Siete Años Más Para Siempre romance Capítulo 252

Ruby se sentó frente a Lavinia, observándola mientras hablaba con Wilfredo. El tono de Lavinia era calmado y adorable, lo que hizo que Ruby se sumergiera en sus pensamientos.

Al ver esto, Sandy entendió que el problema de Marta estaba resuelto. Además, había recibido nuevas noticias y estaba ansiosa por compartirlas con sus colegas. Así que, después de hacerle una seña a Ruby, salió llena de entusiasmo.

Ruby observó en silencio a Lavinia hasta que colgó el teléfono. Luego preguntó tranquilamente: "Wilfredo le pidió a Marta que devolviera el dinero ¿Es esa su manera de decirte algo?"

Lavinia, aun mirando el cheque en su mano, sonrió levemente al oír esto. "Quizás", dijo.

"¿Aceptaste lo que te dijo?" Ruby frunció el ceño, mirando a Lavinia.

Recordó la última vez que Lavinia y Wilfredo hablaron, Lavinia claramente estaba molesta. Ahora, parecía haber olvidado completamente aquel momento.

El comportamiento de Lavinia era incluso más natural que antes. Al parecer no permitió que Marta fuera un obstáculo en su relación con Wilfredo, ¿se habrán acercado aún más después del incidente?

"Una persona como Wilfredo, que sabe que no es algo digno pedir la devolución del dinero que él mismo dio, pero aun así estaba dispuesto a hacer algo tan grosero. Con eso ya dio a conocer su posición, ¿no lo crees así?" dijo Lavinia.

"Pero él y Marta, a pesar de que fue algo del pasado, fue un hecho que ocurrió", dijo Ruby. "Lavinia, ¿no te estarás confundiendo de nuevo, por eso no piensas claramente?"

Al escuchar esto, Lavinia la miró sorprendida y luego se rio. "¿Qué te pasa? No tenías esa actitud hacia él antes."

La actitud de Ruby, quien una vez fue hostil hacia Wilfredo, cambió antes que la de Lavinia.

"Me preocupa que Marta sea solo el comienzo", dijo Ruby. "Su pasado es complicado, te tiene a ti y quizás también a otras personas. Si otras mujeres como Marta aparecen en el futuro... ¿Lo aceptarías?"

Lavinia se encogió de hombros y respondió: "Dependerá de la situación, si puedo aceptarlo lo aceptaré, si no, me divorciaré."

Ruby se detuvo un momento y luego dijo lentamente: "¿Estás segura de que aún puedes soportar este tipo de golpes?"

Lavinia la miró. "¿Me consideras tan frágil?"

Ruby bajó la cabeza y suspiró suavemente.

Justo cuando Lavinia iba a decir algo, su teléfono empezó a sonar.

Era un video enviado por el maestro de Alejandro.

En el video, un grupo de niños participaba en una pequeña obra de teatro, algunos se disfrazaban de animales, otros de insectos y algunos de plantas.

Alejandro era un árbol, aunque solo era parte del fondo, estaba parado detrás de todos los niños, sus ojos brillaban y de vez en cuando sonreía.

Después de ver el video, Lavinia abrió un mensaje de voz del maestro.

"Sra. Rojas, hoy tuvimos una obra de teatro y Alejandro participó con mucho entusiasmo. Creo que su estado de ánimo ha mejorado mucho últimamente y estoy seguro de que seguirá progresando. Creo que un día comenzará a hablar."

Lavinia no pudo evitar sonreír y le mostró el video a Ruby.

Después de ver el video, los pensamientos de Ruby se volvieron aún más confusos. "Si la madre de este niño apareciera en el futuro, ¿qué harás?"

"¿Qué puedo hacer?" respondió Lavinia. "En este tipo de situaciones, no soy la que toma las decisiones, ¿verdad?"

"¿No tienes ninguna pista de quién es su madre?" Ruby preguntó de nuevo. "¿Wilfredo realmente no sabe o simplemente no te lo ha dicho?"

Lavinia solo se limitó a sonreír con indiferencia y dijo: "No me ocultará esto, después de todo, el niño está aquí, ¿qué sentido tiene mentir?"

"¿Te has sentido mal recientemente?" preguntó Lavinia. "¿Quieres que te lleve al hospital?"

"No es necesario", dijo Ruby. "Me sentiré mejor después de ir al baño".

Lavinia asintió y no dijo nada más.

Ruby salió de su oficina y entró directamente al baño.

Tan pronto como entró, se apresuró a la pileta, abrió el grifo y se echó agua fría en la cara.

El agua fría se filtró por su cuello, pero ella no lo sintió, solo se miró en el espejo.

Su mente estaba llena de pensamientos confusos, algunas cosas parecían muy claras, pero otras eran incomprensibles.

Luchó por mantener la calma, respirando hondo y lavándose la cara con agua fría, hasta que finalmente se calmó.

Al cabo de un rato, con las manos ya heladas, sacó el celular de su bolso y marcó el número de Malcom García.

Le tomó un tiempo contestar el teléfono, no estaba claro qué estaba haciendo, pero su voz sonaba jadeante: "¿Ruby?"

"Malcom..." De repente, sintió como si toda la sangre de su cuerpo se enfriara, solo lo mencionó, pero no habló.

Después de un rato, Malcom volvió a hablar: "¿Qué pasó?"

"Ven a buscarme, quiero verte", dijo Ruby.

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