Elena y Cora ni siquiera habían cruzado el jardín de la mansión de los Flores cuando ya las estaban despidiendo, pero este incidente no perturbó a los miembros de la familia que estaban dentro de la villa.
En otro lado, Luis, avergonzado por lo sucedido, decidió llevarse a Elsa fuera de la casa, caminando por el camino del jardín mientras trataba de consolarla.
"Elsa, no te pongas triste, Julio es un parcializado. Le diste tu habitación y aun así habla así de ti. Solo porque acaba de encontrar a alguien, ¿qué tiene de especial?"
Elsa suspiró suavemente y le dijo, "Luis, sé que quieres lo mejor para mí, pero no vuelvas a decir eso, por favor. En realidad, yo no debería ser parte de la familia Flores. Todo lo que tengo debería ser de Rosie. Julio no está equivocado al decir eso..."
"¿Qué estás diciendo? Para mí, Elsa, eres la única prima que tengo. Esa Rosie, ¡no la reconozco!"
Mientras hablaban, siguieron caminando hasta que de repente escucharon la voz de Rosie.
"Esta señora tiene algo de karma pegado, si no lo limpiamos, podría afectar la armonía espacial de la casa. Papá, si pagas, puedo ayudar a resolverlo por solo treinta mil pesos."
Se giraron para mirar y justo vieron a Rosie hablando con la sirvienta Lola, extendiendo seriamente tres dedos hacia ella mientras hablaba.
Rosie había detenido a Lola precisamente por la mala suerte que llevaba encima, y después de deshacerse de Elena y Cora, por supuesto que quería atender los asuntos importantes.
Aunque había regresado a la casa de los Flores, Rosie nunca había tenido la costumbre de pedir dinero, y esta era una buena oportunidad para ganar el dinero para la universidad.
Entre padre e hija podían encargarse de eso.
Matías y Julio, que estaban al lado, tampoco esperaban que ella cambiara de tema tan rápidamente.
Después de todo, la armonía espacial y Rosie parecían no combinar.
Ambos pensaron que la niña quería dinero para gastar y se sintieron algo tristes por ello.
¿Desde cuándo los niños de la familia Flores han carecido de treinta mil pesos para gastar?
Julio sacó su celular de manera resuelta, listo para transferirle dinero a su tarjeta de banco, "¿Te alcanzan treinta mil? Te mando cien mil, y si necesitas más, me pides."
Matías, con una expresión sombría, también sacó su celular, preparado para transferir trescientos mil, definitivamente más que su hijo.
Sin embargo, al sacar el celular, se dio cuenta de que no tenía el número de teléfono de su hija, y mucho menos su número de cuenta bancaria.
Rosie solo escuchó eso y supo que ambos la habían malinterpretado.
"Hablo en serio."
"Sí, sí", le respondió Julio con una sonrisa, su tono lleno de indulgencia.
Al lado, Lola, después de su inicial sorpresa, se recuperó y cooperó, diciéndole, "Entonces, señorita, si tengo karma, por favor, ayúdame a limpiarlo."
Rosie: ...
¿Estos adultos no pueden respetar mi profesión?
A pesar de todo, Rosie no se encontraba con esta situación por primera vez.
Estaba a punto de hablar cuando de repente se escuchó una risa burlona al lado.
"Qué manera tan baja de pedir dinero. Y todo por unos míseros treinta mil pesos."
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