Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 149

Una locura.

En medio de una casa llena de gente, entre ellos Robbie, su papá y Muffin, Nicholas, Danielle, Wes y Patricia, hicieron las entrevistas a los postulantes a niñera. Tuvieron que pasar 8 personas antes que Danielle, realmente se sintiera interesada en una en particular, no le importaban sus currículum, le daba igual los años de experiencia o disciplina en su trabajo, no quería a alguien para criar a las niñas en su lugar, solo necesitaba que las cuidara. Así que tras la última, la número 12, acabaron y en cuanto tuvo la oportunidad Danielle, se escapó del despacho y se fue con Robbie y Charlie, a ver a los gatitos.

Charlie, era una buena persona, en cuanto Danielle, lo contactó para pedirle ayuda movió sus influencias en la clínica donde trabaja y reclutó a varios de sus compañeros para ayudar a examinar a los gatitos, contactaron a refugios y para organizar todo ese caos con ayuda de Carly, la secretaria de Nicholas, quien también estuvo averiguando sobre lugares seguros para que los cuidaran apropiadamente y la casa de los Allen, se convirtió en la central de los gatitos. Debido a esto la cena de los viernes se tuvo que suspender y mover para el siguiente día.

Para el sábado se les unió Dan y Galvin, quienes no dudaron en ayudar lo que rápidamente los hizo encariñarse y acabar adoptando a un bebé cada uno, lo cual le dio esa gran idea a Danielle, esa que estaba buscando.

— Un evento de caridad en el Garden

Anunció entrando en el despacho de Nicholas, sin molestarse en llamar, de hecho le enojaba que lo hiciera.

— Me gusta la sonrisa en tu rostro

— Que los ricos donen dinero a refugios, siempre están necesitando ayuda y les daremos la oportunidad a estos peluditos de conseguir un hogar extravagante. “Adopta no compres” ¿qué dices?

— Sería el primer evento de caridad realizado por el Garden —murmura pensativo

— ¿No te gusta mi idea?

— Tu eres la jefa cariño, me encanta la idea de ayudar a esos pulgosos a tener un buen hogar, eres increíble

— ¿Qué quieres decir con que soy la jefa?

— Mi esposa, soy el dueño del hotel y por lógica también lo eres tú

— Por ahora lo dejaremos así, pero quiero que sepas que suenas sospechoso

— Señora Allen, vamos a descansar un rato, has conseguido que tu papá y Galvin adopten a dos gatitos, Robbie, está tan emocionado ayudando a cuidarlos y has aceptado a Charlie

Levantándose de su silla Nicholas, se acercó a su esposa, la abrazó con cariño y la llevó a la habitación, se recostó junto a ella y le hizo compañía mientras descansaba. Le preocupaba que siguiera yendo de un lado a otro faltando tan poco para el gran día. Estaba ansioso por conocer a sus hijas, pero la preocupación porque Danielle, sintiera dolor lo agobiaba y solo pensaba en cuidarla.

Después de todo un fin de semana con los gatitos y la casa llena de gente el lunes se sintió extraño. Lee, no estaba, asistió a una reunión de trabajo, Nicholas, en el hotel y solo se encontraba Danielle y sus gatitos mientras Patricia, preparaba el almuerzo.

Se había convertido en su nuevo pasatiempo perseguir a los tigritos por la casa enseñándoles cada rincón para que luego no sintieran curiosidad y acabaran extraviándose, grabarlos haciendo sus travesuras era la mejor parte porque ¿qué más podía hacer con 8 meses de embarazo? Aaron, le prohibió llamar a Lina, por ahora él, se está encargando de las decisiones para que su amiga descanse, se tomará un receso de las fiestas, los trabajos de DJ, son siempre nocturnos y quiere cambiar su horario de sueño para estar presente los primeros días de las niñas. Con todos expectantes es difícil para Danielle, calmar los nervios por el parto, ya dejó de mirar programas y documentales sobre mujeres dando a luz y sus complicaciones, le aterraba el dolor, pero más le asustaba que sus sirenitas vinieran con complicaciones.

Es por eso que se la pasa con sus gatitos, la distraen de pensamientos “extremos” y la acompañan en sus comidas, en sus siestas además la entretienen, disfrutaba grabar las locuras de sus gatitos, se derretía cada vez que intentaban algo nuevo o perseguían al otro, también hacían emboscadas a quien se acercara a la sala. La habitación de las niñas quedó prohibida para ella luego que acabaran las manos de pintura y el mural, solo lo pudo ver en un video, debe dejar que seque bien y que se vaya el olor o le hará mal. Para armar los muebles su papá junto a Galvin y Glenn, se hicieron cargo, ensamblaron las cunas, mudadores, incluso Dan, le consiguió una mecedora. Solo quedaba conseguirles lindos conjuntos, por suerte tenían ropa para llegar al mundo, la maleta lista gracias a Lee, pero para los siguientes días, nada. No estaba preparada. Nicholas, por su parte lidiaba con Elías, que intentaba luchar por su lugar en IMPERIO, con todo, en un inicio se lo dejó a los abogados pero ya está colmándole la paciencia y todos saben que cuando eso ocurre nada bueno sucede, no a él, sino a quien lo provoca

Y entonces Hipo y Chimuelo hicieron de las suyas, Danielle, los sorprendió corriendo por las cortinas escalando, compitiendo hasta llegar a la cima, pero a la hora de bajar comenzaron a maullar pidiendo ayuda para bajarse, fue allí que luego de rescatarlos se enredó en la cortina y cayó sobre su trasero y se dobló una de sus manos

— ¡¡Paaaatts!!

El grito se escuchó fuerte y claro hasta la cocina alarmando a Patricia

— ¡Ay Dani!

Patricia, apareció con la cuchara de palo en la mano al oír su grito, cuando la vio en el piso corrió a ella, lanzando la cuchara por los aires, la ayudó a levantarse con cuidado llevándola al sofá para que se sentara

— ¿Te duele algo? ¿Llamo a una ambulancia?

— El culo, que bueno que tengo carne extra para rebotar —bromeó con una mueca

— Ay niña, no bromees, me has asustado —pidió llevándose una mano al pecho

— Solo me torcí la mano, con un poco de hielo se me pasa

— Bien, traeré un poco y estos niños están castigados, enviaré a Glenn, a capturarlos, se van a sus caniles, ya basta de juegos locos por hoy

— Solo son traviesos, no los regañes —pidió con un puchero

— ¿Qué voy a hacer contigo?

— Mimarme con esos platos deliciosos que me preparas

— Y hoy te haré papitas fritas solo si pasas el resto de la tarde descansando

— Me parece que tenemos un trato Patts

Pero para la hora de almuerzo la mano de Danielle, se encontraba muy inflamada y no conseguía ni siquiera sostener el tenedor, le dolía más de lo que estaba dispuesta a admitir

— Siii, estoy antojada de una deliciosa tarta de fruta

— Conseguiré la mejor de la ciudad para ti

— Te amo, regresa pronto

— Acabaré con Elías, y soy todo tuyo

— Eso me gusta

— Te veo en un rato, ya tengo que cortar, te amo

Suspirando se quedó observando la pantalla de su celular, definitivamente Nicholas, se iba a molestar cuando supiera que se lastimó la mano y no se lo contó de inmediato, pero escucharlo agobiado con el asunto de su papá le confirmó que lo mejor era esperar al final del día, no es algo grave aunque le duele montones

— ¿Estás lista Dani?

La interrumpió Patricia. Soltando el aire con fuerza guardó su celular en el bolsillo de la chaqueta, agarró su libreta púrpura y la llevó hasta la cama, últimamente hablaba mucho con Jaz, estaba tan asustada por el gran día que no dormía de noche, se la pasaba pensando y observando a su esposo en la penumbra, oía su respiración o el ronroneo de sus gatitos, sus cascabeles cuando se mueven…

— Sí, ya estoy lista

— De acuerdo, vamos Glenn, espera en la entrada

Cruzándose el bolso caminó con Patricia, hasta la entrada, le insistió que no le dijera a nadie y subió al auto. Glenn, condujo hasta el hospital, pero cuando estaban estacionando Danielle, recordó el seguro y rápidamente pensó en otra alternativa y acabó entrando a la clínica de Jim. Sabía que la ayudaría sin dudarlo y que probablemente quiera hablar con ella sobre lo que sucedió entre ambos y volver atrás no era algo que quisiera y no por evitar el tema, sino porque ya había pasado la página.

— Espero no tardar mucho, si te aburres aquí en el auto puedes dar una vuelta

— Descuida, estaré cerca por si me necesitas

— Gracias Glenn

— Vamos, te acompaño hasta la puerta

Aceptó su ayuda y caminó tomada de su brazo, Glenn, era un hombre muy atento y entusiasta, nunca se mostraba desanimado o agotado, siempre estaba listo para ayudarla, lo que la llevó a averiguar un poco más acerca de su vida. Patricia, le contó la historia de cómo Nicholas, lo contrató luego que ella lo conociera en la tienda, Glenn, trabajaba allí día y noche y siempre con una sonrisa, en una ocasión su jefe lo culpaba por un pedido equivocado amenazándolo con cobrarle todo y cuando lo empujó tuvo que intervenir, lo cual no fue buena idea porque el hombre estaba tan furioso que cuando Patricia, le tocó el hombro acabó golpeándola y claro cuando Nicholas, la vio con un ojo morado y ella le explicó, se sintió tan furioso que fue a buscar al tipo de la tienda con la intención de ponerlo en su lugar. Fue allí que conoció a Glenn, intentó calmar la situación y en lugar de eso acabó despedido porque el jefe creyó que conocía a Nic. Ese día lo llevó a la casa y le pidió a Patricia, que le buscara un trabajo en la casa.

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