—¿Y? —José sonrió.
Daniela ya había olvidado su miedo y solo quería desahogar sus emociones en ese momento.
—Si te traicione y yo salga con otro hombre, ¿te enfadarás? Estabas enamorado de Martina para que te doliera su traición. No espero que mi traición te duela también. Salvo que sea suficiente para hacerte infeliz.
—El hombre que puede vengarse de mí, ¿has encontrado uno?
—¿Qué tal Gabriel García?
Al oír eso, José de repente se llenó de ira y la agarró el cuello.
Pero ella sonrió.
—Son Martina y Gabriel las personas que pueden hacerte sufrir, ¿no?
—Cállate, te voy a estrangular —José la miró, con sus ojos rojos llenos de dolor insoportable.
Daniela le miró directamente y se rio:
—José, nunca seré rival para ti, aunque solo podré hacerte un pequeño daño. Pero ya está bien. ¡Me voy a volver loca por ser forzada!
—¿Quieres morir?
Pero la ira en los ojos de José estaba cubierta por la tristeza. Daniela lloró a lágrima viva y le recordó a Martina.
José, realmente amo a Gabriel. ¡Déjame ir por favor!
José, lo siento. Ya no te quiero.
José, si no puedo estar con Gabriel, prefiero morir.
José la soltó, cayó hacia ella y le susurró al oído:
—Daniela, no odio a Martina.
Pero Daniela se despertó de su miedo mortal y ni siquiera oyó lo que dijo.
Inconscientemente, trató de acurrucarse, pero el hombre que estaba encima de ella la limitaba sus movimientos, con sus cuerpos apretados.
—¡Suéltame!
—¡No quiero hacerte daño, de verdad!
José levantó la cabeza y de repente besó los labios de Daniela.
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