Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 78

— ¿Tienes que ir a ese almuerzo?

— Lo siento cariño pero tengo que hacerlo, Wes, es mi mejor amigo y me niego a dejarlo solo con esos cavernícolas, son horribles

Danielle, acababa de salir de la ducha y se encontraba envuelta en una toalla frente al espejo cepillándose los dientes mientras Nicholas, seguía de pie desnudo dentro de la ducha, no le gustó para nada que su prometida lo dejara luego de una maravillosa mañana, quería más

— Ayer estuviste todo el día comiendo pasteles con Mika y hoy Wes ¿Cuándo yo?

— El resto de nuestras vidas amor —responde divertida

— Eso…, juegas sucio Ross —intentó protestar pero le gustaba mucho como sonaba esa frase en sus labios

— Tú juegas sucio, estás desnudo a propósito, me distraes

— Quiero pasar el día contigo

— Serán máximo 3 horas, no soportamos mucho a sus hermanos, lo prometo, y ve planeando algo qué hacer porque la tarde es nuestra

— Bien, pero recuerda lo que me gusta hacerte cuando me abandonas

— Oye no seas así, tú te la vives saliendo y no te digo ni pio, se un chico bueno y lo que te gusta también me gusta a mí, recuérdalo y ya acepté ir a esa fiesta de gala y además iremos a comer con tu familia el martes

— Detalles —protesta envolviendo una toalla a su cadera

— Nic, te amo se un chico bueno y haz todo el trabajo que tengas que hacer porque en cuanto llegue no quiero que asomes tu nariz en esa oficina ni el celular ni nada, todo mío

— Sí mi amor

— Así me gustas

Riendo se lanzó a su cuello atrayéndolo a su altura para besarlo como a él le gusta, siendo escandalosamente efusiva.

— Traviesa, me vas a dejar con ganas —susurra sobre sus labios

— Jamás haría eso… —responde mordiéndole el labio inferior

— Nunca me canso de ti

Soltando su agarre a ese redondo culo que tanto le gusta en ella, le quitó la toalla que ocultaba sus deliciosas curvas para pasear sus manos por todo su cuerpo hasta llegar nuevamente a su trasero, pero se contuvo, sabía que no podía tomarse su tiempo así que la alzó en el aire y la subió al lavabo de mármol oscuro le abrió las piernas y mientras se besaban con desesperación su mano la calentó lo suficiente como para penetrarla sin hacerle daño

— Casémonos ya, me haces sufrir y mi ansiedad crece un poco todos los días

— ¿Solo tu ansiedad crece? —bromea mientras es embestida por su demonio

— No me distraigas tramposita, hablo en serio

— Tú fuiste quien puso la fecha, después de invierno para lucir tus jardines y estoy de acuerdo

— Falta mucho

— Unosss meeessss —gime

— Ya, quiero hacerlo ya

— ¡Entonces deja de hablar!

— ¡La boda! —aclara acelerando sus embestidas

— No pares ¡y ya no hables!

Perdida en el momento no pudo con la conversación, lo hacía porque sabía que ella le daría la respuesta que deseaba para que dejaran de hablar y se concentraran más en el placer.

— Entonces ¿qué dices? —insistió en cuanto recobró el aliento, pero aun en su posición preferida

— Tengo que entrar en la ducha otra vez —intentó apartarlo pero su cuerpo seguía sin energía, necesitaba un momento

— Hablo en serio

— Y yo, en cuanto a la boda…, no he hecho nada de planificación y no puedo olvidar a Theo, quiere diseñar mi vestido y tu traje

— No es necesario

— Es importante para él y confío en su talento, no seas malito —le hizo pucheros mientras rodeaba su cuello con ambos brazos

— Habla con él, hoy mismo, que empiece ya a preparar sus “diseños”

— ¿Qué es lo que te emociona más de esto de la boda?

— La luna de miel por supuesto

— Insaciable

— No me culpes, eres deliciosa

— Cariño, no me voy a ir a ninguna parte quiero esto tanto como tú, no tienes que dudar, el pasado ya es pasado, ni siquiera deberíamos mencionarlo las cosas son distintas ahora, solo voy a patearte el culo cuando te comportes como un estúpido niño rico y ya, conozco tu temperamento y no me va a espantar

— Esa es mi chica

De cierto modo aliviado de escucharla decirlo, aunque no era suficiente para él, la abrazó con fuerza, era una de sus manías no parar hasta que las cosas estuviesen hechas tal como él, quería o necesitaba y no estará en paz hasta que Danielle, sea su esposa ante la ley y ante todos.

Le dio su espacio para que se preparara mientras el bajaba a su oficina para encontrar algo qué hacer mientras espera a que Danielle, regrese. Unos 40 minutos más tarde ella entró a despedirse, se sentó en su regazo y lo besó intentando cambiar su expresión, había regresado el endemoniado siempre serio y con la arruga en la frente.

El almuerzo con la familia Phillips, fue igual que todas las veces anteriores los hermanos de Wes, jactándose de sus logros y de cuánto dinero han ganado, de lo que le dan a sus esposas y novias, es desagradable como lo hacen para sentirse superiores a Wes, su hermano menor y su tono de burla deja mucho que decir de su madurez, la que no dejan de mencionar solo porque trabajan para papito haciendo lo que les pide sin dudarlo.

— Dani, mi papá quiere hablar contigo se encuentra en su estudio

— Claro ¿pasa algo? Te ves preocupado —comenta tocando su mejilla, estaba algo ojeroso

— Hoy ha estado misteriosamente callado, nunca es así y me asusta un poco

— Bueno vamos a averiguarlo, tal vez luego de hablar con él, podamos irnos, no te ves bien Wesito

— Sí, por favor mi mamá está actuando extraña también

— Tranquilo Wesito, vamos con tu papá

— De acuerdo

Tomando la mano de su amiga Wes, la llevó hasta el despacho de su papá, lo esperaba con la puerta abierta y su hermano mayor se encontraba dentro, pero los dejó cerrando la puerta al salir, la sonrisa maliciosa en su rostro no pasó desapercibida por ninguno

— Han venido juntos…, como quieran, felicitaciones por su compromiso Señorita Ross, ha conseguido un buen marido

— Papá, por favor no hagas eso —pide Wes, detectando su sarcasmo

— Wesley, voy a pedirte que guardes silencio, quiero hablar con ella, no contigo o te retiras

— Discúlpame papá —murmura algo avergonzado

— Voy a ir directo al grano Señorita Ross

— Sabía que esto iba a ocurrir, tiene oídos en todos lados de seguro uno de sus soplones leyó el artículo sobre el Garden y le avispo de tu compromiso con Nic

— Algún día tenía que darse cuenta que tú y yo somos amigos

— Voy a solucionarlo, vas a estudiar y a terminar, lo prometo

— Wes, ya veré como lo soluciono —lo tranquiliza, seguía alterado

— Déjame pagar, esto es mi culpa

— No, claro que no

— ¿Qué vas a hacer? Con la renta y demás no te va a alcanzar

— Aun no lo sé..., tengo unos meses para encontrar una forma de pagar el siguiente semestre

— ¿Y si le dices a Nic? —sugiere Wes

— No, es mi prometido no un banco

— Si no lo resuelves yo voy a hacerlo, te lo debo

— Tú no me debes nada Wes, y ya basta de lamentarte que yo ya lo hice, tengo que tener la cabeza despejada para pensar en cómo hacerlo, tranquilo

— Pero Dani...

— No sería la primera persona en estudiar y trabajar, así lo hacen casi todos

— Pero eso te traería problemas con tu novio y ya tienes el trabajo con Aaron

— No nos adelantemos a los hechos, vamos solo quiero que estés tranquilo lo que dijo tu papá fue horrible

— Eso ya lo había escuchado antes, pero que malinterpretara nuestra amistad es estúpido

— Es un maldito homofóbico

— Lo sé, cuando era adolescente nunca dejé que me viera con otros chicos para que no se molestara, su imagen de macho alfa lo es todo para él, es un cabrón y se avergüenza de mí

— No tiene derecho, ya eres adulto y mereces tener a alguien a tu lado

— Quiero hacerlo sabes pero me asusta perder a mi familia

— Oye… —se desliza en el sofá hasta tenerlo cerca para tomar sus manos—. Nos tienes a nosotros, a mí, Robbie, incluso Nic y Mika y Leo, no vas a estar solo, te lo aseguro

— Lo sé, lo mejor que me ha pasado fue conocerte

— Yo también puedo decir eso

— Ambos ¿de acuerdo? —sonríe a su amiga

— Amigo, si estás triste quiero estar contigo, no lo dudes o me voy a enfadar

— Bien, vamos a comprar algo de comida para dejarle a Robbie y luego te voy a llevar a ti y a Muffin, con ese niño rico con el que te vas a casar

— Lo es, es gracioso, en ocasiones

El paseo les ayudó para calmarse, ninguno quería preocupa al otro aunque sabían cómo se sentían y la compañía mutua los tranquilizaba. Wes, llevó a Danielle y su gatita de regreso a casa de Nicholas y se marchó.

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