Te tomo prestado romance Capítulo 90

- ¿Anastasia? ¿Por qué lloras?

Oigo una voz ronca y dura que me produce escalofríos.

Me doy la vuelta y veo una cara conocida.

- Tú...

Reconocí al extraño como el primo de Bulat. Todavía no habíamos tenido tiempo de conocernos y no habíamos tenido la oportunidad de hablar cara a cara.

Me quedé helado.

Debe ser la última persona que esperaba ver aquí.

- He oído sollozos, ¿a qué se debe la flema?

Sus ojos oscuros entrecerraron los ojos ante mi rostro lloroso.

- ¿Yo? No, no, sólo se me metió algo en el ojo", traté de justificarme, y rápidamente me limpié las lágrimas de las mejillas con las manos.

- ¿Vika te hizo daño? He visto lo que decías...

- No importa, son solo hormonas. Acabo de recordar algo. De todos modos, tengo un mosquito en el ojo.

- Ya veo", suspiró profundamente. No parecía convencido. Su mano seguía apoyada en mi hombro, pero la acariciaba de forma extrañamente larga y suave.

Me daba vergüenza admitir que intentaban humillarme, así que me callé. No me gusta que me compadezcan. Sólo en raras ocasiones quiero un hombro masculino fuerte en el que apoyarme.

De repente, sonaba una música preciosa detrás de nosotros y los dos nos dimos cuenta.

- ¡Qué hermosa melodía! - Un gemido de placer escapó de mis labios.

Ilyas parecía un poco diferente de Bulat. Llevaba una espesa barba y parecía más intimidante que su primo.

Grande, sin afeitar, con ganas. Había algo en él que era muy interesante, pero también repulsivo al mismo tiempo. No pude entenderlo.

Nos movimos lentamente, y mientras bailábamos entablamos una conversación entre nosotros. Así que nos conocimos un poco, y parecía un hombre normal, incluso agradable.

Podría haber habido una chispa entre nosotros, pero... no la hubo.

- Seguramente no pasaría nada si Bulat nos viera juntos. - Tenía miedo de la ira del hombre al que pertenecía.

- No pasa nada. - me ha dejado de lado. - Bulat confía en mí. Somos una familia. Nuestros hombres tienen una regla, un código de honor: no mirar nunca a las mujeres de sus parientes.

- ¿Ilyas? - De repente oí la voz amenazante de Bulat y me olvidé de cómo respirar. - Unas palabras. ¡Ahora!

Recuerda el sol, aquí hay un rayo...

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Te tomo prestado