Sorpresa de una noche romance Capítulo 5

No quería precipitarse en decidir así su matrimonio y no se iba a casar de ninguna manera.

En cuanto al escándalo, en realidad, no había nada de qué preocuparse. Cuando volviera al pequeño pueblo, nadie pensaría que era ella era la que había tenido una aventura con el señor Eduardo del Grupo Emperador.

Y el dinero ya era despreciable.

No era que fuera una persona decente, pero si Eduardo se enterase de que se había escapado, podría informar al banco y interceptarla, de forma que, el cheque sería un desperdicio de papel en manos de Lydia.

Lydia agachó la cabeza y se alejaba rápidamente cuando, en medio del pánico, chocó directamente con un hombre.

—Ay, lo siento... —dijo y a punto de esquivar al hombre.

—¡¿Lydia?! ¡Estás realmente en la Ciudad S! —dijo el hombre sorprendido.

Al levantar la cabeza, Lydia vio dos caras que le provocaron arcadas.

Ismael Goya, su exnovio, y Ana Rubio, su ex mejor amiga.

Ismael fue el único hombre que le había gustado a Lydia. Después de seis meses, descubrió que él y su mejor amiga Ana, se habían juntado de alguna manera y los dos la habían engañado juntos delante de sus narices, dejándola en ridículo.

Había pasado un año, pero al ver a la pareja de putos de nuevo, le produjo a Lydia un malestar estomacal.

Ana puso una cara especialmente apenada y le dijo a Lydia falsamente:

—Lydia, he visto las noticias, esa prostituta que sedujo al señorito la familia León eras tú, ¿no? Vaya, ¿por qué? Aunque mi unión con Ismael te haya roto el corazón, no puedes ser tan malas contigo mismo...

—¿Has acabado con tus tonterías? Cuando termines, por favor, apártate, los perros buenos no estorban —dijo Lydia con maldad.

Ana se sonrojó y gruñó fríamente:

—¿Quién vive como un perro? Como es un buen día, que Ismael y yo nos casamos, no me voy a enfadar contigo.

Dijo aposta que se casaban para mostrar su afecto y joder a Lydia.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sorpresa de una noche