue citado. Satisfecho con el resultado Nicholas, regresó al hotel cerca de las 3 de la tarde ya podía tachar una cosa de su lista de pendientes antes de la llegada de sus hijas. Antes de continuar con el trabajo llamó a Danielle, como cada día

— Hola Dani ¿Cómo va todo en casa?

— ¡Nic! Hola cariño, todo bien, el almuerzo estuvo delicioso

— ¿Tienes planes para la tarde?

— Bueno me reuní con Aaron, hace poco, tuvo un extraño sueño y estaba algo preocupado por mí, así que lo tranquilicé y nos pusimos al día, ahora nos acompaña a comprar unas cosas para armar la maleta de las sirenitas, Lee, insiste en tener todo listo y el artista ya fue a ver la habitación, hizo un bosquejo genial, no puedo esperar a verlo pintado en la pared

— Vaya, son muchas cosas para una mañana, ve con calma y no camines mucho

— Mi espalda estará bien, ahora estamos…, entretenidos, extrañaba a Aaron, dice que ahora que estaré fuera un tiempo el descansará de ser un DJ súper popular y ayudará en la productora para que esté tranquila

— Eso suena muy bien ¿la niñas se han movido mucho hoy?

— Duermen, supongo, tú las alborotas

— Es el efecto que tengo en las mujeres cariño, ya deberías saberlo

— Recuerdo tus tristes intentos de coquetear, parecías un robot —ríe divertida con el recuerdo

— No seas mala, no necesitaba coquetear para llamar la atención

— ¡Lo sé! Y más te vale mantener a raya a las babosas —gruñó celosa—. Te veo para la cena, tengo que hacer unas cositas justo ahora

— Descansa, regresa pronto a casa

— Ya veremos, trabaja duro

— Te amo

— Lo sé, bebé

La cena fue a las 9 de la noche. Danielle, se negaba a comer sin Nicholas, así que en cuanto llegó a casa Patricia, quien seguía en casa, les dejó la mesa servida y se retiró a casa. Esa noche la casa estaba llena, además de Lee, Aaron se les unió pasaron todo el día juntos como hace tiempo no lo hacían y aun no quería dejarlo ir. Y Wes, por supuesto quien pese a todo el trabajo que tiene ahora que su papá dejó de hostigarlo la ve a diario, intenta cenar con ella todas las noches y chequear a su amiga ahora que estaba tan embarazada, sabía que con Nicholas, fuera todo el día, las bebés podrían llegar en cualquier momento.

— Hoy no podré acompañarte a la cama, me quedan un par de asuntos pendientes del trabajo y debo acabarlo pronto

— Descuida, tengo unas cositas que hacer y los chicos aún no se irán —comentó echándole un vistazo a Lee—. Pero no quiero que te desveles con tanto trabajo

— Lo prometo —tomó su mano sobre la mesa y se la llevó a los labios, besando sus nudillos con cariño

— Con Wes, estuvimos hablando sobre las cosas que se hacen con un embarazo y olvidamos el “Baby shower”, no creo que sea la gran cosa pero es algo que se hace

— Oye, mis sobrinitas merecen tener mil celebraciones, también nos saltamos la fiesta de la revelación del sexo —protestó Wes

— Esa la arruiné yo —confesó Lee, alzando la mano

— Son muchas cosas, no quiero tanto alboroto, recuerden que son dos bebés y todo será doble, podemos planear una fiesta de bienvenida cuando las tengamos en casa sanitas —propuso Danielle

— Puedo vivir con eso —accedió Wes

— Aaron, solo necesito una noche para pensarlo, ya verán todos que mañana tendré una solución y una grandiosa idea

— Te creo amiga y me voy a quedar para ayudarte esta noche, pero tenemos que conseguir un lugar apropiado para todos esos gatitos, esa habitación mañana será una zona de guerra, como si una granada de mierda hubiese explotado

— Oh sí, no quiero ser quien limpie esa caca —advirtió Wes

— Tienen muchos areneros, son bebés, se van a comportar, no sean malos, estaban sufriendo no podía dejarlos así

— Bueno suficiente comida para ti —la interrumpió Lee, antes que se echara a llorar—. Vamos a darles de comer para que no hagan de las suyas durante la noche

Con ayuda de sus amigos Danielle, les preparó leche tibia y abrió muchas latas de comida de gatito, los alimentaron a todos o más bien batallaron por casi dos horas para que todos consiguieran comer y no se pelearan, la verdad es que todos babeaban por los pequeños y disfrutaban viéndolos juguetear y luchar por un plato de comida cuando habían muchos de donde escoger. Aaron, insistió en dormir en la habitación rodeado de esos pequeños peluditos, aunque Danielle, se aseguró de comprar varias camitas para que estuviesen cómodos estaba segura que acabarían en la cama con su amigo.

— Muy bien Dani, hora de ir a la cama, despídete de los chicos que mañana tienes que levantarte temprano y hablar con Nic, sobre estos “bebés”

— De acuerdo

Suspiró triste de tener que dejar a los gatitos pero aceptó la ayuda de Wes, para levantarse de entre los mininos, se despidió de Aaron, con un abrazo muy, muy largo. Estaba tan feliz de verlo y pasar tiempo con él, saber que sigue siendo el mismo de siempre con ella, es un alivio, ha pasado tanto desde que solo pasaron el rato juntos sin preocupaciones más que quién escogía la película que ahora no quería alejarse.

— Si necesitas algo solo escríbeme Aaron

— Tranquila que no pienso moverme de aquí hasta asegurarme que estos angelitos tengan un buen lugar donde quedarse

— ¿Vas a pasar el día conmigo?

— ¡Por supuesto! Pero ahora ve y descansa Dani, te veo mañana para escuchar esa genial idea que se te va a ocurrir

— Uff, sino prepárense para el parto porque estoy segura que con el grito que dará Nicholas, cuando vea a los bebés se me romperá la fuente

— ¡¡Dani!!

Protestaron Lee y Wes, al unísono justo antes de echarse a reír. Ignorándolos Danielle, volvió a despedirse de Aaron, y los dejó atrás para ir a su habitación a quitarse la faja, ya habían sido demasiadas horas y no lo soportaba más. Minutos después Lee, entró a darle las buenas noches y se retiró a la casa de huéspedes. Por su parte Wes, la esperó a que se cambiara y finalizara su ritual antes de meterse a la cama, como en los viejos tiempos se sentó junto a ella, rodeándole los hombros con Hipo y Chimuelo entre las sabanas jugueteando.

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