Tomó la ficha del mesón y se alejó por el pasillo dejando a Jim, solo. Estaba preocupado y necesitaba concentrarse en algo para mantener la calma mientras esperaba que la atendieran.
Dos horas más tarde pudo entrar a ver a su amiga, estaba acurrucada en posición fetal de espaldas a la cortina que la separaba de otro paciente
-Dani
-No soporto a Jim -susurró con lágrimas en los ojos sin darse la vuelta
-Yo tampoco ¿te sientes bien?
-Creen que lo hice a propósito…, él, los alentó a creerlo -y ya no pudo retener las lágrimas
-Calma Dani, yo te creo solo estabas abrumada y..., yo te creo –rodeó la camilla para tomar su mano
-No me puedo ir si mi tutor legal no firma, soy inestable
-¿Tu mamá?
-Creo que si, a mi papá no lo veo desde..., hace..., ya sabes, solo esa vez
-Yo hablo con la bruja
-Aun no..., quiero quedarme por el día aquí, soy una estúpida
-Voy a hablar con Amanda, te esperaba para cuidar de Ava
-Gracias
-¿Te traigo algo?
-Voy a estar bien, solo quiero dormir, no consigo hacerlo
-¿Te darán tus píldoras?
-No lo sé, todos me miran como una tonta que intentó...--
-Ay no, no lo digas mi vida, ya lo sé –la cortó antes de escuchar esa horrible palabra
-¿Me acompañas un rato?
-Ni que lo pidas
Le besó la frente y tomó asiento en una incómoda silla plegable junto a la camilla, la observó hasta que los calmantes consiguieron que por fin consiguiera algo de sueño.
Cuando cerca de las 6 de la tarde Ángela, su madre hizo su entrada en la habitación todo fue un completo desastre, Jim, se encontraba intentando que le hablara, exigía el motivo por el cual se tomó esas píldoras cuando ella los interrumpió
-Doctor, necesito que nos de privacidad y prepare los papeles del alta lo antes posible
-Disculpe señora pero ¿quién es usted? Solo el tutor legal de Danielle, puede firmar
-Soy su madre, y no hable de mi hija como si fuese su amiga, refiérase a ella como la señorita Duncan ¿quedó claro? Y quiero llevármela lo antes posible o me veré forzada a hablar con su superior
-Angie, ya basta solo firma y lárgate –interrumpe Danielle, sentada en la camilla
-No te metas, he tenido que pasar dos horas en un maldito auto para sacarte de aquí
Y como Jim, no se movió Ángela, salió de la habitación y ella misma se encargó de apresurar la alta médica regresando solo 20 minutos más tarde con una enfermera y una silla de ruedas. Por políticas del hospital todos los pacientes deben ser escoltados a la salida en una silla.
Wes, aguardaba en la entrada, no iba a dejarla sola con aquella mujer, sabía que Danielle, no la soportaba así que subió al auto y las acompañó hasta el apartamento de Danielle.
— Esta caja de zapatos necesita limpieza
— Lo haré en cuanto te vayas, no eres bienvenida —espetó conteniendo su disgusto
— Danielle, te prohíbo que me hables así, la insolencia no la tolero
— Ya basta, dejaste de ser mi “mamá” cuando me abandonaste sin decir una maldita palabra, ahora si conoces lo que es una puerta haz el favor de salir de mi apartamento
— ¿O qué? –la desafió
— O puedes esperar a ver lo que hago —estaba dispuesta a empujarla lejos
— No voy a…--
— ¡Dani, volviste!
En ese momento Robbie, entró en el apartamento y corrió para abrazar a Danielle, estaba muy preocupado, vio como esa misma mañana la sacaban en una camilla
— Robbie, estoy bien amiguito —lo abrazó con fuerza agradecida por su cariño
— No vuelvas a asustarme
— Ay perdóname Robbie, no volveré a hacerlo, lo juro
Se inclinó para tomar su rostro y mirarlo a sus ojitos preocupados.
— ¿Has cuidado bien de Muffin por mí?
— Por supuesto, ya está aprendiendo a masticar comida de gato
— Eres un buen cuidador, gracias Robbie
Lo besó en la mejilla y le susurró que la dejara hablar con la señora mala un rato. El vecinito regresó a su apartamento a cuidar el gatito que secretamente Danielle, había recogido de un basurero.
— Señora Ross, agradezco su tiempo pero ya no tiene nada que hacer aquí
-Danielle, deja las pendejadas, vas a ir a terapia o me verás más de lo que ambas queremos vernos
— Bien, iré al maldito terapeuta pero solo para explicarle lo que ocurrió y que él, un completo desconocido me crea y sepa que mi mamita querida la misma que me dejó sola no me creyó
— Basta con ese tono insolente
— Sabes… —miró a Wes, advirtiéndole con la mirada—. Nunca me ha gustado culpar o responsabilizar a las personas por lo que sea que ha ocurrido a lo largo de mi corta vida. Hasta ahora. ¡Tú tienes la culpa de todo lo que me ha pasado! Me dejaste sola en una casa llena de alcohol, drogas, hombres y prostitutas, que suerte que no me volví una zorra, porque gracias a ti eso habría sucedido. Ahora, si de verdad no quieres que te eche a patadas da media vuelta ¡Y lárgate de mi vida Ángela!
— Malcriada malagradecida
— Eso es todo, lo siento Wes, no quería que vieras esto
Pasó de largo delante de su amigo y empujó a la mujer que solo sabe exigir fuera de su apartamento cerrando de un portazo para no seguir viéndole la cara.
— Wes, yo… —se detuvo por un poco de aire—. No soy una persona violenta pero esa mujer se ha ganado mi desprecio
-Un momento ¿Por qué ha estado viniendo a vigilarte?
Se volteó para mirarla de frente a la espera de una aclaración, eso sin dudas era una situación extraña entre su mejor amigo y la chica a la que ama. Pero Danielle, no se dejó intimidar por el hecho que haya llegado en medio de la discusión. O por su ceño fruncido acusador
-Porque es un idiota que no acepta la verdad –fulmina a Jim, que permanece detrás de Nicholas
-Continua, sabes que las frases a media me colman la paciencia –soltó Nic, con impaciencia
-No me agrada, no quiero que sea mi amigo o que me presione para decir lo que él quiere escuchar, que acepte su error y me deje en paz
Reconociendo la expresión en el rostro de Danielle, como una advertencia que decía lo muy en serio que hablaba Nicholas, se acercó a Jim, y le dijo que se largara a su apartamento, iban a tener una muy seria conversación. Él, solo agachó la cabeza aceptando que había encontrado problemas con su amigo, se marchó hacia su auto mientras se quitaba la sangre del labio por el golpe que estaba seguro se merecía.
-¿Qué haces aquí Nic?
Preguntó Danielle, soltando un pequeño suspiro al ver a Jim, alejándose finalmente de ella
-Quiero verte y saber de ti, cómo te encuentras, tus mensajes han sido algo vagos estos días y no responden a mis preguntas como me gustaría
-Lo siento, he estado cuidando a Ava –se excusó
-¿Qué hace Jim, aquí?
-Pregúntale tú mismo, estoy harta de ese imbécil
-Vaya ¿imbécil? –la examinó sorprendido por su insulto
-Cree que tiene la razón, su puta moral es una mierda, lo detesto y no recibe el mensaje –suspiró agotada
-Tendrás que darme más que eso –impresionado, esa expresión demostraba su rostro al sentir su frustración
-Solo es un idiota…, no me puede agradar todo el mundo, no me interesa ser su amiga y ya estoy harta
-Bien, voy a averiguarlo pero ahora quiero que te calmes, que estés tranquila, yo solo quería saber de ti, han pasado días desde que nos vimos y…, aun no me cuadra lo que pude haber dicho para disgustarte la otra noche
-Nic, yo…, lo lamento, no fuiste tú, yo solo no estaba preparada para volver a tu casa, supongo
-¿Podemos vernos? Me gustaría comprender lo que salió mal
-Sí, creo que…, que tenemos que hablar
Bajó la voz preparándose para lo que seguía, tenía que contarle, era su derecho y Jazmín, tenía razón, no importa lo que el hombre haya hecho un hijo no se le niega a nadie.
-Voy a acabar tarde, pero me gustaría que nos viéramos en el Fire ¿recuerdas ese club? Hoy es martes y no estará muy concurrido
-Claro, donde me quieras estaré
-Medianoche
-Puedo recogerte –ofreció intrigado por su elección de lugar
-No, tengo algo que hacer antes y…, solo veámonos allí
-Está bien
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