¡SUÉLTAME, DIABLO! romance Capítulo 3

Al verla, él no podía evitar odiarla y querer abusar de ella.

Daniela estaba completamente azorada, ni siquiera notó las emociones complicadas en los ojos de este hombre. Argumentó desesperadamente en su lucha:

—No sé de qué estás hablando. Por favor, suéltame. No soy el tipo de mujer que piensas.

Gritó ella antes de terminar la frase.

Sin aviso, José la cargó sobre sus hombros. Al mismo tiempo, la apretó contra la pared con su alto cuerpo y la miró a la cara.

«¿Qué está haciendo?»

—Suéltame...

—¡Sh!

La lucha de Daniela hizo que el hombre entrecerrara ligeramente los ojos.

—¿Qué te llamas?

La mirada del hombre era ardiente, pero sus acciones eran muy groseras. La sujetó con todas sus fuerzas, sin permitirle luchar.

Daniela sabía que estaba en peligro. Se mordió el labio y respiró con cuidado.

—Daniela Moya... ¿Eres Daniela?

José leyó su nombre y sonrió diciendo:

—Al principio me preguntaba cómo era la mujer que apareció de repente delante de mí... No espero que sea tú. ¿Esto es un arreglo providencial o artificial?

—Señor, realmente no puedo entender lo que estás diciendo. ¿Puedes soltarme?

Daniela luchaba cada vez con más fuerza, pero nunca podía deshacerse del hombre.

José no pareció escuchar lo que decía, y sólo habló para sí mismo:

—¡Si la mujer que me va a dar un hijo eres tú, creo que será muy interesante!

—¿Dar a luz a un niño?

José bajó la cabeza y besó su cuello.

Daniela gritó en voz alta. Su ofensa la hizo querer huir, pero no podía hacer nada al respecto.

—¡Suéltame!

—¡Si me obedeces, no haré que te duela demasiado!

—No...

Daniela se puso rígida y estaba temblando. Cerró los ojos con fuerza, sin querer ver esa imagen tan vergonzosa.

Sin embargo, la agresividad de José se hizo cada vez más cruel. Su tormento fue dar rienda suelta a un odio inexplicable.

Él seguía besando, acariciando y violando a ella...

Era de noche y se oían los gritos de dolor de la mujer y la carcajada homérica del hombre.