Haz clic.
Algo chasquea en el lateral, obligándome a abrir los ojos. Entonces se oye otro clic: el motor del coche cobra vida.
- Vamos, demos un pequeño paseo", anuncia Bulat mientras pisa el acelerador.
El lujoso todoterreno avanza suavemente hacia la salida de la mansión.
- ¿Adónde?", su garganta se estrecha con la emoción.
- Sólo fuera de la ciudad. Necesito sacar a este bebé a pasear", acaricia suavemente la costosa tapicería de cuero del volante. - Lo compré hace tres días.
Oh, ya veo.
Algo parecido a un suspiro de decepción brotó de mi pecho involuntariamente.
Pensé que me iba a besar. Todo lo que hizo fue atarme con su cinturón de seguridad.
Qué pena. No, no lo es. Recuerdo cuando Basmanov amenazó con decir que no besaba en los labios. No es lo suyo. Sin embargo, ya me había besado antes. Al parecer, hizo una rara excepción. Tal vez sólo se rompió y se olvidó de sí mismo en un ataque de pasión.
- Tal vez podríamos divertirnos en algún lugar", insinuó claramente el sexo fuera de la casa.
Agudas oleadas de escalofríos atravesaron su cuerpo, como dagas que cortan su carne. Al mismo tiempo, un extraño torbellino ciñe mi bajo vientre. Allí se generó un mortífero torbellino de sucia lujuria y de infernal deseo de escapar al borde del placer, arremolinándose en un apretado embudo.
Empiezo a retorcerme en mi asiento. ¿Se me están mojando las bragas? El rugido del motor, la agilidad de las curvas...
Qué pensamientos tan dulces, qué noche tan bonita. La ciudad, encendida con luces brillantes, resulta estar cada vez más lejos. Por delante están las montañas rocosas. Bosque denso a los lados. Es muy bonito. ¿Cuándo fue la última vez que vi la naturaleza? No me acuerdo en absoluto. Demasiado atrapado en la rutina y el trabajo.
Pasan unos minutos. Estamos corriendo lejos, lejos de la ciudad. Cada vez hay menos coches. ¡Es una locura! Estaba a punto de correrme en mis bragas cuando Bulat exprimió al máximo a esa nena.
De repente, la voz imperiosa de mi compañero se apoderó de mí, sorprendiéndome con su frase.
- Levántate el vestido, abre más las piernas. Bájate las bragas...
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