¡SUÉLTAME, DIABLO! romance Capítulo 164

Una habitación vacía, un corazón vacío.

Desde entonces, esta finca era únicamente una prisión para ella.

Antonio salió de la villa, subió a su coche y marcó el número de José.

—¿Se han reunido?

La verdad, al parecer, seguía siendo cruel.

Hubo un breve silencio, como una respiración profunda.

—¡Bueno, lo sé!

—Señor, si Daniela es realmente un peón dispuesto por Luis, ¡creo que sería mejor dejarla ir antes!

—No, ¡la encarcelaré para siempre!

Desde el principio hasta el final, no solo Daniela, sino también José, fueron atrapados por el amor y el odio.

José ocultó su emoción, y al segundo siguiente, solamente se oía su fría voz.

—¡Antonio, deja que Leticia venga a verme!

Cayó la noche.

Daniela descansó un rato en el dormitorio, aún sintiéndose mareado e incómodo, y quiso levantarse y bajar.

En cuanto abrió la puerta, vio a los criados que se preparaban en el salón y preguntó con voz muda:

—¿Por qué hay tanta gente? ¿Qué pasa?

—¡Señorita Moya, el señor ha dado instrucciones de que tengamos invitados importantes esta noche!

—Vale. Entonces sube y tráemela un poco de comida, ¡no quiero bajar!

Daniela se dio la vuelta, pero escuchó al mayordomo decir de nuevo:

—Señorita Moya, el señor ha mandado que cene juntos, ¡y el otro señor González también vendrá!

—¿De qué se trata exactamente?

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